Lo que el viento se llevó

Esta mítica película, con Clark Gable de galán y Vivien Leigh como insuperable Scarlett O’Hara, fue galardonada con 10 Oscars, batiendo todos los récords en ingresos y reconocimientos. Representa un icono cinematográfico mundial, hasta el punto de haber sido calificada por el Instituto norteamericano del cine, como la «mejor película norteamericana de toda la historia». Ahora ha sido «transitoriamente» retirada de la plataforma HBO por considerarla racista, en la estela de la brutal muerte de George Floyd. De seguir esta lógica, deberán desaparecer todas las obras del séptimo arte disconformes con la dictadura de lo políticamente correcto. No quedará ni una del Far West del mítico director John Ford, con sus intrépidos jinetes del 7º de Caballería en sus legendarias cargas contra las tribus indígenas, que ahora serán censuradas por exaltar el genocidio indígena.

Todas las Artes y la Cultura, en sus diversas expresiones, deberán pasar por la censura ex post. El género escultórico ya conoce este juicio: En EEUU retiran las estatuas de Cristóbal Colón y Fray Junípero Serra, y la del esclavista Edward Colstom, ha sido arrojada al río en Bristol. Aunque Colau ya se adelantó haciendo lo propio en Barcelona con la del mecenas Antonio López, por el mismo motivo.

El «adanismo» selectivo combinado con el dogma de la «corrección política», es irresistible. Tanto, que con ellos empieza un nuevo orden, una «nueva normalidad». Todo lo anterior será lo que el viento se llevó.