Opinión

Por qué el acuerdo de la UE con EE UU es positivo para Europa

Fortalece el comercio, reduce barreras, amplía sectores sin aranceles y crea una alianza en defensa, energía y tecnología. Si un arancel del 30% no iba a tener gran impacto según los expertos, un 15% no puede ser devastador

Donald Trump y Ursula von der LeyenREMITIDA / HANDOUT por Comisión EuropeaFotografía remitida a medios de comunicación exclusivamente para ilustrar la noticia a la que hace referencia la imagen, y citando la procedencia de la imagen en la firma16/06/2025
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente de EE UU, Donald Trump, durante la cumbre del G-7 en CanadáComisión EuropeaEuropa Press

Los acuerdos que ha firmado Estados Unidos con sus socios comerciales son positivos y realistas. Demuestran que el mundo no vivía en 2024 en un paraíso de cooperación espontánea entre empresas libres de David Ricardo, sino un sistema estatista de barreras contra las empresas estadounidenses y limitaciones políticas para elegir ganadores y perdedores.

La polémica por el acuerdo entre Estados Unidos y la Unión Europea solo se explica por tres razones: Por animadversión a todo lo que consiga Trump, por ignorancia ante la única alternativa realista o porque los que critican el acuerdo estaban encantados con el proteccionismo y barreras europeos de 2024.

Aquellos que dicen que el acuerdo de la UE con Estados Unidos es muy malo, deben responder a dos preguntas. ¿Cuál era la única alternativa real? La única alternativa era el desplome de las exportaciones europeas, pérdida de competitividad con respecto a Japón, Reino Unido, Corea y el resto de los socios, mayor deslocalización de empresas y mantener el estancamiento creado por las barreras europeas.

¿Qué habrían hecho ellos? Los críticos deben explicar cómo iban ellos a firmar supuestos acuerdos mejores cuando los líderes exportadores globales han firmado tratados similares al de la Unión Europea. Los críticos deben decirnos qué información esencial oculta tienen ellos y no conocen los negociadores de la Unión Europea que los llevaría a conseguir mejores condiciones que Japón, Reino Unido, Corea, Indonesia, Vietnam, Filipinas, Arabia Saudí, Qatar, Australia, China, etc.

Decir que el acuerdo con Estados Unidos es malo es, sin quererlo, defender que las trabas al comercio con nuestro principal socio mundial eran estupendas y se debían preservar. Además, es partir de una visión de fantasía sobre el comercio mundial como la de Sánchez y Cuerpo, que pensaban que iban a aislar a Estados Unidos y sustituir su mercado por otros.

¿De verdad se creen ustedes que los negociadores de la Unión Europea no han sopesado todas las opciones para llegar a un acuerdo beneficioso? Es peor, algunos piensan que todo esto es por culpa de Trump, que es la excusa favorita, y que en cuatro años vendrá un presidente demócrata o un republicano blando y todo volverá a 2024. Es una visión equivocada. Biden mantuvo todos los aranceles de la administración Trump y Obama y aumentó varios. Obama fue el presidente que más barreras al comercio impuso.

¿Por qué no escuchaste esta enorme polémica con las gigantescas barreras al comercio de la Unión Europea o las que ponían los presidentes demócratas? Porque es un subterfugio que solo oculta sesgo de animadversión hacia el presidente Trump y de omisión mientras la Unión Europea aumentaba constantemente barreras al comercio y contra Estados Unidos. ¿Por qué no se quejaron ante los aranceles de la UE a la química, agricultura, ganadería, automóvil y equipamiento estadounidenses, ante la Agenda 2030, el Pacto Verde, el impuesto al CO2 y las trabas regulatorias absurdas? Tuvo que llegar Draghi y recordarnos que la Unión Europea se impone a sí misma más aranceles ocultos que Estados Unidos.

Muchos dicen que, si la UE y otros socios ponen barreras al comercio, la solución de Estados Unidos es quitar, no poner aranceles. Sin embargo, eso, que suena bien en teoría, significa no comprender el efecto geopolítico, monetario y comercial en su conjunto. Estados Unidos no solo no se beneficia de mejores productos y más baratos, sino que paga el exceso de capacidad y subvenciona el problema de capital circulante a las industrias de otros países. El déficit comercial de Estados Unidos no se genera por la cooperación libre entre empresas, sino, en gran parte, por las barreras artificiales políticas que se les imponen a las estadounidenses. Por eso los países prefieren un arancel del 15% a levantar todas sus barreras.

Los aranceles no son una medida ideal ni siquiera deseable, pero han servido para mostrar las debilidades del discurso estatista de los últimos años. Los aranceles son como las armas nucleares, con ellos se busca parar el avance agresor del contrario. Estados Unidos los ha tenido que usar desde Reagan hasta Biden u Obama.

¿Qué es el avance agresor de los socios de Estados Unidos? Las gigantescas barreras arancelarias y no arancelarias creadas para evitar la entrada de productos estadounidenses y usadas, a la vez, para dar prioridad a países que les interese a los políticos para eliminar esas barreras, como es el caso de Turquía o Marruecos para la Unión Europea, incluso China.

Al aceptar aranceles del 15% en vez de eliminar todas sus barreras no arancelarias, los países socios de Estados Unidos están reconociendo que prefieren el coste a reducir el poder de los políticos, además de reconocer que no existe esa arcadia de sustituir al consumidor estadounidense por una entelequia de hoja de Excel. Además, no debemos olvidar que la Unión Europea podría haber cerrado aranceles del 10% o menores si no se hubiera tomado una posición de no hacer nada ante el acuerdo con Reino Unido.

El acuerdo al que ha llegado la Unión Europea es, por lo tanto, realista y positivo. El que se quiera creer que existía una alternativa en la que la Unión Europea ganaría mercado, crecimiento e inversión sin acuerdo con Estados Unidos, o imponiendo a Trump que todas las barreras europeas siguieran como estaban, tiene un grave problema con la realidad.

Razones por la que es un acuerdo positivo

En el acuerdo, la UE se compromete a levantar sus barreras internas y trabas no arancelarias, que cuestan a la UE un billón de euros al año según Eurochambres, y que coincide parcialmente con lo que pedía Draghi en su informe. Desafortunadamente, la Unión Europea no ha querido eliminar todas sus barreras, pero es un.

La Unión Europea aumenta los sectores con aranceles "cero por cero" en sectores estratégicos, y la lista va a seguir aumentando. El beneficio para consumidores, inversión y empleo es evidente.

El acuerdo incluye un compromiso de la Unión Europea de invertir 600.000 millones de dólares en energía de Estados Unidos hasta el año 2028. Esto no significa gastar más, sino hacerlo en EEUU, reduce la dependencia del gas ruso y no tiene un coste significativo: En contratos a largo plazo el gas de EE. UU. y el gas natural licuado ruso no tienen diferencia significativa de coste, además del factor estratégico y de dependencia.

Lo último que me faltaba a mi oír es que comprar energía estadounidense es más caro que la de Rusia. Aquí, la incoherencia entre el apoyo a Ucrania y la crítica al acuerdo alcanza niveles máximos. La Unión Europea importó cantidades récord de gas natural licuado ruso en 2024,

Según CREA, la Unión Europea importó combustibles fósiles rusos por un valor aproximado de 21.900 millones de euros en 2024 (petróleo, gas y carbón). De hecho, las importaciones de gas natural licuado (GNL) desde Rusia aumentaron un 9% respecto al año anterior, liderado por Francia, España y Bélgica. El valor total de las importaciones de combustibles fósiles rusos por parte de la UE en 2024 superó la ayuda financiera concedida a Ucrania durante el mismo periodo.

Este acuerdo diversifica fuentes de suministro y garantiza la seguridad en periodos de crisis. El acuerdo sobre equipamiento militar ha sido tergiversado por algunos medios. Es falso que el acuerdo con EE.UU. lleve a la Unión Europea a invertir en equipamiento militar estadounidense y no europeo, son dos cosas totalmente distintas y no suponen menor inversión en empresas europeas. Este compromiso de compras es positivo para la UE en su plan de rearme, pero no afecta a los proyectos de inversión domésticos.

La eliminación de barreras europeas a productos estadounidenses es positiva para la Unión Europea, ya que aumenta la oferta y reduce las barreras internas.

La parte que más se critica son los aranceles del 15%, pero son perfectamente asumibles. ¿Por qué? Los exportadores de la UE tienen exceso de capacidad y retos de capital circulante y sería suicida perder acceso al consumidor estadounidense.

Los expertos europeos, que han asistido en silencio al aumento de impuestos constantes y subidas de costes de contratación de más del 50%, no pueden argumentar que un arancel del 15% es devastador mientras, a la vez, decían que los aranceles del 30% no tendrían impacto significativo sobre la economía si se impusieran. El Banco de España hablaba de un impacto "moderado", con una caída de apenas el 0,11% del PIB a tres años vista y en la Unión Europea de solo un 0,3%-0,5% a tres años. El BCE y otros medios cuantificaban un impacto “gestionable”, ”asumible” y con bajo impacto en la inflación.

No se puede afirmar, por un lado, que los aranceles del 30% tendrían un impacto limitado y asumible con mínimo impacto en la inflación y, unos meses después, que los aranceles del 15% van a ser un desastre. No tiene sentido más que el de adaptar la narrativa a que todo lo que se acuerde con Trump es malo siempre.

La UE podría haber acordado aranceles cero si hubiese aceptado eliminar todas sus barreras no arancelarias, pero ha preferido un compromiso por mantener la mayor parte de su estructura regulatoria. En cualquier caso, es un resultado mucho mejor a perder el superávit comercial y el mercado estadounidense. Por lo tanto, la UE no "pierde", acepta un arancel testimonial como ha hecho Japón, Reino Unido o Corea, porque no se quieren eliminar todas las trabas no arancelarias.

La alternativa sí habría sido devastadora: Muchos más aranceles, perder cuota de mercado contra Japón, UK y el resto de los socios, y además mantener todas las barreras que estancan la economía europea, perdiendo además un acuerdo estratégico clave en defensa, tecnología y energía.

Los análisis pesimistas no pueden decir que los aranceles los paga el consumidor estadounidense y, a la vez, que van a dañar irreparablemente a las empresas exportadoras. No tiene ningún sentido y no es ni una cosa ni la otra. Parecen pasar por alto la evidencia de exceso de capacidad y retos de capital circulante en las economías exportadoras, así como el impacto de cadenas de suministro mucho más complejas que solo "comprador-vendedor", la tecnología y la eficiencia.

Los mensajes de “bajada de pantalones” y “desastre” son incorrectos y asumen que los que los repiten saben más sobre la realidad de la Unión Europea que sus negociadores. Esos mensajes vienen de una visión romántica, edulcorada y falaz de la posición de partida de la Unión Europea y sus socios con respecto a Estados Unidos, incluida esa quimera de que íbamos a unirnos a China, aislar a Estados Unidos y todo iba a salir maravillosamente porque Trump iba a fracasar. Era una fantasía de un análisis sobre el mundo irreal, extremadamente alejado de la evidencia.

Los aranceles no son una solución óptima, pero este y el resto de los acuerdos han demostrado que el déficit comercial de EEUU no venía de cooperación libre y espontánea, sino de una brutal ristra de barreras comerciales contra EEUU.

Los aranceles y barreras comerciales, tras el acuerdo, son menores a los que había en diciembre de 2024. Lógicamente el que más ha tenido que levantar es el que más barreras tenía y, desafortunadamente, mantiene en parte. La Unión Europea, con ello, se evita una catástrofe económica y gana por más crecimiento, más inversión y mejores alianzas en energía, tecnología y defensa.

Todos salimos ganando con acuerdos que son más abiertos que lo que existía en 2024. El beneficio para la UE es de unos 150.000 millones de euros anuales con una estimación conservadora si se cumplen los compromisos.

Estados Unidos gana y la Unión Europea gana también con un acuerdo que fortalece las relaciones comerciales, corrige el déficit comercial injusto, levanta barreras y aumenta los sectores con cero aranceles y gana con una alianza estratégica en defensa, energía y tecnología que no limita sus inversiones nacionales.