Eutanasia
¡Viva la muerte!
Quién iba a decir que este año, en el que se conmemora el centenario de la fundación de la Legión, los progresistas que nos gobiernan –es un decir–emularían a su fundador Millán-Astray. Pido perdón por la comparación a esos valerosos guerreros –no solo soldados– que integran esa gloriosa unidad militar.
Son los «novios de la muerte» conforme a su credo legionario y, conscientes de que sólo se muere una vez y de que acogen las misiones más peligrosas en el combate, entregan su vida con arrojo y honor en sacrificio por su amada Patria, España.
El «viva la muerte» de los «eutanasiastas» progresistas nada tiene que ver con este morir por tan noble causa. Ellos no acogen la muerte, la facilitan a otros, a los «desposeídos de la tierra», que no ocasionan más que gasto y complicaciones con sus dolores y enfermedades. Solo son vistos como insolidarios al engrosar el gasto sanitario y no contribuir con sus pensiones al saneamiento de las cuentas públicas.
Dicen que –de momento– tasarán mucho los supuestos, con todas las garantías médicas, personales y familiares. Nada de eso: Abierta la puerta que invita a morir, la visita al hospital de los pacientes delicados, dejará de suponer acudir a un lugar seguro donde tratan de curar y ayudar en el doloroso trance vital. Como miles de ancianos holandeses, que se resisten a ingresar en sus hospitales.
Viva la muerte…de los que sobran, para los progresistas.
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