Discurso

Zarzuela evitará otro “somos iguales ante la ley” en el mensaje de Navidad del Rey

Obviará la ofensiva contra la Corona y lanzará un mensaje unitario tras la pandemia

El cuarto poder constitucional
El cuarto poder constitucionalCasa de S.M. el ReyLa Razón

Todos los años, en la que quizá sea la tradición institucional más arraigada desde la Transición, el Jefe de Estado se dirige al conjunto de la nación en la noche de Navidad, poco antes de que den comienzo las cenas de Nochebuena en todos los hogares españoles. Este año la cita es doblemente relevante: 2020 ha sido el año en el que España ha tenido que hacer frente a una trágica pandemia que se ha cobrado la vida de decenas de miles de españoles cuya ausencia será especialmente notada la noche del 24. En lo institucional, la fecha ha coincidido con un momento de máxima tensión para la Corona, asediada por la utilización política y mediática que la extrema izquierda y el independentismo están haciendo de las tres investigaciones que la Fiscalía del Supremo mantiene abiertas sobre las finanzas de Don Juan Carlos.

Al tratase del discurso en el que la Corona brilla con luz más propia de todo el año, la discreción que Zarzuela mantiene en torno a su redacción es si cabe más absoluta que la habitual en fuentes tanto oficiales como extraoficiales, pero el análisis de la línea que viene manteniendo la Casa de S. M. el Rey y de los precedentes que se han ido produciendo este año –y en realidad desde que se inauguró este reinado en 2014– permiten atisbar cuales podrían ser las ideas fuerza en las que se moverá una de las más esperadas intervenciones de Felipe VI. El hecho central por lo que será recordado este año que ahora acaba es sin duda la pandemia desatada por el coronavirus desde marzo y, como no puede ser de otra manera, será también el núcleo de mensaje de este año. E

En continuidad con lo que Don Felipe ha venido señalando en numerosas locuciones a lo largo del año, el Rey pondrá previsiblemente en valor que la crisis sanitaria ha puesto a prueba las capacidades de los Estados y revelado sus carencias y sus fortalezas. «Frente a tanta pérdida, tanta incertidumbre y tanto pesar, han renacido en nosotros también otros sentimientos y actitudes positivas que quizá en demasiadas ocasiones parecían adormecidos», reflexionó el Rey en Oviedo con motivo de la entrega de los premios Princesa de Asturias, una idea-fuerza que reaparecerá a todas luces este próximo jueves, como también lo hará la necesidad de subrayar la «trascendencia de los altos valores que deben regir la vida democrática; la importancia que, para todos, sin distinción alguna, tienen la solidaridad, la unión, en definitiva, el afecto». El hecho de que la conclusión de la crisis sanitaria esté aun en un futuro incierto hace pensar que se producirá una llamada a la unidad, al sentido del deber y al civismo en un momento en el que lo más necesario es el valor y esperanza.

Sin duda el momento de mayor intensidad emocional del discurso será el recuerdo, a punto de empezar la cena de Nochebuena en los hogares españoles, de tantos miles de españoles ausentes: poner palabras en el tono exacto a tanto dolor es un duro trago que no nos hace envidiar la posición del redactor de los discursos del Monarca. «El valor de estrechar la mano, de un abrazo, de una caricia… Un afecto que entre todos hemos cultivado a lo largo del tiempo y que nos enlaza y nos atraviesa, dándonos vida», fue una de los momentos mas inspirados del discurso de Oviedo en octubre y este tipo de pinceladas podrán repetirse este jueves.

Otro de los retos a los que tendrá que hacer frente el discurso será cómo encarar la polémica que más disgustos ha dado a Zarzuela durante este 2020: el goteo constante de titulares sobre las irregularidades financieras de Don Juan Carlos. Es preciso recordar que la Casa De S. M. el Rey dio por zanjado este asunto con su comunicado del 15 de marzo –precisamente durante las primeras semanas de la pandemia– en el que se retiró la asignación a Don Juan Carlos y en el que indicó que a partir de ese momento sería su abogado quien se encargara de dar las informaciones pertinentes sobre el anterior Jefe de Estado. Esta es la razón de que pueda darse por descontado que no habrá una alusión directa a la polémica parecida a la que pronunció el propio Don Juan Carlos en 2011 al hilo del Caso Nóos, ese famoso: «La Justicia es igual para todos» que copó todos los titulares al día siguiente. Se tomarán, por tanto, todas las precauciones para que una atención mediática saturada por la situación de Don Juan Carlos –y siempre hambrienta de más– no empañe una cita en la que la Corona está llamada a brillar con intensidad bajo su mejor aspecto, es decir, como garante de la unidad de todos los españoles, de sus derechos y deberes y del correcto funcionamiento de las instituciones. En consecuencia, de producirse alguna mención será tangencial y en la línea de recordar el compromiso adquirido en su discurso de proclamación en el Congreso en 2014, es decir, con la «ejemplaridad», con la necesidad de ganarse «el respeto y confianza» de los ciudadanos y de «preservar el prestigio de la institución», y con mantener una «conducta íntegra, honesta y transparente» y «acreedora de la autoridad moral necesaria para el ejercicio de sus funciones».

Sin duda esto resultará muchos más fácil después de que Don Juan Carlos hizo púbica su decisión de no regresar a España durante estas navidades aduciendo la situación epidemiológica que vive el país y su condición de persona de riesgo a causa de su avanzada edad. Aunque, en efecto, su decisión ha creado una etapa de relativa calma para permitir que el Mensaje de Navidad llegue con todas sus fuerzas lo cierto es que su situación seguirá siendo motivo para que se produzca ruido mediático en el futuro próximo que enturbie los esfuerzos que Zarzuela está haciendo por relanzar la imagen de la Familia Real, una situación que no se enderezará hasta que no se aclare definitivamente el horizonte jurídico del anterior Jefe de Estado y se encuentre una solución definitiva a su lugar de residencia permanente.