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Ángel Simón: «Apostar por la sostenibilidad es luchar contra la desigualdad»

El presidente de Agbar ha ofrecido en LA RAZÓN una conferencia en la que reconoció que se viven tiempos difíciles, pero que es momento de tomar grandes decisiones para luchar contra la desigualdad, minimizar los efectos del cambio climático y buscar un marco jurídico estable que garantice las inversiones

Ángel Simón durante su conferencia en LA RAZÓN/Foto: Gonzalo Pérez
Ángel Simón durante su conferencia en LA RAZÓN/Foto: Gonzalo Pérezlarazon

El presidente de Agbar ha ofrecido en LA RAZÓN una conferencia en la que reconoció que se viven tiempos difíciles, pero que es momento de tomar grandes decisiones para luchar contra la desigualdad.

Ángel Simón, vicepresidente ejecutivo de Suez Environnement y presidente de Agbar –Sociedad General de Aguas de Barcelona, compañía española líder en gestión del agua, con 145 años de experiencia y presencia internacional en Chile, Reino Unido, México, Colombia, Argelia, Perú, Brasil, Turquía y EEUU–, ha visitado la sede de LA RAZÓN para ofrecer una conferencia que fue todo un ejemplo de conocimiento de la actualidad, referencia de opinión y visión de futuro.

Ante un numeroso y expectante público –en el se encontraban tres ministras, la de Economía, Nadia Calviño; la de Hacienda, María Jesús Montero; y la de Trabajo, Magdalena Valerio, junto a representantes políticos, como Pablo Casado, presidente del PP; Ana Pastor, ex vicepresidenta del Congreso; Teodoro García Egea, secretario general de PP; Mª Teresa Fernández de la Vega, presidenta del Consejo de Estado; José Montilla, ex presidente de la Generalitat; Salvador Illa, secretario de Organización del PSC; Joan Capdevila y Joan Josep Nuet, de ERC; Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid; representantes sindicales, como Cristina Antoñanzas, vicesecretaria general de UGT; o Gonzalo Pino, secretario de Política Sindical; representantes empresariales, como Josep Sánchez Llibre, presidente del Fomento del Trabajo; Maurici Lucena, presidente de Aena, o Isaías Taboas, presidente de Renfe; y de la sociedad civil, como Baldiri Ros, presidente del Instituto Agrario, entre otros.

Tras la presentación del director de LA RAZÓN, Francisco Marhuenda, Ángel Simón tomó la palabra. Hombre claro, de verbo convincente, metódico en sus formas y contundente en sus actos, con un tono sutil pero enérgico, realizó un viaje clarificador por la actualidad económica, política y social, y, sin esconderse, analizó la globalización de la economía, los principales obstáculos para la internacionalización de las empresas, la innovación, la situación económica actual –que apunta ya a una clara ralentización–, y puso en valor el proyecto desarrollado por la compañía que dirige.

Tiene claro el presidente de Agbar que se viven tiempos difíciles, de cambios constantes, donde «ya no basta con prever lo posible, sino que es necesario estar preparados para lo imprevisible», dijo. Lo que no parece imprevisible es el debilitamiento de la economía mundial, que se ralentiza por la disputa comercial entre China y Estados Unidos, «por razones más políticas que económicas», matizó el presidente, que ve a Europa con retos difíciles en el horizonte, como el Brexit, el decrecimiento demográfico, las oleadas de migrantes y la alerta climática.

En este último punto, y apelando a los recientes acontecimientos vividos en el levante español con la última y destructiva gota fría, detalló uno a uno los obstáculos a los que se enfrenta la sociedad actual: «Excesiva explotación de los recursos, imparable incremento demográfico, fenómenos climáticos extremos, crisis de biodiversidad, contaminación atmosférica... Solucionar todo ello supone el próximo gran reto de la Humanidad».

Para Ángel Simón, sólo puede llegarse a soluciones reales bajo dos premisas: «Adaptación y mitigación», palabras clave que cree deberían estar en el vocabulario de todos. La primera porque debemos avanzar «hacia ciudades más resilientes ante el escenario del cambio climático» –como la actuación de Agbar en el Parque de La Marjal, el primero inundable de España– y la segunda «porque todos hemos de trabajar para minimizar nuestra huella de carbono, y también nuestra huella hídrica». Y Agbar ya lo está haciendo de manera activa, porque el desarrollo sostenible implica, según Simón, «luchar también contra la desigualdad. No puede ser sostenible un desarrollo que deje a un lado a una parte significativa de la población». Por ello, la prioridad deber ser «acelerar la transición del modelo económico de consumo de recursos lineal a un modelo de economía circular, porque los recursos no son infinitos». En este sentido, Agbar –y Barcelona–se han convertido en referencia mundial en la reutilización del agua. Ejemplo de ello es el proyecto que han desarrollado en Santiago de Chile, «donde hemos transformado las plantas depuradoras de agua residual en lo que hemos llamado biofactorías, con la reutilización del 100% del agua, la valorización del 100% de los residuos y con un balance energético cero». Fruto de este trabajo Naciones Unidas otorgó a Agbar –a través de su filial Aguas Andinas– el premio a la mejor innovación mundial de cambio climático.

Y con estos objetivos en el horizonte, la compañía ha estructurado un plan de desarrollo sostenible, denominado ReWater Global Plan –para el período 2017-2021– en base diez compromisos de sostenibilidad ambiental y acción social. «Nos hemos marcado objetivos concretos y medibles», que les han llevado a lograr en 2018 que el 70% de la electricidad que consume la compañía provenga de fuentes de energía verde.

Queda claro que el agua es uno de los elementos más expuestos a las consecuencias del cambio climático. Ante estas evidencias, el máximo responsable de Agbar ve «imprescindible adoptar medidas para minimizar sus consecuencias», sobre todo en España, en riesgo de sufrir estrés hídrico. Basta recordar que la escasez de agua afecta a más del 40% de la población mundial, que casi 663 millones de personas no tienen acceso a agua potable limpia y que más del 80% de las aguas residuales de las actividades humanas no tienen ningún tratamiento. «Poder acceder a una fuente de agua potable es un derecho, como lo es poder disponer de un sistema de saneamiento adecuado», dijo con contundencia.

El directivo también quiso dejar constancia de dos de los más relevantes retos de su compañía. Por un lado, el abastecimiento de nueve de las diez ciudades con mayor afluencia turística en España, que gestionan directamente. «Garantizamos el servicio con picos de población que, en épocas vacacionales, pueden hasta cuadriplicar la población, y a menudo en zonas de estrés hídrico. Esto es posible en base a conocimiento, tecnología e innovación». Por otro, establecer nuevos horizontes para los sectores agrícola, «donde España es referente mundial en optimización de riego», e industrial, «donde debemos implantar la economía circular». Pero Simón reclamó en voz alta una mayor implicación de las Administraciones públicas para llegar a soluciones tangibles. «Hace falta más inversión público-privada para una gestión integrada del agua. A las Administraciones les pedimos implicación en estos retos de futuro. La existencia del sector privado en la prestación del servicio libera recursos públicos y no encarece el coste del agua». Para muestra un botón: la Dirección General del Agua, en enero de 2017, hizo una estimación de cuáles serían las inversiones necesarias hasta 2033 en gestión del agua. La cifra fue superior a los 45.000 millones de euros, que «puede haberse quedado ya corta ante la necesidad de las ciudades por el cambio climático», destacó.

Para Simón, «las empresas tienen un papel fundamental como principal generador de riqueza en la sociedad y tenemos un compromiso inamovible con la ciudadanía. Siempre hemos sido sensibles a la realidad social y la protección de los colectivos más vulnerables». Precisamente Agbar, –con un impacto económico en España de 1.435 millones de euros– se ha destacado como una de las compañías más importantes dentro de la Marca España «porque contribuye también a la valorización del país». Pero ello no debe tener un sentido unidireccional desde las empresas, sino que «el Gobierno de España tiene un papel fundamental. Nosotros estamos a disposición para avanzar conjuntamente en la estrategia como país de crecimiento y de desarrollo sostenible, desde nuestro sector y ámbito de actuación». España es referente mundial en tratamiento de aguas, pero el presidente de Agbar reclamó «un marco estable y seguridad jurídica, necesitamos confianza. La Justicia es la garante de la institucionalidad y la confianza, que van de la mano».

Simón concluyó su alocución con un mensaje conciliador y un aviso a navegantes. «Entre todos debemos trabajar porque el futuro será de quienes nos sucedan y su realidad dependerá de nuestro presente. Nuestras acciones, la actuación de nuestra generación, definirán el planeta de quienes nos sucedan».