Conflictos laborales
La nueva huelga de Ryanair afectará al 10% de los vuelos
Reunidos ayer en Bruselas, los sindicatos de los tripulantes de cabina (TCPs) de Ryanair de España, Portugal, Bélgica, Italia y Holanda confirmaron lo que se daba casi por descontado: que volverán a ir a la huelga el próximo día 28 de septiembre. Incapaces de alcanzar un acuerdo con la dirección de la compañía para que puedan trabajar acogiéndose a la legislación laboral de sus respectivos países, los TCPs vuelven a recurrir a las movilizaciones, como ya hicieron en julio. El aviso de huelga ya ha sido registrado en el Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje (SIMA) y en los próximos días las partes serán llamadas a una mediación. También hay pendiente una nueva cita con la Dirección General de Trabajo tras la cancelada el pasado día 5 por la dimisión de su anterior directora, según informaron los sindicatos españoles USO y Sitcpla.
En una nota conjunta, los sindicatos acusaron a Ryanair de demostrar «nuevamente que no está dispuesta a cumplir la legislación del país en el que opera y que su única manera de negociar es amenazando y pisoteando». Según su versión, la aerolínea ha tratado de cambiar las reglas de la negociación llevando conversaciones separadas y ha vuelto a amenazar con cerrar bases y despedir a trabajadores.
Avances
Ryanair considera que las nuevas movilizaciones no están justificadas. Según su director general de Márketing, Kenny Jacobs, a su juicio, «se ha avanzado bastante» y la negociación «va por el buen camino». Para el directivo, el proceso consta de una primera fase, en la que la compañía anuncia que va a reconocer a los sindicatos, después los reconoce y, finalmente, cierra acuerdos con ellos. Jacobs recordó que en otros países ya han cerrado acuerdos y que creen que en España lograrán también alcanzarlos tanto con pilotos como con TCPs.
El directivo no se mostró en exceso preocupado por el paro del día 28. Según sus cálculos, afectará a menos del 10% de los vuelos de la compañía en España. En declaraciones a Efe, aseguró que la mayoría de vuelos operará ese día con normalidad y que «no va a haber ningún caos». La aerolínea dispone de una semana para reaccionar y «entre que moverá aviones y que la mayoría de los TCPs irá a trabajar, su impacto va a ser mínimo», subrayó Kenny Jacobs.
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