Déficit público

El Banco de España espera una desviación de dos décimas en el déficit en 2017

La entidad matiza que esta previsión no recoge el proyecto de presupuestos de este año

La Razón
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El Banco de España prevé que el déficit público se sitúe en el 3,3 % del PIB en 2017, lo que supondría una desviación de dos décimas respecto al objetivo comprometido con Bruselas en el 3,1 % del PIB, si bien la entidad matiza que esta previsión no recoge el proyecto de presupuestos de este año.

El Banco de España prevé que el déficit público se sitúe en el 3,3 % del PIB en 2017, lo que supondría una desviación de dos décimas respecto al objetivo comprometido con Bruselas en el 3,1 % del PIB, si bien la entidad matiza que esta previsión no recoge el proyecto de presupuestos de este año.

En rueda de prensa, el director general de Economía y Estadística, Pablo Hernández de Cos, ha dicho que no está en condiciones de decir si los presupuestos generales del Estado de 2017 llevarán a una revisión al alza o la baja de la previsión de déficit de la entidad.

No obstante, ha asegurado que tiene la sensación de que por el lado de los ingresos no hay “sorpresas” ni novedades legislativas y que lo importante será conocer el detalle por el lado del gasto.

En su informe trimestral de la economía española publicado hoy, la entidad dice que espera “un tono más neutral” de la política fiscal tras el carácter expansivo de los dos últimos ejercicios, en los que se han aplicado la rebaja de impuestos prevista en la reforma fiscal del Gobierno.

Sin embargo, el Banco de España considera que el ajuste pendiente para situar las finanzas públicas en una situación saneada “es todavía significativo”, lo que cree que hace necesario retomar la senda de la consolidación presupuestaria.

Reconoce que un plan presupuestario de esta naturaleza podría entrañar costes en términos de crecimiento económico a corto plazo, pero insiste en que recortar el déficit público es fundamental para moderar los costes financieros futuros asociados a la deuda pública, reducir la vulnerabilidad de la economía y restablecer “una cierta capacidad de reacción de la política fiscal ante eventuales perturbaciones”.