Verde

Objetivo: descarbonizar la industria para competir

El Pacto Industrial Limpio prevé movilizar 100.000 millones de euros para la impulsar la fabricación limpia en Europa

Zona industrial con áreas verdes, Francia
Una etiqueta voluntaria de intensidad de carbono identificará acero y cemento europeosDreamstime

La presidenta Ursula von der Leyen ha sido clara: «Europa no es solo un continente de innovación industrial, sino también uno de producción». A lo que ha añadido que «frente a los elevados costes de la energía y una competencia mundial feroz y a menudo desleal, nuestras industrias necesitan ayuda urgente».

En este contexto, la presidenta de la Comisión presentó en Bruselas este miércoles el Pacto Industrial Limpio (PIL), definido como un plan audaz de actividades en apoyo de la competitividad y la resiliencia de la industria europea, que acelerará la descarbonización y garantizará el futuro de la industria manufacturera en Europa.

Los altos precios de la energía, la carga normativa, el traslado de inversiones a otras regiones e, incluso, la ralentización de la demanda de productos limpios, mencionados todos por Von der Leyen «son las cadenas que el siguen frenando a nuestras empresas, que el Pacto quiere romper y demostrar claramente que Europa tiene buenos argumentos económicos».

Reforzar la cadena de valor

El Pacto se enfoca especialmente en reforzar toda la cadena de valor de la producción industrial europea, partiendo de dos sectores estrechamente relacionados: industrias de gran consumo de energía y tecnologías limpias. Las primeras, porque sus altos costes energéticos las ponen en situación de necesitar ayuda urgente para descarbonizarse y electrificarse. Se tiene en cuenta también la competencia mundial desleal y normativas complejas que lastran su competitividad. Las tecnologías limpias, porque que son fundamentales para la transformación industrial, la competitividad y el crecimiento futuro.

La circularidad es otro un elemento central del PLI, para aprovechar los limitados recursos de la Unión y, también, para reducir la dependencia excesiva de proveedores de materias primas de terceros países.

Cinco motores y financiación

El Pacto prevé desarrollar marcos específicos para sectores como automoción, acero, metales, químico y tecnologías limpias.

Pero, para que prospere el PIL, según la Comisión, es necesario actuar sobre seis áreas de actividad básicas, denominados motores en el documento: financiación, para lo que se prevé movilizar 100.000 millones de euros; reducción de costes de energía para abatatar las facturas de industrias, empresas y hogares; estímulo para la demanda de productos limpios, con la introducción de criterios de sostenibilidad y fabricación en Europa en la contratación pública en sectores estratégicos, así como la creación de una etiqueta voluntaria de intensidad de carbono en productos industriales, como acero y cemento. La circularidad, ya mencionada, es estratégica porque las materias primas son esenciales para la industria europea y para reducir la exposición a proveedores poco fiables: compras conjuntas y máxima reutilización para alcanzar que el 24% de materias entre en la economía circular en 2030.

Junto al qué, la UE considera fundamental el con quién. De ahí dos objetivos: aliarse con socios fiables y establecer nuevos acuerdos comerciales y contar con mano de obra cualificada. Para ello se creará una Unión de Competencias, que invierta en los trabajadores, cree puestos de trabajo de calidad promueva condiciones sociales dignas y ayude a los trabajadores afectaros por las transiciones.

Muy resumidamente, estas son las grandes líneas del Pacto, en cuya presentación también se ha hablado de simplificación de medidas burocráticas, armonización de metodologías de medición de carbono, marco normativo más eficiente, etc.

Conceptos que la Comisión asegura son compatibles con los objetivos climáticos y de descarbonización europeos a 2050, si bien los sectores ambientalistas han mostrado desconfianza y temor de que las salvaguardas ambientales se relajen. Por su parte, analistas y sectores industriales consideran que el PIL da respuesta a los retos y desafíos más a corto plazo. Para España, en concreto, se ve como muy positivo dado que el país cuenta con recursos renovables, base industrial y territorio.