Coronavirus
Necesaria disculpa
Es muy difícil evadirse del análisis de la evolución de la pandemia en el mundo y en España, algo normal ya que estamos viviendo una situación desconocida, atendiendo al nivel de cambio producido en nuestras vidas, a la paralización económica y, sobre todo, al número de hospitalizados y fallecidos.
Que España sea el segundo país del mundo en víctimas mortales –más de cuatro mil– muestra que hay causas específicas que nos afectan y que deben ser particularmente estudiadas. Ni la población total, ni nuestro nivel de desarrollo lo explican por sí mismos, sino todo lo contrario.
Se asume a nivel general –menos por el Gobierno– que se ha reaccionado tarde y mal, y que ello es causa importante de las preocupantes cifras actuales. Por ejemplo, ya no podemos confiar en lo que nos dicen el Gobierno y su portavoz sanitario para la ocasión, pues ahora vemos que sus comparecencias hasta el 9-M fueron una sucesión de «fake news»; y recordemos que les creímos durante más de un mes, y ahora se ha demostrado que nos ocultaban la verdad.
Para sobrellevar esta situación con credibilidad, y lo que queda, sería conveniente un humilde reconocimiento del error. No es mucho pedir una rectificación –por respeto a la verdad y a la sociedad– y una disculpa pública. Rectificar es de sabios y además honra el ejercicio de humildad a quien lo hace.
Al menos, que no nos engañen como a chinos.
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