El tiempo
Qué son las "noches infernales" que se vivirán este fin de semana en varios puntos del país
La ola de calor sigue instalada en España, con temperaturas que superarán los 40 grados en algunos puntos de Andalucía
A las puertas de la llegada del verano astronómico, que comenzará mañana, el calor ya se ha instalado en España desde hace semanas. Con el aumento de las temperaturas de los últimos años, nos hemos acostumbrado a escuchar a los meteorólogos hablar de noches tropicales, noches tórridas y últimamente están empezando a hablar de noches infernales.
pero, ¡qué diferencia hay entre todas ellas?
La definición de noches tropicales es la que más se ha utilizado para definir noches en las que las temperaturas no bajan demasiado y hacen difícil conciliar el sueño. Pero cada vez es más habitual escuchar los términos de noches tórridas y más recientemente las noches infernales.
Las noches tropicales soon aquellas en las que el mercurio de los termómetros no bajan de los 20 grados y existe una gran humedad y suelen darse en las zonas costeras españolas. Estas características hacen que la sensación de calor sea aun mayor y pueden afectar al descanso y a la salud, sobre todo en lugares de alta densidad de población y en zonas en las que hay poca ventilación.
Las noches tórridas son aquellas en las que las temperaturas nocturnas no bajan de los 25 grados, acompañadas de una sensación de calor intensa y con la variable de la humedad, que puede aumentar notablemente esta sensación térmica. Suelen darse en zonas áridas o semiáridas durante las olas de calor. Sus posibles consecuencias son similares a las de las noches tropicales, provocando problemas de salud y dificultades para conciliar el sueño, pero también deshidratación y agravamiento de enfermedades cardiovasculares.
El término que ha llegado para quedarse ha sido el de noches infernales. Es más coloquial que los anteriores y sirve para describir las noches con calor extremo, en las que los termómetros se sitúan entre 30 y 35 grados y la sensación de calor es casi insoportable, con lo que hace casi imposible descansar y aumenta el malestar general. Normalmente se asocia a olas de calor extremas, cada vez más habituales en España, sobre todo en zonas de interior del sur peninsular, y son peligrosas para la salud, sobre todo para las personas más vulnerables.
Durante noches como estas es fundamental tomar una serie de precauciones para evitar sufrir problemas de salud. En primer lugar, es fundamental estar bien hidratado. beber mucha agua durante el día, aunque no se tenga sed, ayudará a mantener el cuerpo hidratado por la noche. Además, durante estos días de altas temperaturas se recomienda evitar bebidas como el café o el alcohol, que provocan deshidratación en el organismo.
Mantener la habitación ventilada es fundamental. Abrir puertas y ventanas para que haya corriente de aire y ayude a reducir la temperatura de las estancias. El uso de ventiladores y del aire acondicionado se convierten en fundamentales para ayudar el descanso, a pesar de que el aire acondicionado reseca el ambiente y hay que utilizarlo con moderación.
Durante el día, es recomendable mantener la casa aislada del calor extremo. Para ello, hay que tratar de cerrar las cortinas o las persianas en las horas de más calor, para tratar de evitar que se concentre el calor dentro de la casa. Otra opción, en el caso de que se pueda, trasladar el dormitorio a las zonas más frescas del hogar, a aquellas habitaciones en las que no dé el sol de lleno durante el día
La ropa debe ser de algodón o de tejidos naturales que ayuden al cuerpo a transpirar y a disipar el calor.
Es importante no comer alimentos demasiado pesados antes de acostarse y optar por comidas frescas y ligeras como frutas y ensaladas, para evitar el aumento de la temperatura corporal. También se pueden utilizar técnicas de enfriamiento corporal como humedecer una toalla y colocarla en la frente, tobillos o muñecas, zonas en las que la sangre circula cerca de la piel y ayuda a refrescar de manera más eficaz. También se puede recurrir a una bolsa de agua fría o hielo, envuelta en una toalla y colocarla en los pies o en la nuca.
Mantener las rutinas de sueño, como acostarse y levantarse a la misma hora, también ayuda a que el cuerpo se adapte mejor a las condiciones climatológicas.
Durante el día es importante evitar la exposición prolongada a las altas temperaturas, que pueden provoca agotamiento, mareos o golpes de calor. En el caso que se presenten síntomas como debilidad, dolor de cabeza, náuseas o mareos, es necesario acudir al médico de inmediato.