Energía

Frenazo del autoconsumo tras el boom de 2022

La demanda residencial cae entre un 20 y un 30% en lo que va de año por la inflación, la caída del precio de la luz y los problemas de gestión de subvenciones

Es necesario un modelo energético en el que se incentive en autoconsumo
Es necesario un modelo energético en el que se incentive en autoconsumoJERRY McBRIDEAgencia AP

A comienzos de semana, la compañía de placas e instalaciones solaresSolarProfit anunció un ERE que afectará el 30% de su plantilla y que justificó en la ralentización de la demanda de instalaciones fotovoltaicas por parte de los hogares debido, según explicó, a la moderación de los precios de la electricidad y a la menor renta disponible por el aumento de la inflación y de los tipos de interés. Queriéndolo o no, SolarProfit resumió de un plumazo no sólo sus problemas sino, en líneas generales, los del sector, que tras un año eufórico como el de 2022, ahora está poniendo los pies en la tierra de forma un tanto abrupta.

El pasado ejercicio se instalaron un total de 2.507 megavatios (MW) fotovoltaicos para autoconsumo en España, lo que supuso un nuevo récord tras el incremento del 108% respecto al año 2021. Fue, como explica José Donoso, director general de la Unión Española Fotovoltaica (Unef), patronal que agrupa a 770 empresas del sector, un año excepcional por unas condiciones muy particulares y excepcionales del mercado. «Se juntaron varios factores que demostraban a la gente que el autoconsumo funcionaba», explica. Así, asegura que los altos precios de la electricidad motivados por la invasión de Ucrania generaron una suerte de «alarma social» que, unida a las abundantes subvenciones procedentes de los fondos Next Generation, provocaron un histórico avance del autoconsumo.

Pero en este ejercicio, añade Donoso, las cosas han cambiado en línea con lo argumentado con SolarProfit de tal modo que la demanda, según los datos que maneja la patronal, en el sector residencial ha caído hasta ahora entre un 20% y un 30%. Para empezar, ha cambiado el precio de la energía, explica el directivo de Unef. «Aunque precios de entre 80 y 100 euros el MWh no son baratos, la percepción social es que lo son», asegura. A ello se ha sumado, según coincide Donoso que SolarProfit, la subida generalizada de los precios, así como de los tipos de interés, que han mermado la capacidad de gasto de las familias. Y eso a pesar de que el coste de esta tecnología no se ha encarecido y ha complicado su amortización alargando los plazos. Según Donodo, las instalaciones de autoconsumo residencial «han bajado su precio en el último año. El componente mano de obra ha permanecido con un coste constante y los paneles han bajado entre un 20 y un 30%», explica.

Subvenciones

A los dos problemas antes referidos, el directivo de Unef añade el de las subvenciones públicas, que asegura están generando muchos problemas. «Hay dificultades de gestión y se les han hecho bola a las comunidades autónomas. Llegan con hasta dos años de retraso», asegura.

Todo este conjunto de factores ha provocado una «tormenta perfecta» sobre la que el sector, además, tiene poca capacidad de maniobra. Lo que más a mano puede quedar, como explica Donoso, es el asunto de las subvenciones. «Las comunidades tienen cientos de miles de proyectos que digerir y revisar» para conceder estas ayudas y no disponen de recursos humanos para hacerlo, asegura. Y por ello, añade, sería mejor recurrir a las desgravaciones fiscales.

En general, Donoso asegura que la caída está afectando a todas las compañías del sector, aunque «más a aquellas que se arriesgaron y se dimensionaron para una situación excepcional como la de 2022, que ahora son las que más sufren», matiza.

Ola imparable

Algunas de estas compañías, como dice Daniel Fernández, consejero delegado de SotySolar, «vinieron a reventar el mercado». Y por eso, añade, se está produciendo ahora un proceso de consolidación en el sector de muchas de estas empresas ante el redimensionamiento que se vive. Porque Fernández, más que de ralentización, prefiere hablar de consolidación. En su opinión, el autoconsumo es «una ola imparable» que seguirá avanzando, aunque no lo hará a la misma velocidad que en 2022. Más optimista que Unef, su previsión es que la potencia instalada este año sea parecida a la del pasado ejercicio, sin llegar en cualquier caso a los 3.000 MW de los que se hablaba hasta ahora. En su caso, por ejemplo, el año está resultando bueno, con un incremento de actividad cercano al 30% respecto al pasado, según Fernández.

En la actualidad, y según datos de la patronal fotovoltaica, España ya cuenta con 5.249 MW de potencia instalada acumulada de autoconsumo. En cuanto al reparto de esa capacidad por sectores, la mayoría de esta nueva potencia, un 47%, se ha instalado en el sector industrial, un 32% en el sector residencial, un 20% en el sector comercial, siendo el 1% restante, autoconsumo aislado.

Según los cálculos de Unef, el boom en el ámbito de los hogares del año pasado propició que se instalasen en torno a 200.500 infraestructuras residenciales para autoconsumo.

Tras la eliminación en el año 2018 del conocido como «impuesto al Sol» -un gravamen específico que creo el PP y que se aplicaba a la energía generada en autoconsumo, incluso aunque esta no llegase en ningún momento a la red de distribución eléctrica-, el despegue del autoconsumo ha sido imparable. En 2019 se instalaron 459 MW de potencia, 596 MW en 2020, 1.203 MW en 2021 y 2.507 GW en 2022, según los datos monitorizados por Unef.