Movilidad
El tren es el doble de caro que el avión... aunque contamina cinco veces menos
Un informe de Greenpeace asegura que ambos medios compiten en desigualdad de condiciones
Los billetes de tren son, de media, el doble de caros que los de avión en Europa, pese a que estos últimos provocan de media cinco veces más emisiones de efecto invernadero, según un informe elaborado por Greenpeace, en el que reclama a la UE y a los gobiernos nacionales que hagan lo posible para que los trenes sean más asequibles que los vuelos ya que conllevan un transporte más sostenible.
Según el análisis de la organización, de media, todas las rutas analizadas para España el tren cuesta casi cuatro veces más que el avión. "Viajar de Londres a Barcelona puede ser hasta 30 veces más caro en tren que en avión. Sin embargo, el impacto climático global de volar puede llegar a ser más de 80 veces peor que coger un tren", expone el estudio.
El informe ha comparado los billetes de avión y tren de 112 rutas europeas diferentes en nueve períodos de tiempo distintos, tras lo que ha concluido que los vuelos son más baratos que los trenes en el 71% de las rutas analizadas. Además, 23 rutas europeas de las estudiadas son más baratas en tren que en avión y únicamente seis de ellas son operadas por aerolíneas de bajo coste.
Asimismo, el estudio revela que las aerolíneas de bajo coste operan el 79% de las rutas analizadas y en la mayoría de los casos son más baratas que el ferrocarril debido a sus estrategias de precios "injustas y agresivas". Por ello, según el estudio, existe una "injusta regulación de los viajes de larga distancia" que "está socavando el ferrocarril europeo". "Estamos en esta situación porque las compañías aéreas se benefician de ventajas fiscales escandalosas. Estos vuelos exageradamente baratos, sólo son posibles porque no se está pagando el coste real. Trabajos precarios, múltiples costes adicionales para los clientes, subvenciones a las aerolíneas con dinero de los contribuyentes, exenciones al queroseno e impuestos reducidos", denuncia la coordinadora de la campaña de movilidad de Greenpeace, Cristina Arjona.
"Para poder viajar de forma sostenible, la ciudadanía merece tener opciones de transporte que sean limpias, eficientes y asequibles, que no perjudiquen al clima, a las personas ni a nuestro planeta", ha añadido Arjona.
Otra conclusión extraída del informe es que para reactivar el ferrocarril hay que cambiar "las injustas reglas del juego existentes". Greenpeace ha aseverado que, en un contexto de emergencia climática, es necesario que el ferrocarril sea más asequible que el transporte aéreo para reducir drásticamente las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) producidas por los combustibles fósiles. En este sentido, la organización ha solicitado a los gobiernos nacionales que introduzcan billetes climáticos o abonos únicos de transporte, y ha puesto como ejemplo su abono 'T-lleva', que ha dicho fomentaría el uso del ten y del transporte público en general. Paralelamente, han pedido que se ponga fin a las subvenciones a aerolíneas y aeropuertos, empezando por la eliminación progresiva de las exenciones fiscales al queroseno.
Greenpeace también ha avisado de que, aunque tuvo un retroceso de 2020 a 2022, el tráfico aéreo está volviendo a alcanzar sus niveles prepandémicos, mientras la población se enfrenta a olas de calor y sequías sin precedentes. Además, ha recordado a los gobiernos debatir estas medidas financieras y actuar en favor de "un sistema de movilidad asequible, fiable y respetuoso" con el medio ambiente en Europa.
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