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Narcotráfico

Los narcos colombianos y gallegos construyen en la selva nuevos submarinos como el “Che”

El “Che”, como se llamaba el aprehendido este año, fue probado en un río antes de hacerse a la mar

El “Che”, que así se llamaba el semi sumergible con el que los narcoscolombianos-gallegos querían introducir tres toneladas de cocaína en Europa, fue construido en un río selvático de Guayana o Surinam, según han informado a LA RAZÓN fuentes de la investigación.

La embarcación, en cuyo montaje se emplearon entre nueve meses y un año, ya tiene réplicas en fase de elaboración. En su localización trabajan los servicios policiales antidroga internacionales. Los narcotraficantes eligen primero una zona junto a un río navegable, pero que sea de difícil acceso.

Allí comienzan sus “técnicos” a fabricar en fibra el semi sumergible, con un espesor de siete centímetros en el casco. Lo dividen en varias zonas con el fin de que pueda alojar el combustible necesario para recorrer 3.000 millas marinas, la droga, los tripulantes y un potente motor.

Los investigadores han comprobado que la nave llevaba un utensilio que permitía su remolque desde la zona del río en que se construyó hasta la costa marítima en la que recogió la droga e inició la travesía.

Antes de emprender esta última fase de la operación, la nave fue probada repetidamente en el río con el fin de comprobar que el motor, totalmente nuevo para evitar fallos que echaran a perder el transporte, funcionaba correctamente; no existían vías de agua; las válvulas de refrigeración estaban en condiciones, etcétera.

Simultáneamente, la tripulación, formada por un capitán, un mecánico y un “garante” de la droga, de su recogida y entrega, era entrenada para que pudieran afrontar una travesía tan larga, no exenta de peligros.

La Policía Nacional sospechaba desde hace tiempo que los narcotraficantes utilizaban este tipo de embarcaciones, tal y como publicó LA RAZÓN en un anterior reportaje. Y pusieron en marcha la operación “Baluma” en la que, gracias a la información obtenida con medios propios y la colaboración internacional, se pudo desplegar un dispositivo para localizar la nave.

La Brigada Central de Estupefacientes de la UDYCO CENTRAL recibió las primeras informaciones el 15 de noviembre de 2019 proveniente del MAOC-N (Centro de Análisis y Operaciones Marítimas en materia de Narcotráfico). Se hablaba de una embarcación desconocida, sospechosa de ser utilizada para llevar a cabo el transporte de sustancia estupefaciente, concretamente cocaína, hacia las costas gallegas(España).

La embarcación era un semisumergible (tipo submarino) que pretendía trasvasar la droga a una tercera embarcación frente a las rías gallegas.

En esta operación han sido detenidos un total de seis individuos: Pedro Delgado Manzaba, nacido el 31-05-1975 en Ecuador; Luis Benítez Manzaba, nacido el 25-08-1977 en Ecuador; Rodrigo Hermida Movilla, nacido el 20-06-1993 en Santiago de Compostela; Agustín Álvarez Martínez, nacido el 23-10-1990 en Vigo; Enrique Carlos Serantes, nacido el 25-11-1965 en Vigo; y Yago Serantes Pérez, nacido el 27-08-1991 en Vigo, según las citadas fuentes.

La elección de este tipo de embarcaciones se debe a que operan en las cercanías de la superficie, zona donde los radares son poco eficaces; y los sonares son prácticamente inútiles, además de hacer muy difícil su identificación visual, incluso desde el aire.

Los expertos subrayan que “a pesar de parecer inicialmente un submarino, nos encontramos claramente ante lo que es conocido como una embarcación de bajo perfil, que fue creada ad hoc para la operación en cuestión. ”Se ha podido constatar que la calidad del casco del narco submarino es muy resistente, con un estructura o pared de más de siete centímetros de grosor de fibra. Asimismo, llamó la atención el sistema de remolque del semisumergible.

Se confirma que fue fabricado en una zona fluvial, donde se realizaron los ensayos con anterioridad a la travesía. De las cinco partes en que está dividida la nave, tres son para los depósitos de combustible, otra para la carga y el habitáculo utilizado como cabina. Había un timón y una brújula aunque se sospecha que disponían de otros elementos para poder realizar comunicaciones o, en su caso, ubicar su posición.

Se da como seguro que se deshicieron de los mismos con el fin de no dejar rastro del tracking o ruta que siguieron. En esta zona está también la escotilla por la cual se accede a la zona de carga de la droga y al cuadro de mando; disponía a ambos lados dedos pequeñas literas para descansar; y de tres ventanas a cada lado con el fin de poder tener cierta visibilidad a lo largo de la travesía y un sistema de ventilación en la cabina.

La quinta parte es la zona del motor, con un sistema de ventilación y refrigeración. Se investiga por las razones de bautizar al barco el nombre de “CHE” podría referirse a la persona u organización que ha organizado la travesía, con el fin de identificarse entre los grupos criminales, o simplemente un apodo o nombre para poder referirse a la embarcación.

Los fardos de la droga llevaban unos “sellos” visibles, entre ellos un caballo. Por razones operativas no se dan más detalles al respecto ya que la investigación está abierta y se confía en obtener importantes resultados en colaboración con las autoridades colombianas.

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