Tecnología

Si quieres formarme, ponme gafas

Suando aún nos planteamos si conviene o no usar pantallas en educación, varias empresas apuestan por gafas de realidad aumentada o virtual

La realidad virtual se adentra en el quirófano con LAIA XR
La realidad virtual se adentra en el quirófano con LAIA XR Arsoft

Las tecnologías inmersivas, que comprenden la realidad virtual, aumentada, mixta y los entornos virtuales como el metaverso pueden ser un potencial para transformar la manera en que se imparte y se adquiere el conocimiento.

Las gafas de realidad virtual y aumentada ofrecen a los usuarios una nueva dimensión para comprender procesos y soluciones complejas. Álvaro Monzón, CEO de Deusens, una compañía española con una trayectoria de más de una década en el campo de las tecnologías inmersivas, asegura que este tipo de tecnologías «ayudan a los usuarios a entender mejor un proceso, una solución». Esta capacidad se traduce en beneficios tangibles en diversos ámbitos educativos, desde la formación técnica hasta el desarrollo de habilidades interpersonales.

Un ejemplo de esta transformación se encuentra en la formación profesional. Monzón señala que estas tecnologías pueden suplir las limitaciones de recursos en instituciones educativas. «Puede funcionar como una herramienta para formación profesional donde los medios que se tienen son limitados, de manera que las demos pueden ofrecer una visión de todas las estructuras se va a encontrar el alumno en la vida real». En este sentido, la realidad virtual permite recrear escenarios y maquinarias con las que los estudiantes interactúan en un entorno simulado, facilitando la práctica y la comprensión de procedimientos sin la necesidad de un equipamiento físico costoso o la ocupación de espacios extensos.

La aplicación de estas tecnologías no se limita a la formación técnica. Tal como indica Monzón, «en alguna ocasión también hemos tenido que desarrollar alguna solución donde ponemos a la persona en diferentes situaciones justamente para mejorar esas habilidades blandas». Mediante simulaciones inmersivas, se pueden plantear escenarios que fomenten el desarrollo de la empatía o la capacidad de mantener la calma, ofreciendo un entorno seguro para experimentar y aprender a gestionar situaciones complejas en el ámbito profesional.

En el sector médico, la empresa Arsoft ha desarrollado LAIA XR, un software sanitario que utiliza la realidad virtual para la planificación quirúrgica y la mejora de la comprensión anatómica. Si bien su enfoque principal es la práctica médica, su impacto en la formación de nuevos profesionales es innegable. La plataforma permite a los estudiantes sumergirse en modelos anatómicos tridimensionales, examinando órganos y tejidos desde cualquier ángulo, lo que facilita un aprendizaje más intuitivo y profundo en comparación con los métodos tradicionales. «LAIA XR está transformando la enseñanza de la anatomía al ofrecer una visualización inmersiva y precisa del cuerpo humano en 3D», señala Santiago González, CEO de la empresa.

Pros y contras

Uno de los principales pros de utilizar la realidad virtual y aumentada es su capacidad de escalar la enseñanza. «Cuando queremos hacer algo a escala (por ejemplo, un simulador de calderas para mantenimiento), es mucho mejor hacerlo en realidad virtual porque lo haces una vez y lo puedes llevar a todos los institutos a la vez». Esta escalabilidad supera las limitaciones logísticas y económicas de la formación tradicional, permitiendo que un mayor número de estudiantes accedan a experiencias de aprendizaje inmersivas y prácticas.

Sin embargo, esta escalabilidad también tiene un importante reto por delante. Monzón asefgura que «a nivel de inversión económica es mucho más fácil crear un simulador en realidad virtual que un [simulador] en real porque al final es mucho más escalable, es un software digital», lo que conlleva también una reducción de costes. Sin embargo, la principal dificultad con la que se topan es que «la inversión inicial es muy alta». Algo que, a la postre, acaba reduciendo la implantación de estas soluciones en instituciones educativas.

A pesar de este contrapunto, la visión de empresas como Arsoft apunta hacia un futuro donde estas tecnologías se integren de manera natural en los procesos formativos. Santiago González, CEO de Arsoft, asegura que quieren que la realidad aumentada y virtual «dejen de ser una tecnología del futuro y se conviertan en una herramienta útil en el presente. La capacidad de LAIA XR para reducir los márgenes de error y mejorar la comprensión anatómica marca un antes y un después en la medicina moderna».

La colaboración entre empresas tecnológicas e instituciones educativas es fundamental para explorar y materializar todo el potencial de las gafas de realidad aumentada y virtual en la formación. Deusens, por ejemplo, ha colaborado con universidades y empresas privadas para desarrollar demos formativas, lo que evidencia un interés creciente por parte del ámbito académico en estas herramientas.