Empleo

La EPA confirma la desaceleración en la creación de empleo

Oficina del INEM de Madrid. Foto: Paula Jiménez
Oficina del INEM de Madrid. Foto: Paula Jiménezlarazon

Como muchos analistas esperábamos, los malos augurios se confirman y los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo semestre del 2019 han confirmado una desaceleración en la creación de empleo y una importante reducción del paro con respecto a los meses de abril, mayo y junio del año pasado.

Como datos más importantes, debemos destacar, por un lado, que la ocupación en este trimestre ha aumentado en 333 mil personas, lo que supone un descenso de casi el 30% con respecto al año pasado y, por otro lado, el paro ha bajado en 123 mil personas, lo que supone un importante retroceso con respecto a los 306 mil parados menos que tuvimos en 2018.

Otras de las noticias importantes que cambia la tendencia de los dos últimos trimestres (donde prevalecía la creación de empleo público, cosa frecuente, cuando estamos en periodo electoral), ha sido que la totalidad del empleo creado ha venido del sector privado, perdiendo el empleo público más de 19 mil efectivos.

Como suele ser habitual en esta EPA, se ha dado un importante crecimiento del empleo y una bajada de paro, fundamentalmente en el sector servicios, donde la ocupación aumenta en 313 mil personas, seguido de la industria con 56 mil y se ha perdido ocupación en Agricultura y en menor medida en construcción.

Son datos que reflejan, un año más, la estacionalidad del empleo y que habrá que ver cómo evolucionan los datos hasta final de año, pero, como decíamos al principio, las perspectivas son negativas. Esta estacionalidad, lleva aparejada una peor calidad en la creación de empleo y esto se traduce en un aumento de la temporalidad, que sube 48 centésimas, hasta el 26,36%.

Uno de los mejores datos que hemos recibido ha sido el cambio de tendencia que parece que se confirma del aumento de la población activa, en continua mejora desde el segundo trimestre de 2018, superando los 23 millones de efectivos e igualando datos de 2014.

Con este sombrío panorama, que está ralentizando la creación del empleo, ¿qué políticas debería poner en marcha nuestro ejecutivo?

Durante estos días, en la sesión de investidura, hemos escuchado a Pedro Sanchez las medidas que tenía previstas para mejorar nuestro mercado laboral y que se centraban a modo de resumen en: luchar contra la precariedad en el empleo con un plan de trabajo digno que se materializará en un nuevo Estatuto de los Trabajadores que blinde los derechos y regule las nuevas relaciones laborales; aprobar un nuevo estatuto para los becarios que aumente su retribución y limite su tiempo de contratación bajo esta modalidad; aumentar el salario mínimo de nuevo hasta alcanzar el 60% del salario medio, es decir, pasarlo de los 900 euros actuales a 1.100 euros aproximadamente; lograr que la contratación indefinida sea la más habitual; abordar los aspectos más lesivos de la reforma laboral de 2012, etc.

Sin duda son medidas, que en general, todos queremos. A todos nos gustaría que la implantación de todas estas acciones fuese posible, pero ¿de verdad es lo que necesitamos para crear empleo? Desde mi punto de vista estamos en un momento en el que la tecnología está cambiando nuestra economía, a una velocidad nunca conocida, y, por extensión, nuestro mercado de trabajo. Parece que, cada vez, se está implantando un modelo de relaciones laborales dónde vamos a pasar de vender nuestro tiempo a vender nuestro trabajo, dónde el trabajador pasará a ser un proveedor, la nómina pasará a ser una factura y cada vez más, la protección social pasará a ser una cuenta de capitalización.

Estamos en pleno proceso de cambio con cierta sensación de miedo hacia el futuro: hemos visto informes que hablan de desaparición masiva de puestos de trabajo, tenemos problemas de desconexión, de conciliación, tememos por nuestro estado de bienestar, tememos por la precariedad laboral que las plataformas digitales están implantando en nuestro mercado de trabajo, tememos una mayor polarización de los trabajadores, etc. Pero yo creo que hay más luces que sombras en todos los cambios que se están produciendo: por un lado, también hay estudios que afirman (FEM) que la digitalización creará casi el doble de puestos de los que se desaparecerán; por otro, estoy convencido, y las estadísticas los están confirmando, con un récord de cotizantes mujeres a la Seguridad Social, que se avecinan buenos tiempos para el empleo femenino. Esta digitalización como decíamos requiere un mercado laboral flexible, abierto, adaptado a los nuevos tiempos. Las rigideces harán que el desempleo aumente y que nuestro crecimiento económico peligre. Esperamos que el nuevo ejecutivo no se deje llevar por cantos de sirena y tome medidas reales para una economía real.

(*) Presidente de IMF Business School