Foodtech: del campo a la mesa a través de la tecnología

La industria foodtech es un ecosistema de startups y organizaciones que, mediante la aplicación de tecnología y biotecnología en los diferentes segmentos de la cadena agroalimentaria, busca crear productos, servicios y modelos de negocio altamente innovadores o disruptivos para evolucionar hacia un sistema de alimentación más seguro, saludable, accesible, eficiente, resiliente y rentable.

No son palabras nuestras, sino una definición de Beatriz Romanos, Venture Partner de PeakBridge (fondo especializado foodtech) y autora del libro «Foodtech: la gran revolución de la industria alimentaria». Para otros, el término foodtech se refiere a todos los actores económicos que asocian la innovación con las actividades de la industria alimentaria, desde la producción de alimentos hasta su consumo.

Dentro de esta industria, podemos establecer cuatro pilares: agritech; producción y transformación de alimentos; logística y distribución; y restaurant tech. En cada uno de estos segmentos, existen diversas fuentes de innovación y tecnología, como biotecnología, robótica, blockchain, inteligencia artificial, machine learning y big data, que dan lugar a empresas muy dispares (como las que se dedican producir nuevos tipos de alimentos, los que innovan en la manera de hacerlos llegar al consumo o los que manipulan de nuevas formas sus ingredientes). En cualquier caso, muchas de las startups aglutinadas bajo el paraguas food tech emplean estas tecnologías para abordar los retos de sostenibilidad que presenta la industria agroalimentaria.

Un buen momento

Lo que es evidente es que el sector del foodtech vive un momento dulce en nuestro país. «La industria alimentaria española se encuentra en un momento decisivo. Podemos decidir liderar el cambio o esperar a que otros cojan el testigo, y dado el potencial con el que contamos tanto desde la perspectiva empresarial como por el gran nivel de los proyectos foodtech que impulsan nuestros emprendedores, no podemos permitirnos el lujo de dejar pasar esta ocasión», explica Raúl Martín, CEO de KM ZERO Food Innovation Hub que ha organizado los Ftalks Food Summit en Valencia, que giraban sobre esta industria.

Romanos está en esta misma línea: «España tiene la oportunidad de desarrollar una industria potente, pujante, altamente innovadora. Capaz de crear empleo de calidad y productos y servicios con potencial de alcance e impacto global. Tenemos el talento, capacidad de i+d, una industria alimentaria que es el marco ideal para acoger e impulsar este sector», detalla a esta redacción, añadiendo que «necesitamos más apoyo y comprensión por parte de la Administración para hacerlo escalable y viable».

Otro buen reflejo del momento que atraviesa el sector es la aparición de nuevos fondos de inversión especializados en la materia. «España ha sido históricamente líder en innovación tecnológica, tanto a nivel europeo como global en un sector estratégico como el agroalimentario. Sin embargo, la transferencia de esa tecnología al mercado ha sido muy lenta y en ocasiones poco eficiente, por diferentes motivos, como las dinámicas del mercado tanto a nivel nacional como internacional, eficiencia de los mecanismos de transferencia de tecnología, falta de emprendedores en este sector, y por supuesto financiación para hacer realidad la transferencia de tecnología a empresas con alta capacidad de crecimiento y de generación de valor». Xana Belastegui, General Partner de Swanlaab AgriFood Tech, contextualiza a LA RAZÓN los motivos por los que esta firma de Venture Capital ha abierto este fondo especializado en el sector agroalimentario. Un fondo cuyo capital arranca en los 40 millones de euros, pero que podría llegar a superar los 80 millones.

Estos nuevos fondos vienen a sustentar lo acontecido desde hace un par de años. Fuentes de la industria explican que, tras la pandemia, el sector food tech vivió un importante desembolso de dinero. Y aunque esta lluvia de millones no ha parado, comparativamente sí es mucho menor que esa explosión vivida recientemente. En cualquier caso, según el informe «Foodtech en España: afrontando nuevos retos en la cadena de valor alimentaria» del ICEX sobre el sector en España, el año 2022 se cerró con cifras tremendamente positivas para el campo FoodTech español, en el que hubo entrada de nuevos operadores. Pese a que el contexto internacional era de caída de la inversión en el sector FoodTech, las inversiones en España han aumentado un destacado 9,38 %, alcanzando los 268 millones de euros.

Según este mismo informe, el sector estaría compuesto por más de 30.000 empresas de transformación alimentaria, más de 50 universidades especializadas, más de 20 centros tecnológicos de vanguardia y 412 startups de tecnología alimentaria.

Perte Agro

A nivel nacional, se espera que PERTE Agro genere un impacto en la economía de 3.000 millones de euros y una creación neta de 16.000 puestos de trabajo. Se estructura en tres ejes. El primero de ellos (a través del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo) está dedicado a la competitividad, sostenibilidad y trazabilidad agroalimentaria con una dotación de 510 millones. El segundo es un paquete destinado a apoyar el proceso de adaptación digital de toda la cadena de valor, dotado con 454,35 millones y que corresponde al Ministerio de Economía y Transformación Digital y al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), con acciones de apoyo a la innovación y la investigación, con un presupuesto de 148,56 millones.

Mientras, la iniciativa Agroimpulso, puesta en marcha por el Ministerio de Agricultura en colaboración con la Empresa Nacional de Innovación (ENISA), tiene como objetivo la concesión de préstamos en condiciones ventajosas a las pymes agroalimentarias y tecnológicas agroalimentarias que acometan proyectos de base tecnológica digital.

[[H2:Inversiones en startups poco «maduras»]]

El potencial de España en este sector es patente, pero los expertos señalan que hay que superar algunos retos.

Para seguir siendo competitivo y relevante en el ecosistema, es imprescindible contar con una alta capacidad y fortaleza tecnológica, lo que se traduce en patentes, secretos comerciales y marcas. Según el estudio de Eatable Adventures, el 32,9 % de las 412 startups españolas de foodtech tiene una patente de su tecnología y el 29 % un secreto comercial. En este ámbito, hay un crecimiento espectacular en el uso de tecnologías, principalmente startups que utilizan inteligencia artificial (IA), que pasó del 28,21 al 40,79 %, ganando doce puntos respecto al año anterior. La IA tiende a aumentar la eficiencia en diferentes aspectos, incluyendo el diseño de productos o la automatización.

Otro de los temas en los que España debería mejorar es en la madurez de sus startups. De hecho, en 2022, la mayoría de las inversiones en este tipo de empresa se mantuvieron en la fase semilla, con un factor de alrededor del43,5 %, alcanzando casi la mitad del total dentro de esta categoría. En 2022 se registró una inversión total de 268 millones de euros, experimentando un crecimiento del 9,38 % en comparación con 2021 (excluyendo el efecto Glovo).

Desde 2021, la cantidad total de startups que se financian en la Serie A ha aumentado gradualmente, pasando del 23 % al 27,5 %. En términos numéricos, las rondas de 2022, a partir de 500.000 euros, experimentaron un fuerte crecimiento, mientras que las rondas de inversión más pequeñas, de entre 0 y 500.000 euros, descendieron en porcentaje el 14%.

Mientras, las rondas de inversión más pequeñas estuvieron lideradas principalmente por organismos públicos, aceleradoras gubernamentales o business angels. El aumento de rondas va de la mano de la entrada de inversión de capital riesgo internacional en el panorama foodtech español.