Bolsa

Récord bursátil menos récord

En España, los bancos son los últimos responsables del subidón bursátil y los buenos resultados que presentarán estos días pueden consolidar la tendencia

Vista del panel que marca el Ibex 35, el principal indicador del parqué madrileño de la Bolsa
Vista del panel que marca el Ibex 35, el principal indicador del parqué madrileño de la BolsaAna BornayAgencia EFE

John Maynard Keynes (1883-1946), en su tan mentada como ahora menos leída «Teoría general», explica que «lo grave se produce cuando es la empresa la que se convierte en una burbuja». El Ibex 35, 18 años después, superó los 16.000 puntos, una cota que ya alcanzó en 2007. Es un nuevo récord, que solo el tiempo, dirá si es volátil o establece nuevos máximos, como apuntan los más optimistas, alrededor de los 16.500 o 17.000 puntos. No es imposible, ni mucho menos, pero también puede existir un cierto mal de altura y que los mercados estén en «plena burbuja». El récord del Ibex hay que celebrarlo, pero también hay que ponerle una cierta sordina. Las principales bolsas del mundo, que se hundieron en 2007, tras el estallido de la crisis «subprime» y la caída de Lehman Brothers, se han recuperado mucho antes y mucho más que el Ibex 35. Los datos, una vez más, son contundentes. El índice Dow Jones se ha revalorizado desde octubre de 2007 un 258,39%; el Dax alemán, un 210,88%; el EuroStoxx 600, un 54,50%; el FTSE de Londres, un 51,27%; el Cac 40 de París, un 46,35%; el Swiss Market, un 45,58; y el FTSE de Milán, un 11,33%. Frente a esos números, el que el Ibex 35 haya recuperado las alturas de 2007 es un logro, pero menor en términos comparativos y, sobre todo, tardío.

El mercado de valores español, que casi siempre ha ido de la mano del PIB, ha aprovechado en los últimos años el mayor crecimiento nominal de la economía española, que ha ido con algunos ejercicios de retraso con respecto a otros países de la Unión Europea. Ahora, recupera todo lo perdido y alcanza sus máximos cuando se avivan los temores a una nueva burbuja, que, antes o después, se pinchará. Nada que indique sea inminente, pero tampoco existe ninguna duda de que ocurrirá. Los más optimistas, que existen, hablan de la «burbuja buena» que recoge lo que algunos llaman una era de «crecimiento equilibrado» para diferenciarlo de un pasado de «globalización no armoniosa». En España, los bancos son los últimos responsables del subidón bursátil y los buenos resultados que presentarán estos días pueden consolidar la tendencia. Sin embargo, conviene no olvidar el que «lo grave ocurre cuando la empresa se convierte en burbuja», como decía Keynes.

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