Energía
España «tira» 2.100 millones en energías renovables por falta de demanda y de redes necesarias para impulsarla
Los vertidos costaron en 2023 ocho veces más que hace dos años. El 9% de la producción termosolar se va a la basura cada año por falta de demanda
La reducción no compensada de la red eléctrica española, especialmente concentrada en Extremadura y las provincias de Ciudad Real y Granada, ha derivado en una pérdida millonaria de recursos renovables para España agravada desde el pasado 2022. La situación generada por estos «vertidos» renovables afecta especialmente a la energía fotovoltaica y termosolar, y en menor media a la eólica. Todo ello a las puertas del masivo despliegue verde previsto para tratar de sustituir a la generación nuclear, primero, y a los ciclos combinados de gas en un horizonte más lejano.
Detrás de esta situación se encuentra el lento desarrollo de las redes eléctricas y de la prometida electrificación de la economía, desde el transporte a la industria, que sitúan a España a la cola de este proceso en el conjunto de la Unión Europea. De hecho, en el caso del transporte, España está 7,7 puntos por debajo de la media europea y en antepenúltima posición, por encima de República Checa y Hungría según la patronal del motor Anfac con unos 30.000 puntos de recarga en 2023, un incremento de un tercio respecto al año anterior, pero lejos de los 45.000 puntos fijados como objetivo.
Un reciente análisis de la consultora Aurora –formada por unos 500 expertos vinculados a la Universidad de Oxford– estima en unos 2.100 millones de euros los costes para España del desperdicio de energía verde por falta de demanda y de las redes necesarias para impulsarla.
Según el documento, los costes asociados con las restricciones técnicas se han disparado en los últimos años y algunos generadores de electricidad corren el riesgo de perder dinero al reducir su producción de energía sin recibir las necesarias compensaciones.
Aurora Energy remarca que la reducción de producción de renovables no compensada comenzó a ser significativa a partir de mayo de 2022 y alcanzó ese año 1 teravatio hora (TWh), una cifra que se incrementó hasta los 1,2 TWh en 2023, el 1,2% de la producción renovable de España y 18 veces más que en 2021 (67 GWh).
En consecuencia, el coste para los consumidores de estos vertidos se ha disparado en los últimos años. De una media 390 millones de euros anuales entre 2017 y 2020, se ha pasado a los 800 millones en 2021, 1.300 millones en 2022 y 2.100 millones en 2023. El coste de 2023 supone multiplicar por 8,4 el de 2019 (250 millones).
El informe de Aurora Energy destaca que, según el último Plan de Desarrollo de la Red de transporte de Energía Eléctrica 2021-2026, la inversión en la red sólo será de 1.900 millones de euros, mientras que la congestión de los últimos tres años (2020-2023) asciende a 4.200 millones de euros.
Los vertidos o «curtailment» no compensados representaron más del 1% de la generación renovable total tanto en 2022 como en 2023. Sin embargo, estas reducciones varían según la ubicación, y en algunas provincias las tasas superan el 10%. Así, los vertidos de energía solar fotovoltaica se producen en mayor medida en Badajoz, Cáceres y Ciudad Real, con una media de 86 GWh en 2022.
Los «curtailment» que afectan a la generación termosolar representan un alto porcentaje de la generación en todas las provincias, excepto en Zamora, con una media del 9% en Cáceres, Badajoz y Granada, y un 25% de la generación en Ciudad Real.
La eólica es la tecnología menos afectada, con un 1,6% de la generación total en la provincia con mayores vertidos, Zaragoza. La principal causa de este desperdicio es que el crecimiento de la producción no viene acompañado del desarrollo de la red eléctrica de transporte. A ello habría que añadir la falta de incentivos públicos a la electrificación de la economía (caso del coche eléctrico o la sustitución del gas por bombas de calor en la calefacción) y los numerosos impuestos que soportan. También se demanda acelerar los planes de conexión a los países vecinos para evitar tirar a la basura una energía limpia, imprescindible para lograr los objetivos de descarbonización.
El pasado año, España incorporó a su red eléctrica una potencia de generación renovable de 8.400 megavatios, compuesta por 5.899 megavatios eólicos y fotovoltaicos, y alrededor de 2.500 megavatios fotovoltaicos para autoconsumo. Este dinamismo en el sector renovable no ha sido acompañado por un crecimiento similar de la infraestructura de red, lo que ha generado áreas donde las redes locales carecen de la capacidad para entregar la energía disponible a los consumidores, resultando en vertidos de energía.
Los vertidos se producen cuando la demanda es baja, y la red no puede absorber más energía en ese momento. Esta situación lleva al operador del sistema eléctrico, Red Eléctrica a detener aerogeneradores o desconectar instalaciones solares, generando pérdidas económicas para los productores y un perjuicio ambiental al dar entrada a fuentes contaminantes.
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