Informe

El sector tecnológico, el segundo en el que más fusiones y compras se producen en España

Por detrás únicamente del sector inmobiliario

José Villaverde, Socio de CREA Inversión
José Villaverde, Socio de CREA InversiónCREA

Turismo y ladrillo. Hasta hace poco, la economía española se caracterizaba por estos dos componentes. Y aunque siguen teniendo mucho peso en el PIB, la economía digital va ganando entero. Tanto que el sector tecnológico es en el que más operaciones de compras y fusiones (M&A, por su denominación en inglés) se producen, según el informe Transactional Track Record (TTR) de CREA Inversión.

Esta compañía se dedica a la asesoría en M&A y, según sus datos, en los últimos años ha asesorado a Telefónica Tech en sus adquisiciones en España y Reino Unido (7, incluyendo la compra de Cancom UK&I o Incremental), Gigas Hosting (con 5 operaciones en España y Portugal, o la venta de compañías tecnológicas como Quipu (enterprise software) o Blueliv (ciberseguridad).

Según José Villaverde, Socio de CREA Inversión, el sector tecnológico “ha ido creciendo en profundidad, englobando compañías en prácticamente todos los sectores económicos y afectando de manera trasversal, tendencia que ha ido cobrando una mayor relevancia en los últimos años”. Algo que justifica que ya sea el segundo más relevante para el M&A tras el inmobiliario, acercándose al 15% del total de operaciones corporativas, según la información de esta empresa.

En el caso de las startups, CREA Inversión engloba en su análisis a aquellas empresas con menos de 5 años de actividad. “El peso de las operaciones del sector tecnológico es muy superior, me atrevería a decir que superior al 50%, pues en sectores tradicionales las rondas de financiación son menos habituales”, explica Villaverde a La Razón, quien alude a la “menor madurez del sector”, lo que conlleva que haya “un mayor número de rondas de financiación” pero también que haya “más interés en procesos de consolidación (buy and build) en el sector, que por un lado permiten dar liquidez a proyectos de pequeño tamaño y por otro lado, aportan crecimiento vía adquisiciones (add-ons) a las participadas de fondos de tecnología, preparando el camino para una desinversión en 2-3 años”.

Repercusiones de las operaciones

Cuando se produce una de estas operaciones de compras o fusiones, en las compañías tecnologías de tamaño pequeño o mediano “no es habitual que las operaciones impliquen un cambio de directivos, pues muchas transacciones se llevan a cabo por el perfil y potencial de los emprendedores”, detalla el socio de CREA Inversión.

En este sentido, Villaverde defiende que el capital humano (y más en las posiciones ejecutivas) “sigue siendo uno de los principales motivos que decantan la decisión de los inversores profesionales. El carácter emprendedor, experiencia previa y capacidades técnicas son claves especialmente en las fases iniciales”.

Evidentemente, también es “fundamental contar con un plan de negocio sólido, bien estructurado, realista y sostenible a medio plazo. El entorno actual de incertidumbre económica ha hecho que los inversores vuelvan a centrarte en proyectos que tengan una senda clara hacia la rentabilidad y la generación positiva de caja, sin buscar el crecimiento a toda costa”, subraya.

Por eso, y “hasta que la situación de mercado se empiece a normalizar, seguimos recomendando a nuestros clientes, y muy especialmente a aquellos en fase de crecimiento, que gestionen de manera muy cercana y conservadora su caja, tratando de asegurar recursos que les permitan ejecutar su plan para los próximos 12-18 meses”.

Sin embargo, considera que hay “un creciente interés de los fondos de búsqueda (o search funds) en adquirir compañías tecnológicas”, con una “gran actividad” en el sector de servicios IT (“con una consolidación que ha avanzado en los últimos años”) y el sector de software (“que ha ido atrayendo más interés dada la recurrencia y escalabilidad de su negocio”).

Previsiones para 2023

CREA Inversión asegura haber cerrado en lo que va de año 9 operaciones (2 rondas, 4 ventas y 3 compras), 6 de ellas relacionadas con empresas de tecnología. Así, han asesorado en la reciente ronda de financiación de ASN (fintech para la gestión integral de las notas estructuradas, con la participación de Inveready y Actyus) en la venta de Wise Security Global (ciberseguridad) a Var Group, filial del grupo cotizado italiano Sesa Spa.

Según Villaverde, la primera mitad del año se ha caracterizad por tener un nivel de actividad inferior respecto a 2022. “Esto ha afectado más al volumen (por el menor número de grandes operaciones) que al número de las operaciones (con un buen dinamismo en el midmarket)”, defiende.

Sin embargo, el número de operaciones en marcha “no ha disminuido, pero sí están avanzando de forma más lenta por la combinación de factores entre los que destaca el proceso de ajuste de expectativas y valor entre compradores y vendedores (tras las subidas de tipos, mayor inflación y peores previsiones económicas) y la mayor incertidumbre existente en los mercados derivada de la guerra en Ucrania y los temores de recesión. Esto ha hecho que los inversores estén siendo más prudentes y los procesos más largos y exhaustivos”.

Sin embargo, se muestra confiado en que durante esta segunda mitad del año se recupere la actividad de M&A “al absorberse los ajustes ya explicados” y por varios factores estructurales, como el “apetito de los inversores internacionales”, que sigue siendo creciente “como consecuencia de un crecimiento por encima de la media de nuestro entorno, nuestro papel como como puerta de entrada a Latam y un rango de valoraciones en tecnología más contenidas que en otros mercados (como EE.UU. o Reino Unido)”.

Además, Villaverde asegura que los fondos de capital riesgo están con niveles de liquidez todavía muy elevados, “por encima de los niveles históricos, con muchos recursos y una necesidad de invertir para generar retorno para los inversores (sólo en España y según SpainCap, más de 6.000 millones de euros)”.

A ello habría que añadir los cambios estructurales en la economía hacia una mayor digitalización y automatización, que “suponen viento de cola para el sector de tecnología, animando a más inversores a incrementar su exposición al mismo”.

Por todo ello, “pensamos que finalmente será un año con menor actividad que en el ejercicio 2022, pero el menor nivel se verá compensado por la mayor actividad en financiación externa, liderada por los fondos de deuda y direct lending al limitar las entidades financieras tradicionales (los bancos) su exposición al crédito”.