Editoriales

Un Gobierno cada vez más roto por dentro

Una exigua mayoría de los españoles, el 47,1 por ciento, considera que se debe agotar la actual legislatura frente a un 45,4 por ciento que cree haber llegado el momento de adelantar las elecciones generales. Hasta aquí, el resultado de la encuesta sobre la situación política que ha elaborado «NC Report» para LA RAZÓN, se encontraría dentro de los parámetros normales, pero la sorpresa salta cuando se constata que esa mayoría se sustenta gracias a los votantes que se declaran del centro derecha, porque tanto los simpatizantes del PSOE como los de Unidas Podemos, los dos partidos que conforman la coalición de Gobierno, están en el polo opuesto.

Nada menos que el 61,3 por ciento de los socialistas y el 62 por ciento de los que votaron a la extrema izquierda dan por finiquitada la legislatura y quieren volver a las urnas cuanto antes. En realidad, el mismo sondeo explica este resultado –normalmente anómalo entre encuestados que se encuentran en la órbita de los partidos que detentan el poder– si consideramos las profundas diferencias que presentan las respuestas de ambos grupos ante cuestiones claves del actual panorama político. Así, los que se declaran seguidores de la formación morada están abrumadoramente en contra de incrementar los gastos de defensa, no creen que haya que aumentar el porcentaje de castellano en las escuelas de Cataluña, rechazan de manera general el cambio en la política exterior española con respecto a Marruecos, no son partidarios de abordar pactos de Estado con la oposición y, finalmente, se descuelgan de la opinión mayoritaria que considera que debería gobernar la lista más votada.

Hablamos de diferencias de criterio de más de 30 puntos porcentuales con respecto a lo que plantean los votantes socialistas. Por citar un ejemplo, sobre un asunto especialmente sensible, como es la situación del castellano en Cataluña, el 77,4 por ciento de los simpatizantes del PSOE creen que hay que aumentar las horas lectivas en la lengua oficial del Estado, porcentaje que se reduce al 37 por ciento cuando se pregunta a los seguidores del partido morado. Dado que el trabajo de campo de la encuesta se realizó tras el estallido de los casos de espionaje y en medio de serias disputas internas sobre los proyectos de ley estrella de Unidas Podemos, no es difícil colegir que crece el descontento, cuando no la apatía, entre una izquierda que, como le sucede al conjunto de la población, no percibe una mejora en su situación económica y social.

Queda, sin embargo, una incógnita por desvelar. El entusiasmo que reflejan los encuestados que se reclaman del centro derecha con que el Gobierno actual agote la legislatura, pese a que hayan percibido con la llegada de Núñez Feijóo la probabilidad de un cambio político. Tal vez, crean que conviene que el Gobierno apure su desgaste hasta el final.