Bruselas

España aplaza la respuesta a la UE hasta formar Gobierno

El Gobierno no entiende el «tirón de orejas» a su plan presupuestario al estar en funciones

El ministro de Economía y Competitividad en funciones, Luis de Guindos
El ministro de Economía y Competitividad en funciones, Luis de Guindoslarazon

El Gobierno no entiende el «tirón de orejas» a su plan presupuestario al estar en funciones

De manos atadas. Así se declara el Gobierno ante las quejas de la Unión Europea por la falta de ajustes contra el déficit hasta que se logre salir de la parálisis política actual y formar un nuevo Ejecutivo. Fuentes del Ministerio de Economía y Competitividad confirmaron ayer a LA RAZÓN que cuentan con un «tirón de orejas» de Bruselas en los próximos días, si bien le restaron importancia y lo calificaron de «procedimiento normal establecido».

En concreto, la Comisión Europea tiene previsto enviar una carta apercibiendo a España por haber presentado una mera prórroga de los presupuestos, sin entrar a definir los nuevos ajustes que precisará el país para cumplir con los objetivos de déficit del año próximo. Aunque desde Economía reconocen que Bruselas dirá que hay que tomar más medidas, afirman que no habrá respuesta oficial hasta que no haya un nuevo Gobierno. «No se puede mandar un plan presupuestario detallado y personalizado», afirman desde el departamento que dirige Luis de Guindos.

Desde el Gobierno no se entiende esta presión por parte de la Unión Europea, teniendo en cuenta el «impasse» institucional en el que está sumida España desde hace casi un año. Aunque admiten que el plan presupuestario enviado a Bruselas son apenas «cuatro pinceladas», recuerdan que estando en funciones «no hay posibilidad de ofrecer nada más». Para el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, lo realmente importante es que «España va haciendo los deberes poco a poco». En este sentido, fuentes del departamento comandado por Cristóbal Montoro recuerdan que este año no habrá problema para cumplir el déficit, y para el año próximo será un asunto que deberá abordar el nuevo Ejecutivo, y no un Gobierno en funciones. En cualquier caso, incluso el Fondo Monetario Internacional (FMI) consideró hace unos días que España alcanzará en 2017 el déficit pactado con la UE, del 3,1% del Producto Interior Bruto (PIB). Agencias de «rating» como Fitch o la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) coinciden también con la visión del Gobierno y dan por descontado que se cumplirá el déficit de este año.

Con los deberes hechos

Desde Hacienda señalan que pese al déficit, España el país que más crece entre las grandes economías europeas, al tiempo que destacan la buena evolución del mercado laboral. «Se puede ajustar más rápido el déficit público, pero entonces frenas el crecimiento», apuntan las mismas fuentes. Además, recuerdan que España ha efectuado ya un muy importante esfuerzo en los últimos años para rebajar el desajuste entre los ingresos y el gasto público. «En 2011 el déficit estaba por encima del 9% y este año cerrará en el entorno del 4,6%», afirman.

El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, aprovechará la reunión del Consejo Europeo de hoy para despejar las dudas de sus colegas comunitarios sobre la situación de inestabilidad política en España. En Moncloa cuentan con que sus homólogos le interroguen sobre la falta de Gobierno y el futuro inmediato, ante la perspectiva de unas nuevas elecciones generales, a lo que Rajoy les aclarará que «en breve» ya habrá un nuevo Ejecutivo en España con plenos poderes. La inestabilidad política ha empezado a afectar a la confianza de Bruselas en la capacidad de España para cumplir con sus compromisos. El presidente español afronta esta cumbre convencido de que puede sacar pecho porque su modelo en políticas tan sensibles como las de inmigración se impone en Europa. Rajoy acude a Bruselas en un momento marcado por la evolución del debate socialista sobre la abstención a su investidura. Una cuestión que preocupa en la UE por la repercusión de la situación de interinidad, y de una nueva repetición electoral, en la ejecución de los compromisos de España.