Un plató de mil metros cuadrados y 70 cámaras

Sin prisa pero sin pausa. Desde hace prácticamente un mes -cuando Atresmedia cerró las negociaciones con el Partido Popular, PSOE, Ciudadanos y Podemos para que Soraya Sáenz de Santamaría. Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias- participarán en un debate a cuatro- el grupo puso el marcha una maquinaria técnica con el fin de que la realización del programa funcionase con la precisión de una maquinaría de relojería. Y todo indica a que ningún contratiempo les acecha. Han habilitado un plató de 1.000 metros cuadrados, que tendrá una temperatura entre 19 y 20 grados, en la que estarán presente 18 de las 70 cámaras que están presentes en el operativo. «Cada uno de ellos será seguido por cuatro, aunque posiblemente al final optaremos por dos. Queremos captarles desde todos los ángulos. Al no tener atriles hay que estar muy pendiente de sus movimientos, sus miradas, el lenguaje corporal... El objetivo de darle un dinamismo visual porque no hay que olvidarse que es un programa de televisión», afirma Gustavo Vázquez, el realizador de «7D: el debate decisivo». Además contarán con un clavellina, una cámara caliente (que se desplazará a los lados y por encima del escenario) y una cable clamo que ofrecerá planos cenitales. «Para Ana Pastor y Vicente Valles» estarán dedicadas 3 cámaras que estarán escondidas detrás de los participantes que estarán escondidas en unas troneras. «En la realización hemos tenido presentes los debates que se realizan en Reino Unido que, visualmente, también se convierten en un acontecimiento televisivo», apunta Vázquez, que es muy consciente que tiene ante sí uno de los trabajos más complejos de su carrera.

Pero sí en la realización van a hacer una erguiría, no lo es menos cómo se ha planteado la puesta en escena. El responsable de diseño e imagen de «7D: el debate decisivo», Juan Martín y su equipo formado por 8 personas (a los que hay que sumar las cincuenta que han participado en la construcción del decorado), lleva unas dos semanas pensando qué colores se utilizarían en el plató. No lo tenía fácil. El rojo está identificado con el PSOE, el azul con los populares, el naranja con Ciudadanos y el morado, e incluso el malva, con Podemos. Así se le reducía mucho la gama cromática. ¿La solución?: jugar con diferentes tonos de blanco, «una disciplina muy difícil pero en la que tengo mucha experiencia desde canal plus». Las 10.000 luces leds también ha sido un elemento a tener muy en cuenta. El único alarde cromático que ha concedido son unas finas líneas laterales en verde y naranja (los colores de la Sexta y Antena 3). Lo que se buscaba era un aspecto visual minimista, elegante y un punto tecnológico y que, sobre todo, no distrajese al espectador sobre lo importante: las intervenciones de los políticos. «Siempre he creído que menos es más», afirma Martín que insiste en que era fundamental este concepto para dar más limpieza a los planos cortos sin que se convirtiese en un plano sin enjundia. A pocas horas de que empiece el debate tanto Vázquez como Martín siguen prácticamente enclaustrados en el plató. El diseñador reconoce que «aunque todo bien atado, tengo un runrún porque sabemos la expectación que hay».