Un nuevo tablero electoral

La evolución electoral en los siete meses transcurridos desde las últimas generales de noviembre de 2019 se caracteriza fundamentalmente por la desmovilización del voto de los dos partidos que componen la coalición de gobierno, pues en este breve periodo de tiempo, la izquierda ha pasado de contar con 10,5 millones de votantes a 9,2 millones.

El otro factor que caracteriza estos siete meses es el reajuste interno en el centro derecha, que no afecta de forma significativa al número de votantes de su conjunto, pero sí a la distribución del voto entre los partidos que lo componen. Si bien desde noviembre de 2019 la derecha sigue prácticamente con su mismo electorado, 10,4 millones en las elecciones generales del 10-N y 10,3 millones le votarían en la actualidad.

El peso del centro derecha aumenta, ya que en su conjunto, aunque repite el número de votantes del 10-N, ahora habría 1,3 millones votantes menos de la izquierda, lo que en porcentaje de voto haría pasar al centro derecha del 43,1% al 45,2% de los votos. Y de 153 escaños en el Congreso de los Diputados a 168. Por el contrario las izquierdas pasarían de representar el 43,3% del voto del 10-N al actual 40,3%. Su número de parlamentarios pasaría de 158 a 142 diputados.

El PP ha subido en el periodo noviembre de 2019 a mayo de 2020, de 5,0 millones de votantes a una expectativa de voto de 5.7 millones. Vox ha pasado de los 3,7 millones recogidos el 10-N a los actuales 3,3 millones, mientras que Ciudadanos ha caído de los 1,7 millones a 1,2 millones. Por lo que en términos netos, el PP se beneficia de los descensos en votantes de sus dos principales competidores electorales.

El trasvase del voto de Vox hacia el PP es muy importante, de 341.000 votantes, y el número de votos que llegan desde Ciudadanos es de 252.000. Tanto para los de Abascal como para los naranjas el trasvase de votante hacia el PP, desde las elecciones de noviembre, es la principal causa del descenso de estos dos partidos, que flanquean a izquierda y derecha al PP.

Esta concentración del voto en el Partido Popular, demuestra, que con el mismo número de votantes de centro derecha que en noviembre, se obtendrían 15 escaños más. Debido al fortalecimiento electoral del PP en los últimos meses, en los que ha pasado del 20,8% al 24,9% del voto, precisa una cantidad muy razonable de votos para obtener un acta de diputado; concretamente 52.000 votos de media en el conjunto de España.

Mientras que Vox, que en estos meses ha descendido del 15,0% al 14,6%, precisa de una media de 70.000 votos para conseguir un diputado. Pero aún es mayor la desproporción con respecto a Ciudadanos, ya que estos requieren de 158.000 votos de media para alzarse con un escaño, puesto que han bajado del 6,8% del 10-N al actual 5,2%.

Estos datos objetivos deben hacer reflexionar al electorado del amplio espectro ideológico del centro derecha, pues dividiendo el voto hacen muy difícil que puedan llegar a la Moncloa. Un elemento que debería contribuir a encontrar una fórmula para la unificación del voto es que tanto el electorado de Vox como el de Cs, ha sido votante del PP. En las elecciones generales de 2011 el PP recibió 10,9 millones de votos. En las siguientes elecciones generales, las de 2015, el PP tuvo que compartir su electorado con CS; 7,2 millones para Rajoy y 3,5 para Rivera, sumaron entre ambos 10,7 millones, prácticamente los mismos de 2011.

En las últimas elecciones generales de 2019, el PP bajó a 5,0 millones, Rivera le fue peor al quedar con tan solo 1,7 millones de votantes y Vox alcanzó los 3,7 millones, la suma total fue de 10,5 millones. Por lo tanto el voto del centro derecha oscila entre los 10,3 y 10,9 millones de votos, unificados en la candidatura del PP en 2011 dieron a Rajoy la mayoría absoluta.