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Agricultura

Philip Morris certifica la hoja de tabaco de Extremadura para su uso en tabaco calentado y consolida su producción como fuente de empleo y riqueza para la región

España se coloca a la cabeza de Europa al ser de los primeros países cultivadores de tabaco junto a Italia en conseguir esta certificación. Las alternativas libres de humo ya representan el 40% de la facturación de la compañía

Daniel Cuevas, director general de Philip Morris para España, Andorra y Portugal, en el acto en Cáceres para anunciar la certificación PMI

Philip Morris International (PMI) ha hecho oficial que la hoja de tabaco de Extremadura ha obtenido la certificación que permite su uso para los nuevos productos de tabaco calentado. Así lo anunció la compañía este miércoles en un acto en el municipio cacereño de Talayuela donde reunió a los principales representantes del sector del cultivo de tabaco extremeño. Esta certificación implica que PMI puede usar la hoja de tabaco extremeña en todos sus productos de tabaco calentado, ya que cumple los estándares de calidad y sostenibilidad de cultivo fijados por la compañía. De esta manera, España se coloca a la cabeza de Europa al ser el segundo país de Europa en conseguir esta certificación, solo por detrás de Italia, de donde procedía hasta ahora la materia prima usada en los productos de tabaco calentado de Philip Morris.

Este hito, logrado tras dos años de exhaustivo análisis, da impulso a una industria clave para la economía extremeña y nacional. Actualmente, España es el segundo país productor de tabaco de Europa y del cultivo español, el 98% procede de Extremadura. En la región 5.600 hectáreas están destinadas al cultivo de tabaco, señaló durante el acto la consejera de Agricultura de la Junta de Extremadura, Mercedes Morán. Esta cifra corona a Extremadura como la primera comunidad productora de Europa y como núcleo de exportación. De toda la hoja de tabaco que se produce en la región, alrededor del 80% se exporta a otros Estados miembros de la UE. Así, la producción española representa aproximadamente el 20% de la producción de la UE.

"Si conseguimos que la expansión de estas alternativas evolucione en España al ritmo de lo que ya está pasando en muchos países cercanos como Portugal, Italia o Grecia, esto nos permitiría garantizar no solamente seguir comprando hoja de tabaco aquí, sino incluso incrementar nuestros volúmenes de compra y valorar posibles nuevas inversiones acorde con nuestra transformación", declaró Daniel Cuevas, director general de Philip Morris para España, Andorra y Portugal.

Para lograr un equilibrio entre el objetivo común de reducir la tasa de tabaquismo y mejorar la salud de los fumadores y mantener el aporte económico de la industria tabaquera -millones en impuestos, miles de empleos y contribución clave al PIB-, Cuevas reclamó a las autoridades una regulación proporcional al perfil de riesgo de cada producto. Las alternativas libres de humo pueden reducir la exposición a sustancias tóxicas hasta en un 95% y aunque "no son inocuas y son adictivas", reconoció, "son una mejor opción que el cigarrillo tradicional".

Cuevas subrayó que el sector está avanzando hacia un horizonte más sostenible y de menor riesgo, al igual que hacen el sector del motor, sustituyendo los coches de combustión por eléctricos; y el sector energético, implementando las renovables. Por ello, pidió la colaboración de los reguladores para que esta transformación sea entendida como un proceso positivo. Esto requiere basar las regulaciones en la evidencia científica y dejar a un lado la desinformación.

"El sector del tabaco tiene el derecho y el deber de innovar para ofrecer productos menos tóxicos que el cigarrillo de toda la vida y hechos en Europa. Para lograr el famoso 'Made in EU' que defienden los informes Draghi y Letta debemos trabajar para seguir ofreciendo innovación y empleo que van a ser claves para la economía europea", señaló Cuevas. Pero para ello reclamó un mayor diálogo entre productores, empresas y reguladores. "Debemos compatibilizar el derecho a la protección del menor y del no fumador (9 millones en España) con el derecho del fumador a saber que hoy en día hay maneras menos dañinas de disfrutar de la nicotina", añadió el presidente de PMI para España, Portugal y Andorra.

En declaraciones a LA RAZÓN, Cuevas apuntó que para la compañía lo importante de la certificación es que a nivel grupo pueden "comprar la hoja extremeña sin que sea para destinarla exclusivamente al cigarrillo, que es un mercado en declive". Teniendo en cuenta que la cuota de mercado del tabaco calentado en España es de un 3%, "el espacio para crecer y para usar la hoja de tabaco extremeña es gigantesco", enfatizó.

"El futuro pasa por el tabaco calentado", defendió el director de hoja para Europa en PMI, Cesare Trippella. "Estamos convencidos de que el tabaco de Extremadura tiene futuro y, lo más importante, tiene continuidad para las nuevas generaciones de cultivadores de tabaco", aseguró en su intervención. En este sentido, la presidenta de Extremadura, María Guardiola, destacó que la unión de Philip Morris con los agricultores extremeños ha sido clave para la riqueza de la región, que "no se puede permitir perder un recurso económico tan importante" por regulaciones nacionales que no tienen en cuenta la realidad del campo.

La certificación de la hoja de tabaco extremeña para tabaco calentado supone un paso más en la apuesta de la compañía por el cultivo en la región tras décadas en las que cada año desde 1992 de manera ininterrumpida ha comprado hoja de tabaco, con una inversión total en la última década de 230 millones de euros. Asimismo, la compañía ha impulsado programas de buenas prácticas agrícolas orientadas a la mejora de la calidad, productividad del tabaco y la apuesta por el desarrollo y la formación. Philip Morris lleva 15 años apostando por la transformación del sector del tabaco y ha invertido 14.000 millones en este proceso. Actualmente, los alternativas libres de humo representan el 40% de su facturación, con el objetivo de alcanzar el 60% en 2030.