Macroeconomía

Fedea avisa: el 3% de déficit deja a España sin margen ante otra crisis

Advierte de que el Gobierno «no dispone de holgura» para afrontar otro «shock» financiero y eleva el paro real en 530.000 personas

Evolución PIB
Evolución PIBT. GallardoLa Razón

La economía española mantiene un «diferencial positivo de crecimiento» respecto a la media europea. Desde 2019, el PIB español ha aumentado un 6,9% en términos reales, ligeramente por encima de la media de la UE, pero eso solo ha permitido recuperar parte del terreno perdido durante la pandemia, tras sufrir una pérdida de PIB más profunda que sus homólogos europeos. En 2024, España se situó claramente por encima de la media, alcanzando el tercer puesto del ranking solo por detrás de Croacia y Dinamarca, con un crecimiento del 3,2%, y en el sexto si consideramos el empuje del PIB per cápita real, que se elevó 2,3%, por detrás de estos dos países, Polonia, Bulgaria y Grecia. Un PIB per cápita real que no aguanta si la perspectiva se toma desde 2019, ya que ha crecido un 3,2%, lo que nos sitúa en la parte inferior de la tabla comunitaria, aunque por delante de Francia y Alemania.

Así lo ha constatado la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) en su último Boletín, en el que alerta del peligro que acecha detrás de los principales indicadores macroeconómicos. Así, advierte de que el nivel actual de déficit público, a pesar de haberse reducido por debajo del 3% del PIB en 2024 –básicamente gracias al crecimiento económico y al aumento de los ingresos– no deja a España «demasiada holgura» para hacer frente a la próxima crisis, «que ya ha comenzado», por lo que pone en duda que la economía española saliera indemne un nuevo «shock» financiero.

Evolución PIB
Evolución PIBT. GallardoLa Razón

La evolución de las cuentas públicas durante el último lustro se ha caracterizado por un peso creciente de los ingresos, que no han servido para enjugar el crecimiento de los gastos, que han aumentado en 3,5 puntos desde 2018. Tras acercarse al 10% del PIB en 2020, el déficit público se ha reducido rápidamente con la recuperación postpandémica, hasta volver a su nivel previo, ligeramente por debajo del tope marcado por las reglas europeas, un nivel que deja un margen de actuación más que reducido si una nueva crisis impactara por las tensiones geopolíticas y por los efectos negativos desencadenados por la guerra arancelaria.

Desde la Fundación advierten también de que el «buen desempeño relativo» de la economía española en los últimos seis años debería verse con «cierta precaución», ya que la buena situación de los indicadores macroeconómicos se han debido a un «fenómeno coyuntural» debido al «efecto de fuertes vientos de cola» y del mayor impacto de la crisis de Ucrania en otras partes de Europa, y «no necesariamente como el fruto de un cambio estructural» propiciado por el Gobierno de Pedro Sánchez. Entre los vientos de cola destaca el informe del buen comportamiento del turismo, pero no por una buena planificación sino por los «factores exógenos» y por la «elevada inseguridad» en el destino de potenciales competidores de España. También han contribuido al desarrollo de la actividad económica el fuerte impacto de los fondos europeos del Plan de Recuperación y el rápido crecimiento de la población como resultado de fuertes influjos migratorios.

En concreto, los analistas de Fedea prevén que en el corto plazo se produzca un estadio «turbulento» ante el nuevo shock que supone la guerra comercial por Trump. Por ello, estiman que «mantener el buen desempeño actual de la economía española será un reto complicado».

Y uno de los indicadores que más puede sufrir es el del empleo. Los expertos de Fedea señalan que la evolución del empleo durante el ejercicio ha sido también positiva, pero tienen muchas sombras preocupantes. Advierten de que mientras el paro registrado se ha reducido en 600.000 efectivos entre diciembre de 2019 y diciembre de 2024, el paro efectivo –que incluye los fijo discontinuos que no trabajan– sólo ha caído en unas 70.000 personas. Es decir, elevan en 530.000 personas el paro real.