Déficit público

El deterioro de la solvencia de EE UU

El Tesoro se enfrenta a déficits estructurales cercanos al 6% del PIB sin que haya voluntad política alguna de revertir esta tendencia

La "Guerra de Trump" amenaza el bienestar de los ciudadanos
El presidente de Estados Unidos, Donald TrumpGetty Images

La rentabilidad de la deuda pública estadounidense a 30 años ha superado el umbral del 5%, alcanzando niveles que no se veían desde hace dos décadas. A primera vista, podría pensarse que esta subida se debe a un repunte de las expectativas inflacionarias o a una mejora en las perspectivas de crecimiento económico del país. Sin embargo, ninguna de estas explicaciones resulta convincente.

Si el temor a una inflación persistente fuera el motor principal de esta subida, esperaríamos que los tipos de interés reales —esto es, descontando la inflación— permanecieran estables. Pero no es así: los bonos a 30 años indexados a la inflación también han registrado un incremento histórico en su rentabilidad. Tampoco la hipótesis de un auge inversor parece sostenerse: los tipos de interés de los bonos corporativos con calificación crediticia similar a la del Tesoro han permanecido prácticamente inalterados desde 2023.

La verdadera causa, por tanto, parece residir en el deterioro de la solvencia fiscal de Estados Unidos. El Tesoro se enfrenta a déficits estructurales cercanos al 6% del PIB sin que haya voluntad política alguna de revertir esta tendencia. La propuesta presupuestaria de Donald Trump para los próximos años consolida su rebaja fiscal sin acompañarla de un ajuste significativo del gasto público. El resultado es una trayectoria de deuda pública que podría escalar hasta el 150% del PIB en una década.

Esta situación ha comenzado a erosionar el estatus tradicional de la deuda pública estadounidense como activo libre de riesgo. El mercado empieza a exigir una prima de riesgo creciente para mantener sus inversiones en bonos a largo plazo. Y esa desconfianza se refleja en el comportamiento de activos alternativos: ni el oro ni el bitcoin —ambos en máximos históricos— están perdiendo atractivo frente a unos bonos del Tesoro que, aunque ofrecen mayor rentabilidad, también implican mayor riesgo.

En definitiva, la cronificación del déficit público estadounidense no solo pone en jaque la solvencia del país, sino que amenaza la estabilidad financiera global. La deuda estadounidense sigue siendo el principal activo de reserva internacional y, si su seguridad empieza a cuestionarse, el sistema financiero mundial podría tambalearse. El mercado ha lanzado ya su advertencia. Lamentablemente, los políticos siguen sin escuchar.