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Javier Álvarez Ballespín, director general de BAT para España y Portugal: «Mi sueño es que España sea el segundo país libre de humo»

Ansía que España siga a Suecia en la lucha contra el tabaquismo para rebajar su tasa de fumadores desde el 22% actual a menos del 5%

Javier Álvarez Ballespín, director general de BAT para España y Portugal
Javier Álvarez Ballespín, director general de BAT para España y PortugalAlberto R. Roldán

¿El fin del cigarrillo se acerca? Sí, lo aseguran las propias tabaqueras. Javier Álvarez Ballespín (48 años), director general de British American Tobacco (BAT) para España y Portugal desde el pasado mes de febrero tras 23 años de experiencia en la compañía, explica a LA RAZÓN la estrategia que está siguiendo la primera tabaquera del mundo para lograr un futuro sin humo.

¿Cuál es la estrategia de BAT?

BAT está presente en más de 170 países, cuenta con más de 46.000 empleados, cotiza en la Bolsa británica y es la primera compañía tabaquera en ventas a nivel mundial (Statista 2024). Desde hace tiempo trabaja para construir un mañana mejor, «A Better Tomorrow», el lema de la compañía. Esto pasa por desarrollar categorías que tengan un menor impacto en la salud que los cigarrillos tradicionales. Para ello, llevamos años desarrollando una línea de productos basados en la evidencia científica y ahora estamos acelerando esa transformación. Tenemos una visión muy clara que es construir un mundo sin humo.

Nuestra propuesta pasa por ofrecer a los consumidores adultos de tabaco la mayor variedad posible de alternativas menos dañinas para que hagan el cambio y reduzcan el impacto en su salud. Según los datos de 2023, 3.876 millones de euros de 32.066 millones de la cifra de negocio proceden de las nuevas categorías libres de humo, es decir, un 16,5% de toda la facturación. Nuestro objetivo es muy claro: ya tenemos 24 millones de usuarios de productos de nueva categoría, una cifra que esperamos que se sitúe en 50 millones en 2030. Con todo ello, prevemos que el 50% de nuestra facturación proceda de estas nuevas categorías en 2035. Hay 1.000 millones de fumadores en el mundo. Con nuestra estrategia queremos ayudar a que los que no pueden dejarlo se pasen a categorías de menor riesgo.

Para ello, hemos apostado por ofrecer un amplio abanico que incluye el tabaco calentado (gloTM, segundo producto de tabaco calentado más consumido del mundo), que genera un 90% menos de emisiones tóxicas al calentar el tabaco en lugar de quemarlo. Se somete a temperaturas de menos de 300 grados y se evita la combustión del cigarrillo tradicional, que alcanza los 900 grados. Por otro lado también ofrecemos Vuse, la marca líder en el mundo de vapeo (según la cuota de valor estimada por Vuse a partir del Precio de Venta al Público Recomendado en el comercio minorista de vapor en los principales mercados: EE UU, Canadá, Francia, Reino Unido y Alemania en mayo de 2023). Son principalmente humectantes con sabores que se calienta y genera un 95% menos de emisiones tóxicas. Estos productos no dejan de tener un cierto riesgo y tienen nicotina, pero hay que aclarar: la nicotina es adictiva, pero no cancerígena.

Tenemos también las bolsas de nicotina (Velo, producto número uno en Europa) que es fundamentalmente agua, sabores, fibras de plantas, celulosa y nicotina, pero sin tabaco. Este es, dentro de los productos menos dañinos, el que está más cerca de ser casi inocuo para la salud. Con este amplio catálogo, el consumidor puede elegir el producto que más le convenga. Tenemos 11,5 millones de consumidores de Vuse; 8 millones de gloTM y 3,5 millones de Velo.

Hay mucho desconocimiento sobre las alternativas. ¿De dónde viene y en qué se diferencian el cigarrillo tradicional, el electrónico y el tabaco calentado?

Efectivamente, hay mucha desinformación y por ello queremos que se ponga por delante la evidencia científica. Como compañía hemos hecho una gran inversión en ciencia y tecnología, tanto de forma interna como a través de expertos independientes. Hay un grupo de expertos que persiguen precisamente ese cambio hacia un mundo sin humo, que están reivindicando que se tiene que dar mucha más accesibilidad e información no solo a los consumidores, sino también a los reguladores. Al final ahí está la clave. Nosotros tenemos un lema muy claro: si no fumas, no empieces; si fumas déjalo; si fumas y no puedes dejarlo, te recomendamos que pases a categorías menos nocivas que están avaladas por numerosas instituciones como la FDA y la Royal Medicine de Reino Unido.

Suecia, uno de los países que está a la vanguardia del salto del cigarrillo tradicional a las nuevas categorías menos dañinas, ha conseguido bajar su tasa de tabaquismo del 15% al 5,6%. Con esta prevalencia, está a punto de convertirse en el primer país libre de humo (con una tasa inferior al 5%) y sus cifras sobre cánceres derivados del tabaquismo se sitúan tres veces por debajo de la media europea. Esto lo ha conseguido con el snus, un producto autóctono –prohibido en la UE– de tabaco sin humo en formato húmedo y pasteurizado, que se coloca en la encía para administrar nicotina.

La combustión es el factor que diferencia al cigarrillo tradicional de los dispositivos de calentamiento de tabaco, mientras que los cigarrillos electrónicos generan un aerosol al calentar un líquido que contiene nicotina y saborizantes, aunque BAT también comercializa cigarrillos electrónicos sin nicotina. De nada vale prohibir o restringir el acceso a estas alternativas porque en países que lo han hecho los fumadores con dificultades para dejarlo vuelven al cigarrillo en busca de nicotina.

¿Cuándo alcanzará España una tasa de tabaquismo del 5%?

Mi sueño sería que España siguiera los pasos de Suecia en la lucha contra el tabaquismo y poder decir que somos el segundo país del mundo libre de humo. La tasa de tabaquismo en España ronda el 20%, acorde con la media europea, y el objetivo de la UE es que sus Estados alcancen el 5% establecido por la OMS para ser libres de humo en 2040. No obstante, si seguimos haciendo las cosas como hasta ahora, no vamos a llegar nunca a donde está Suecia, pero también podemos hablar de Reino Unido, Nueva Zelanda y Canadá, otros países que son pioneros. ¿Qué han hecho distinto? Integrar estas categorías alternativas en sus regulaciones y políticas sanitarias como una solución al problema del tabaquismo. En Reino Unido, la Sanidad ofrece el vapeo como una alternativa a los fumadores con problemas para dejarlo.

En estos países, los políticos y la sociedad han entendido que las alternativas juegan un rol en la reducción del tabaquismo y las han integrado en sus políticas, haciéndolas accesibles, informando a la ciudadanos adultos en base a la evidencia científica y con precios más asequibles que el cigarrillo. Es importante: si las alternativas son más caras, no das el paso.

En España le pedimos a los reguladores que basen sus medidas en evidencias científicas y estudien las políticas de otros países que han conseguido reducir sus tasas de tabaquismo drásticamente. Y que también miren lo que ha ocurrido en países que han adoptado políticas demasiado restrictivas, donde se ha producido el efecto contrario. En estos últimos ha explotado el comercio ilícito.

BAT busca tener un sistema que controle y regule la venta en España. Hemos puesto sobre la mesa que exista un sistema de licencias. Que quien vaya a vender esos productos tenga que cumplir una serie de parámetros. También queremos un sistema de control de acceso de menores, algo que realmente nos preocupa. Como compañía tenemos políticas de formación en los estancos y hacemos «mystery shopper» para evitar o tratar de mitigar que los menores lleguen a estos productos. Incluso proponemos un sistema de multas para quien no cumpla. A esto se suman los factores nombrados anteriormente: educación, información y accesibilidad en el plano regulatorio y fiscal.

¿Cuánto habéis invertido en vuestras alternativas?

Estamos cerca de los 400 millones de euros de inversión anual en desarrollo e investigación científica. Además, tenemos un grupo de 1.600 expertos en toxicología, medicina, tecnología e innovación dedicados a desarrollar estos productos. El objetivo de cara al futuro es perfeccionarlos para hacerlos más fáciles de usar y que ofrezcan al fumador la experiencia más cercana posible a fumar en el caso del tabaco calentado y del vapeo. Nuestra ambición es dejar de vender cigarrillos en el futuro y rebalancear nuestra cifra de negocio hacia las nuevas categorías libres de humo.

¿Cómo ve el futuro del sector teniendo en cuenta todos los retos a los que se enfrenta?

Por un lado, apasionante. Estamos en un momento de cambio y si se aprovecha y se hace bien en el ámbito regulatorio, podemos dar un paso hacia un «Mañana Mejor». Soy optimista porque está pasando en otros países y España debería seguir esa ola. Por otro lado, me parece preocupante todas las medidas que están tomando los reguladores, en algunos casos no basadas en ciencia. Queremos abrir una línea de diálogo sobre estas Nuevas Categorías y sobre la evidencia de otros países para buscar las mejores alternativas para reducir el tabaquismo.