Industria
La revolución digital ha llegado a Navantia. Los astilleros de la compañía pública en la ría de Ferrol, la bahía de Cádiz y en Cartagena tendrán poco que ver dentro de unos años con los de hoy. En un futuro no muy lejano, será común ver robots en los talleres donde se construyen los bloques de un barco o en los almacenes, las piezas fabricadas con impresoras 3D estarán por todo el buque, el 5G permitirá una conexión rápida entre los equipos repartidos por los centros, y la realidad aumentada apoyará a los operarios en las tareas más complejas.
Estos son solo algunos ejemplos del plan de transformación digital en el que está inmerso el mayor constructor naval de España que cuenta con un presupuesto de aproximadamente 500 millones de euros hasta el próximo 2022. El proyecto apuesta no solo por modernizar y automatizar los procesos de trabajo en los astilleros, sino también persigue dar el salto a plataformas digitales para gestionar todas las fases de construcción de un buque, desde el diseño, hasta la fabricación, e incluso el mantenimiento durante su servicio en el cliente.
El programa gemelo digital
Si hablamos de programas concretos, el gemelo digital es quizás el más conocido y uno de los más importantes. El gemelo digital no es otra cosa que una representación virtual de algo físico que puede ser un barco, una parte de un barco o un proceso, como el montaje de pieza de artillería. Desde el punto de vista conceptual, no tiene nada que ver como una maqueta digital que refleja básicamente en 3D con realidad aumentada los diferentes equipos de un barco. Es algo más.
El gemelo digital de Navantia incorporará técnicas de modelado, simulación e inteligencia artificial que permitirán contar con una representación virtual capaz de reproducir el comportamiento del barco en todo tipo de misiones y hacer un seguimiento permanente del funcionamiento de sus equipos y sistemas. Entre las ventajas, aportará más información al comandante para la toma de decisiones y podrá detectar averías antes de que se produzcan, haciendo más eficiente el mantenimiento y reduciendo costes. Navantia también gana, puesto que lo utilizará para mejora la calidad del diseño y optimizar la producción.
Astillero 4.0
Dando el salto al astillero, dos grandes proyectos están en marcha en los centros de Ferrol y San Fernando para mejorar y automatizar los procesos de fabricación del acero en los talleres de fabricación de unidades abiertas o sub bloques, elementos que conforman los bloques del barco. En astillero gallego, la inversión aprobada por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), que controla Navantia, asciende a 100 millones de euros y en las instalaciones gaditanas es de más de 30 millones.
La compañía trabaja también en su Centro de Fabricación Aditiva (Cefan), ubicado en el astillero de Puerto Real, en iniciativas para producir en serie ciertos componentes del barco mediante impresión 3D, lo que implicará un ahorro de dinero y de costes. En este centro, el área de reparación ha completado recientemente la digitalización de todo el proceso de varada de un barco. Los almacenes de Ferrol también entrarán a principios del próximo año en el mundo digital gracias a un programa piloto.
Por otra parte, en las instalaciones de Cartagena, que acogen la construcción de los submarinos S-80 de la Armada española, las inversiones están enfocadas a aumentar la calidad de fabricación del casco resistente de los sumergibles, intentando robotizar y automatizar procesos de montaje y la inspección de calidad.
La fragata F-110, motor del cambio
La fragata F-110 será el programa que actuará como lanzadera para gran parte de estos avances que poco a poco empiezan a ser una realidad. Navantia firmó en 2019 un mega contrato valorado en más de 4.300 millones de euros con el Ministerio de Defensa para construir cinco nuevas fragatas de última generación para la Armada española que entrarán en servicio entre 2026 y 2030. Este acuerdo incluye mucho más que la entrega de los buques. Como explica el director de Tecnologías y Transformación Digital de Navantia, Donato Martínez, la F-110 es el primer buque contratado en todo el mundo con un gemelo digital.
Navantia no está sola en este proceso. El astillero estatal ha encargado una nube privada a Telefónica con altos estándares de seguridad donde quedará alojada toda la información de gestión de programas. El primero será la fragata F-110 y, después, le seguirá el nuevo buque de intervención subacuática BAM-IS, cuya orden de ejecución está prevista para principios de 2021. La compañía, además, acaba de lanzar este mismo mes de diciembre una plataforma digital, bautizada como Elcano.
La primera versión será utilizada para trabajos de ingeniería y, de cara al próximo año, están previstas actualizaciones que aumentarán de forma progresiva las funciones. Aquí estará toda la información de diseño del barco. “La F-110 estará compuesta por unos 2.000 sistemas e implicará sobre 1,5 millones de horas de ingeniería, con todo lo que supone de datos e información”, subraya Martínez. En este caso, Navantia va de la mano de Siemens y Saab.
Apuesta por la formación del personal
Las personas son el último punto de este proyecto y el más importante. En torno a ellas girarán todos los avances. La compañía tiene claro que las profundas transformaciones ideadas no serán posibles sin la adecuada formación del personal y un auténtico cambio de mentalidad. La tecnología no viene a sustituir a nadie. Los procesos, aunque serán más automáticos, seguirán necesitando a trabajadores que los controlen y tomen decisiones y muchos de ellos continuarán siendo manuales. “El reto número es la gestión del cambio, conseguir que la gente adopte lo digital”, destaca el responsable del plan. Al final, tecnología y personas, da igual el orden, serán la clave de un proceso con el que Navantia pretende estar a la vanguardia en la construcción naval.