Drama Inmigración

Tiran al mar el cadáver de un niño, muerto por desnutrición, durante una travesía a Canarias

La Policía ha detenido al patrón de la patera, que consideró que “había que hacer sitio”

La presencia de menores es habitual entre los subsaharianos que llegan en patera o cayuco a Canarias EFE/Ángel Medina G.
La presencia de menores es habitual entre los subsaharianos que llegan en patera o cayuco a Canarias EFE/Ángel Medina G.Ángel Medina G.EFE

La maldad de las mafias marroquíes de la inmigración no tiene límite. Tuvieron a una mujer, con sus mellizos de nueve años, sin comida ni agua en el desierto del antiguo Sáhara español, antes de embarcarlos en una patera.

Durante la travesía hacia Canarias, que duró cuatro días, murió uno de los niños y, “para que no ocupara sitio” en la nave, tiraron su cadáver a la mar. La madre intentó suicidarse a continuación, lo que impidieron los otros ocupantes y, cuando llegó a Gran Canarias, tuvo que ser hospitalizada, víctima de un schock, al igual que su otro hijo, que estaba gravemente desnutrido.

Se trata de un hecho que pone de manifiesto el drama que supone la inmigración. Un grupo de subsaharianos habían logrado llegar hasta la antigua Villa Cisneros (Dajla), en el Sáhara Occidental, donde establecieron contacto con las mafias marroquíes. Eran 35 y a cada uno les cobraron 2.000 euros para llevarlos hasta Canarias.

Una madre, que iba acompañada de sus mellizos de nueve años, tuvo que pagar, por lo tanto, 6.000 euros.

Como las condiciones de la mar no lo permitían y las mafias nohabía embarcaciones disponibles, los tuvieron escondidos en el desierto durante una semana. No les facilitaron comida ni agua, por lo que su situación, a la hora de subir a la patera, ya era bastante precaria.

La nave a la que accedieron, alrededor del 10 de enero, tenía seis metros de eslora y allí se hacinaron los 35.

Previamente, los responsables de las mafias habían escogido a dos, que por haber sido pescadores o tener algunos conocimientos de navegación, harían de patrones.

Durante el trayecto hasta Canarias, hasta que fueron detectados y auxiliados por Salvamento Marítimo, pasaron cuatro días (se suele tardar dos) por la falta de pericia de los “patrones” o por el estado de la mar. De los 34 que quedaban en la patera, 20 eran mujeres o menores de edad.

Los que hicieron de patrones, junto con otros que han realizado la misma función en otros viajes, han sido detenidos en una brillante operación, desarrollada por la Jefatura Superior de Policía de Canarias.

De los arrestados, seis son marroquíes, cuatro de Gambia; dos de Mali; uno de Mauritania y uno de Guinea Konakry. Todos ellos han ingresado en prisión. Hay una mujer que fue arrestada, pero que permanece en libertad ya que tiene hijos a su cargo.

Según han informado a LA RAZÓN fuentes policiales, la labor de identificación de los patrones de las pateras resulta complicada por el miedo que los inmigrantes tienen a las mafias. A base de una investigación concienzuda se logra, finalmente, que señalen a estos individuos sin cuya labor son imposibles los viajes.

Los responsables de las mafias no arriesgan nunca y, tras cobrar el dinero, 2.000 euros por persona, que se ha convertido en una especie de “tarifa oficial”, se desentienden de los inmigrantes.

La Policía considera prioritario, como ha demostrado enésta y otras operaciones anteriores, desmantelar las tramas en España de las mafias marroquíes y localizar y detener a los que colaboran con ellas, en este caso como patrones de las pateras.