Energía

Los precios negativos de la energía golpean al autoconsumo

Al estar vinculadas al mercado, estas instalaciones no están recibiendo ingresos por sus excedentes

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Instalación de autoconsumo en una viviendaPexels

El autoconsumo se ha convertido en una víctima silenciosa del entorno de precios negativos en el mercado mayorista de la electricidad o "pool", un fenómeno explicado por la elevada oferta renovable y el retroceso de la demanda, que lejos de cronificarse, apunta a ser coyuntural.

En ello coinciden los especialistas consultados por Efe, como el analista de mercados energéticos de Grupo ASE Juan Antonio Martínez, que lo ve como una situación "puntual" que, a corto plazo, beneficia a los consumidores con un contrato indexado al "pool", entre ellos, los domésticos con la tarifa regulada o PVPC.

La otra cara de la moneda es el autoconsumo, que al estar vinculado al precio de mercado no estaría recibiendo ingresos por sus excedentes, advierte el director de Transición Ecológica de beBartlet, Alejandro Labanda. Un contratiempo para una actividad "que se ha constipado un poquillo", dice Labanda en alusión al último ejercicio, cuando estas instalaciones cayeron un 32% después del récord cosechado en 2022 por los altos precios de la energía fruto de la invasión rusa de Ucrania y las ayudas de los Fondos de Recuperación tras la pandemia.

¿Cuál es el origen?

Los precios continuados muy cercanos a cero se iniciaron a finales de febrero por una serie de borrascas, y han tenido como desencadenante la extraordinaria producción de los embalses hidrológicos. Estos episodios, sucedidos por el intenso sol de estos primeros compases de la primavera, se han plasmado en un fuerte repunte de la producción eléctrica de las tecnologías limpias, con una penetración cada vez mayor y que procuran un coste inferior al de otras fuentes.

"Estamos viendo una generación renovable apabullante", indica la economista investigadora de EsadeEcPol Natalia Collado, que identifica otros dos términos en la ecuación de precios bajos: una demanda eléctrica "excepcionalmente baja" y el que haya generadores que "no pueden parar a determinadas horas".

El estado de la demanda es fundamental por dos motivos. El primero, porque sigue reduciéndose -en 2023 bajó un 1,9% considerando el calendario y las temperaturas-, a pesar de que las economías internacionales han confiado la transición energética a su electrificación. El segundo, porque repercute en el sistema marginalista de fijación de precios en el que cada hora los generadores ofrecen su electricidad, casándose, al principio, las ofertas con coste de oportunidad "cero" -como la fotovoltaica y la eólica, sin posibilidad de regularse o almacenar producción, o la nuclear, con poco margen de maniobra-. "Cuanta más demanda haya en cada hora, más electricidad se necesitará e irán entrando generadores con coste más elevado, como las centrales de gas", responde el experto de Grupo ASE. Lo que sucede es que en las horas centrales del día, de mayor radiación solar, se está combinando un ascenso de la producción fotovoltaica -que en el acumulado hasta el pasado 18 de abril subía un 6%- con un descenso de la demanda. Así, sólo llegan al "pool" generadores con coste "cero", lo que hunde el precio, especialmente cuando se suman la abundante eólica e hidráulica, un exceso que "satura el mercado y no se puede exportar" por la "muy limitada" capacidad de conexión de España, subraya Martínez.

¿Por qué se sigue produciendo?

Los productores continúan generando electricidad, entre otros motivos, porque obtienen ingresos por otras vías, como contratos de compraventa a largo plazo, garantías de origen o marcos retributivos con ayudas. Los que no pueden regular su producción sólo tienen la opción de sacarla al mercado o perderla. Por eso la ofertan con precio "cero", esperando que el precio final de la hora sea más elevado a medida que vayan entrando tecnologías con un coste mayor. También hay que tener en cuenta las características de las instalaciones, y es que a las centrales nucleares les resulta más rentable pagar precios negativos simbólicos durante unas horas que apagarse, puesto que su arranque es extremadamente caro y lento.

¿Cómo afecta a los precios?

El panorama de precios perjudica, en general, "al proceso de despliegue renovable", porque si hay precios tan bajos, "se reduce mucho la inversión para nuevas plantas", sostiene Labanda. Sin embargo, es un "argumento a favor de la electrificación", añade Collado, ya que una demanda creciente, de la mano de nuevos usos como el vehículo eléctrico o los centros de datos, mitigará el problema.

En cualquier caso, la investigadora incide en que los consumidores tienen que saber que ni van a tener luz gratis ni les van a pagar por consumir porque "para que llegue a nuestras casas tiene que haber un servicio de ajuste" cuyo coste se refleja en el recibo.

En términos similares se expresan fuentes de Selectra, que reconocen que estos niveles benefician a quienes tengan tarifa regulada, no fija, o un contrato indexado al mercado mayorista, aunque para que "afectasen más, tendrían que ser más frecuentes".

El sector también observa cierta recuperación del consumo industrial

La situación también reduce, ocasionalmente, la factura eléctrica de los consumidores industriales, observándose "cierta recuperación" de este consumo, según Labanda. Con todo, la industria no puede modificar su demanda por algo meramente circunstancial pues "toma decisiones a más largo plazo, en función de todos los factores asociados a una mayor actividad", asevera Martínez. Además, no todos los industriales disponen de contratos indexados al "pool", de modo que si han establecido políticas a precio fijo a largo plazo "puede que no estén aprovechando esta caída en su totalidad", si bien más tarde "lo harán".