Reformas contra el paro

Recetas para avivar la creación de empleo

Recetas para avivar la creación de empleo
Recetas para avivar la creación de empleolarazon

Entre 2018 y 2019, la economía española podría generar unos 850.000 puestos de trabajo, por lo que la tasa de paro caería por debajo del 13,5%.

Tan cierto es que el mercado laboral español cerró el pasado ejercicio con 490.300 ocupados más como que en el cuarto trimestre del año sufrió un duro revés, al registrar la pérdida de 50.900 ocupados en la que fue la mayor caída en este periodo desde 2013. Y además, para más inri, el paro registrado subió en enero en 63.747 personas. O lo que es lo mismo, el peor dato en tres años para ese mes... ¿Qué pasa? ¿Se está agotando la creación de puestos de trabajo?

Los expertos consultados aseguran que frente a la desaceleración de la EPA del cuarto trimestre, los datos de afiliación a la Seguridad Social de enero muestran que el crecimiento del empleo continúa siendo robusto, con una tasa de crecimiento del 3,44% respecto al mismo mes de 2016. Ponen de manifiesto la dificultad de mantener las tasas de crecimiento del empleo vistas durante los últimos años, que atribuyen a los efectos de las reformas y ajustes, a un entorno económico internacional favorable y a la capacidad de respuesta de las empresas y agentes económicos de sobreponerse a la recesión. En cualquier caso, «lo normal es que la creación de empleo se vaya desacelerando», indica Rafael Doménech, responsable de Análisis Macroeconómico de BBVA Research, desde donde prevén que el crecimiento del empleo en 2018 y 2019 sea del 2,5% y del 2%, respectivamente, por lo que en estos dos años se crearán unos 850.000 puestos de trabajo y la tasa de paro caería por debajo del 13,5%.

Carlos Martínez, presidente de IMF Business School, sostiene que los vientos de cola que habían impulsado la economía española hasta mediados del pasado año se han vuelto en contra, como evidencia el encarecimiento de la energía, la subida de la inflación, la pérdida de la confianza de los consumidores y la inestabilidad política. No obstante, hoy en día «más que de agotamiento estamos hablando de una ralentización».

Batería de medidas

Más allá de mantener el crecimiento del PIB –por la relación directa que guarda con la generación de puestos de trabajo–, Martínez propone una batería de medidas para avivar la creación de empleo:

– Rebajar las cotizaciones sociales: Actualmente, se sitúan en torno al 32%, lo que supone una clara desventaja con respecto a otros países de nuestro entorno, ya que las empresas alemanas, por ejemplo, pagan alrededor de un 20%. «Esta rebaja nos haría ganar competitividad y animaría a las empresas a contratar trabajadores», destaca.

– Mejorar los recursos de las oficinas del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), que se ha quedado anticuado y resulta poco operativo –actualmente sólo el 2% de las colocaciones se realizan por estas oficinas– . Y es que «el SEPE debería canalizar las ofertas de trabajo de las empresas, realizar el control y la fiscalización de las ayudas, y ofrecer formación que realmente sea eficaz para que los desempleados encuentren trabajo», detalla el presidente de IMF Business School.

– Reformar las políticas activas de empleo: Martínez considera que el modelo de formación para desempleados ha sido un auténtico fracaso. Y propone implantar otro distinto que priorice la colaboración público-privada y en el que sean las empresas las que ofrezcan los cursos adaptados a sus necesidades, fundamentalmente a través de la formación dual.

– Apoyar a sectores que ayuden a cambiar el modelo productivo: «Debemos superar el modelo económico basado únicamente en el ladrillo y el turismo». Martínez insta a apostar por sectores capaces de crear puestos de trabajo estables y cualificados para convertir España en un país que venda materia gris, no mano de obra barata.

– Aflorar el empleo sumergido: El presidente de IMF Business School advierte de que uno de los mayores problemas que tiene nuestro mercado de trabajo es la gran cantidad de empleo sumergido que, según diversos estudios, podría rondar los dos millones.

– Diseñar planes especiales para jóvenes y parados de larga duración: Estos han sido los dos colectivos más castigados por la crisis. Y, en muchas ocasiones, se trata de perfiles sin competencias profesionales demandadas hoy en día por el mercado, lo que obliga a trabajar intensamente en su formación para incorporarlos, o reinsertarlos en algunos casos, al mercado laboral.

Distinguidos expertos y organismos internacionales recomiendan dar una vuelta de tuerca a la reforma laboral, porque si bien en España se lleva creando empleo de forma importante desde hace cinco años, son puestos de trabajo de poca calidad. Por ello, Martínez aboga por seguir trabajando en la simplificación de las modalidades de contratación y, sobre todo, en las complejidades a las que las empresas se enfrentan a la hora de aplicar posibles bonificaciones.

Sea como fuere, el número de parados ha caído en los últimos años en 2.370.000 personas y, hasta diciembre de 2017, se ha recuperado el 69% de la afiliación a la Seguridad Social perdida durante la crisis. Pero la tasa de paro actual (16,5%) sigue siendo inaceptablemente alta, tanto por sus efectos económicos como sociales, dado que el desempleo explica un 80% del aumento de la desigualdad a lo largo de la crisis. Además, aunque la tasa de temporalidad del 26,7% esté por debajo de la que llegamos a tener en 2006 –cuando era del 34,5%–, continúa siendo excesivamente elevada si se compara con otros países. En definitiva, «todavía queda mucho por hacer para crear más y mejor empleo».

De ahí, la necesidad que defiende Doménech de aprobar medidas complementarias que mejoren la eficiencia y equidad del mercado de trabajo. Y entre ellas, al hilo del Observatorio que en 2016 publicó BBVA Research, propone cambios en el sistema de protección del empleo con indemnizaciones crecientes para incentivar la contratación indefinida, en línea con lo que se conoce como «mochila austriaca»; modernizar el sistema de negociación colectiva y modificar por completo las políticas activas.

Por último, teniendo en cuenta que la regulación laboral no es la única causa de las disfunciones del mercado de trabajo, Doménech respalda cambios en la fiscalidad del empleo, el sistema formativo, la liberalización de los mercados de bienes y servicios, así como de las barreras al crecimiento empresarial.