Iglesias reforzado
ERC y Bildu blindan al vicepresidente en La Moncloa
Tras dar forma a su «bloque de Gobierno», el líder de Podemos se ve fuerte por ser garantía de estabilidad e influencia al sentar con los Presupuestos un precedente que ate al PSOE a la vía republicana y abertzale
No fue baladí la siguiente afirmación pronunciada por el entonces tan solo líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, apenas un mes antes de que se formara el primer gobierno de coalición en España desde la segunda República. «El bloque de la moción de censura está llamado a asumir la responsabilidad de la dirección del Estado». 9 de diciembre de 2019.
Se refería el hoy vicepresidente segundo del Gobierno a reforzar una mayoría parlamentaria que hoy da como resultado su sustento y blindaje en Moncloa. La pinza con ERC y Bildu. Una alianza que hasta la entrada de Iglesias en el Gobierno era efímera y que él mismo comenzó a tejer en 2018 con el éxito de la moción de censura gracias al aval del bloque de izquierdas en la Cámara Baja, previa intercesión de Unidas Podemos, quién fuera artífice negociador de una mayoría que logró echar a Mariano Rajoy del Gobierno.
Un año después, Iglesias se congratula ahora de que la que fuera una declaración de intenciones hoy puede explicarse como su «seguro de vida» político para garantizar su estabilidad e influencia tanto dentro del Gobierno, y con el PSOE, y también en el Congreso de los Diputados. El recuerdo de unos Presupuestos tumbados, en 2019, todavía estaba vivo en Unidas Podemos, cuando también había ser el nexo del bloque «Frankenstein» que cobraba fuerza tras la moción.
Podemos logró este mes, tras negociaciones intensas, el sí de los cinco diputados de Bildu. Unidos hoy a los 13 síes de ERC, el mantra en Unidas Podemos es el mismo. El rédito de la ecuación es más que positivo: 18 votos asegurados que, unidos a los 35 morados en el Congreso proporcionan la suma de 53 diputados para atar al PSOE siempre a la misma coordinada dispuesta a facilitar la estabilidad de la Legislatura con el fin de cerrar el paso siempre al bloque del centro derecha. Los votos del PNV, irían por otra interlocución –la de los socialistas–pero con el sí también de los nacionalistas vascos se refuerza todavía más ese bloque llegando a rozar los 179 apoyos de izquierdas en el Congreso de los Diputados. Se vale el partido del vice presidente de la unión del bloque independentista y el de la izquierda abertzale de luchar políticamente con los de Casado y Santiago Abascal y propicia así Iglesias la aritmética suficiente para que el presidente del Gobierno aleje la posibilidad de recurrir a la vía Ciudadanos en futuras negociaciones. Logra Iglesias ofrecer un «bloque de Gobierno» sólido con canal abierto en Moncloa. Es, éste uno de los objetivos prioritarios de los morados, conscientes del peligro de que los socialistas en el Gobierno traten de dar estabilidad a la vía naranja y, consecuentemente, el poder de Unidas Podemos en el Ejecutivo se vea desdibujado.
El análisis en el partido que hoy se celebra es que la pinza con ERC y Bildu les encumbra, afianza la influencia de Iglesias dentro del Gobierno como negociador siempre de una vía segura que logre superar las votaciones de las grandes leyes que el Ejecutivo someta a votación en el Congreso de los Diputados. Esa fotografía se vio reflejada en la enmienda presentada por Unidas Podemos junto al partido republicano y al abertzale para frenar los desahucios. Una suerte de presión a Pedro Sánchez que este jueves cobró el resultado deseado: que el Gobierno haya decidido blindar los desahucios por vía decreto ley. Hoy, con el «no» de Ciudadanos a las Cuentas Públicas, Iglesias ve reforzada su estrategia personal de forjar la alianza de izquierdas que blinda, según los análisis morados, a Iglesias dentro de la coalición y frente a las posiciones más moderadas en Moncloa que veían con buenos ojos un apoyo de los Presupuestos en el PP y Ciudadanos.
Con los Presupuesto Generales del Estado encarrilados, Iglesias también asegura ya abiertamente que «la coalición está fuerte» y lo justifica precisamente en las cuentas públicas. «Poca gente se podía imaginar que el bloque de la investidura se vería reforzado con el sí de Bildu, ERC, también del PNV…», aseguró el vicepresidente este mismo jueves para bendecir los apoyos, otra vez más haciendo referencia a «la dirección del Estado» en donde ubica a estos partidos. «Con estos apoyos se refuerza la dirección de Estado progresista y tenemos razones para estar satisfechos», sentenció.
Los próximos pasos en esta dirección tendrán un nuevo escenario. El próximo 14 de febrero en Cataluña. La intención de los morados es que la suma aritmética convertida en tripartito PSC, ERC y Comunes arrebate a JxCAT el poder del Parlament . Así los morados verían convertida en una realidad su idea de extrapolar el gobierno de coalición a nivel nacional a los territorios, conscientes de que es la única manera de que sus marcas blancas logren formar parte de los gobiernos autonómicos al carecer Unidas Podemos de una arquitectura sólida en las comunidades.
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