José Luis Malo de Molina

José Luis Malo de Molina: el hombre del intelecto colectivo de la economía española

Desde el servicio de estudios del Banco de España fue una de las personas más influyentes del país entre 1992 y 2015, aunque desconocido para la mayoría de los ciudadanos, como él siempre deseó

Economía.- Muere el histórico jefe del servicio de estudios del Banco de España, José Luis Malo de Molina
Economía.- Muere el histórico jefe del servicio de estudios del Banco de España, José Luis Malo de MolinaEuropa Press

Miguel de Unamuno (1864-1936), en "Soledad", uno de sus ensayos, escribe que "tú no sabes cuál de tus prójimos es el que más influye en ti, pero de seguro no es el que tienes más cerca y ves y oyes a menudo". José Luis Malo de Molina, fallecido el miércoles a los 73 años, fue entre 1992 y 2015 una de las personas más influyentes de la economía española, aunque ignoto para la mayoría de los ciudadanos, como él siempre deseó. Durante esos 13 años fue director del Servicio de Estudios del Banco de España, el centro de estudios y pensamiento económico más importante y solvente del país. Algo así como una especie de intelectual colectivo de la economía española, que, además, emitía y emite con regularidad sus análisis y opiniones que influyen en la economía y la política. Malo de Molina, de carácter a veces complicado, era heredero intelectual de Luis Ángel Rojo (1934-2011), gobernador del Banco de España, pero antes también responsable del Servicio de Estudios, a donde llegó de la mano del histórico Juan Sardá Dexseus (1910-1995), economista republicano que estuvo entre los inspiradores y redactores del Plan de Estabilización de 1959, que supuso la incorporación de la economía española al mundo moderno.

Malo de Molina, militante izquierdista en su juventud, accedió a la economía como keynesiado o neokeynesiado, para luego evolucionar a posiciones en algunos casos más liberales y, en otros, conservadoras en lo referente a las políticas monetarias y fiscales, como acaba de recordar su amigo y ex subgobernador del Banco de España, Fernando Restoy. Malo de Molina también fue un defensor a ultranza de la independencia de los bancos centrales con respecto a los Gobiernos, algo que en algunos casos llevaba hasta el extremo -criticado por algunos de sus colaboradores- de ser muy reservado a la hora de comentar y discutir análisis y otras informaciones con los ministros de turno e incluso compartirlos con los expertos económicos y con la sociedad en definitiva. Tras su jubilación, fue sustituido en la dirección del servicio de Estudios por uno de sus discípulos Pablo Hernández de Cos hasta que, en 2018, fue nombrado Gobernador del Banco de España, desde donde ha fomentado y fomenta una política de transparencia y difusión de las actividades e informes del Servicio de Estudios.

En 2021, ya jubilado, Malo de Molina publicó el libro "Los años cruciales del Banco de España" (1992-2018), una obra esencial para entender, no solo ese periodo de la institución, sino la evolución de la economía española, incluida la Gran Recesión de 2008. Siempre prudente, en esta ocasión, fue algo más allá y admite que en el Banco "faltó dramatismo en la señalización de los problemas que se podían generar si no se producían las rectificaciones en política económica que se solicitaban".

Trabajó con cuatro Gobernadores, Luis Ángel Rojo, Jaime Caruana, Miguel Ángel Fernández Ordóñez y Luis María Linde. Defendía que el mayor prestigio de la institución se alcanzó en tiempos de Rojo y que luego habría una pérdida de confianza y prestigio que llegó a su cénit con Fernández Ordóñez. Su análisis, no por casualidad, termina cuando su heredero, Hernández de Cos, accede al puesto de Gobernador en 2018, pero ahora diría -lo comentaba en privado en los últimos tiempos- que el Banco de España había vuelto a sus mejores momentos, aunque quizá le parecería excesiva la profusión de información que genera y difunde. Eso también es influencia, aunque muchos lo ignoren, como la que tuvo Malo de Molina aunque no sea una de esas personas que tienes más cerca y ves y oyes a menudo, como decía Unamuno.