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Iglesias se reafirma en su desafío a Moncloa por la falta de “normalidad democrática” en España

El vicepresidente vuelve a cuestionar el Estado de Derecho a cuenta de polémica de Bárcenas y presiona para reformar el CGPJ

Nadia Calviño ha respondido hoy a Iglesias que España "es una democracia plena"
Nadia Calviño ha respondido hoy a Iglesias que España "es una democracia plena"MariscalEFE

El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, no ceja en su empeño de cuestionar el sistema democrático español, a pesar de que desde Moncloa se le haya desautorizado abiertamente en las últimas horas. En una entrevista en el Diario Ara, el líder de Podemos aseguró ayer que “como vicepresidente del Gobierno español” tiene que reconocer que “no hay una situación de plena normalidad política y democrática en España cuando los líderes de los dos partidos que gobiernan Cataluña, uno está en prisión y el otro en Bruselas”, en referencia a Oriol Junqueras y Carles Puigdemont.

Un mensaje muy peligroso por el cuestionamiento al sistema que supone por un miembro del Ejecutivo y que dejaba, además, en evidencia a la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, que defendió con vehemencia el Estado de Derecho español ante los ataques del ministro de exteriores ruso, Serguéi Lavrov, que comparando la situación del opositor Alexéi Navalni encarcelado en Rusia tras ser envenenado, con la de los políticos condenados por su papel en el “procés”.

La reacción del Gobierno fue inmediata. Desde varios ministerios se mostró el “absoluto desacuerdo” con Iglesias y se reivindicó la democracia española como una de las mejores del mundo. Así lo hicieron ayer en privado y en público Carmen Calvo y José Luis Ábalos y hoy se ha manifestado también en estos términos la ministra de Economía y vicepresidenta tercera, Nadia Calviño, defendiendo que España “es una democracia plena” y que “en el Gobierno estamos para resolver los problemas de la gente”. “Lo demás es más bien ruido que no contribuye a mejorar la vida de las personas”, ha señalado. A pesar de la desautorización, Iglesias ha vuelto hoy a reafirmarse en este cuestionamiento, ironizando sobre la “normalidad democrática” que suponen las últimas noticias publicadas sobre el “caso Bárcenas”.

En un mensaje en su cuenta de Twitter, Iglesias ha repasado la trayectoria de Enrique López como “juez/político”, vinculando su recorrido público con las actuales responsabilidades como secretario de Justicia de la dirección del PP. López es el “negociador” de Casado para la reforma del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) con los socialistas y ha llegado a señalar que “Podemos no debe estar en las cosas del comer”, como el propio vicepresidente recuerda en su perfil de la red social.

Este veto a los morados en la negociación de la renovación del órgano de gobierno de los jueces es algo que molesta a Podemos, que ha aprovechado la reactivación del “caso Bárcenas” para redoblar la presión sobre el PSOE para reactivar la reforma agravada del CGPJ que se dejó en “stand by” en el Congreso. Esa reforma prevé una rebaja de las mayorías parlamentarias para elegir a los vocales que componen este órgano (desde los 210 escaños, hasta los 176). En caso de que esta modificación prosperase, el Gobierno podría renovar el Poder Judicial con sus socios de investidura, sin necesidad de contar con la connivencia del principal partido de la oposición.

Flaco favor a los Comunes

Estos pronunciamientos de Pablo Iglesias se entienden en clave de campaña para marcar perfil respecto a los socialistas. En el Gobierno hay profundo malestar, aunque lo encuadran en el contexto electoral, y critican que por arañar un puñado de votos se ponga en cuestión la “normalidad democrática” desde dentro del propio Ejecutivo. Tampoco los Comunes comparten esta estrategia de confrontación continua dentro de la coalición y temen que pueda llegar a pasarles factura en las urnas. De este modo, hoy la candidata de En Común, Jéssica Albiach, ha tenido que salir al paso de las declaraciones de Iglesias reivindicando su total compromiso con la democracia en España.