Acto

El PP invitará a Rajoy y a Aznar a su convención como público

En la dirección no ven conveniente que tengan protagonismo con discursos

El líder del PP, Pablo Casado con los dirigentes del partido, en la presentación de la convención que se celebrará en otoño en Valencia
El líder del PP, Pablo Casado con los dirigentes del partido, en la presentación de la convención que se celebrará en otoño en ValenciaCristina BejaranoLa Razón

La dirección del PP ha echado ya a rodar el marketing de la Convención Nacional que celebrarán en octubre. Se trata del gran acto de relanzamiento del proyecto de Pablo Casado, con el que Génova quiere afianzar el proceso de reunificación del centro derecha. Y, para ello, la gran obsesión del equipo de Casado es que se hable de futuro y no de pasado. Del nuevo PP, y no del viejo PP, simbolizado por los casos de corrupción, y con el que esta dirección quiere escenificar su ruptura incluso por la vía de poner en venta la sede nacional del partido, con la que se relaciona a Gürtel, a Luis Bárcenas, a la financiación irregular y a todos los demás puntos negros de ese pasado. Por querer, en Génova no quieren que los ex presidentes del Gobierno José María Aznar y Mariano Rajoy resten protagonismo al líder del PP, Pablo Casado. Incluso, de poder ser, preferirían que no estuvieran. Pero, como dicen en el partido, tienen la obligación formal de invitarles, otra cosa es que, si ellos confirman, luego busquen la manera de que pasen lo más desapercibidos posibles dentro de la agenda del acto. Invitarles, sí, pero «como público», no para que hagan un discurso.

Génova da vueltas para no enfrentarse directamente no ya con los ex presidentes, sino con quienes todavía dentro del Partido Popular mantienen vínculos con ellos. Realmente es un sector residual, sin apenas fuerza, salvo el caso más representativo del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, que siempre ha dado la cara por Rajoy. De hecho, en la última entrevista que concedió a este periódico explicó que a él le gustaría ver a todos los ex presidentes del Gobierno juntos en la Convención, coincidiendo incluso en el mismo día, en una imagen de unidad. También criticó que en los dos principales partidos se esté cometiendo el mismo error de no saber valorar lo que representan sus ex presidentes.

La dirección del PP evita la polémica oficialmente. Pero fuera del circuito oficial lo que te dicen es que ellos prefieren que este importante acto político, la reunión del máximo órgano de dirección del partido entre Congresos, se celebre sin sombras sobre Casado. Entendiendo por sombras las figuras de Aznar y de Rajoy.

Están los precedentes de que cada vez que han intervenido en otros congresos, toda la atención mediática se ha ido a sus discursos y a sus gestos. Y en el equipo de Casado lo que sí tienen más que claro es que en estos momentos no les conviene la reivindicación del pasado, ni una imagen de tutelas sobre el presidente nacional, ni siquiera la del «aznarismo». Las relaciones de Génova con Aznar se han ido enfriando y ha sido determinante, sobre todo, el cese de la ex portavoz en el Congreso Cayetana Álvarez de Toledo, «mano derecha» de Aznar y figura de su círculo de confianza. En la actual cúpula quieren que la Convención se presente un proyecto nuevo, moderno, independiente, y ajeno a los errores del pasado. El «caso Kitchen» es un polvorín, que «abrasa», sostienen en el equipo de Casado, a Rajoy, incluso aunque el ex presidente consiga librarse del peso de la investigación judicial. Y en cuanto a Aznar, tiene el elemento a favor de que lo han considerado como una suma en la competencia con Vox, pero en Génova han llegado también a la conclusión de que ese pulso con el líder de Vox, Santiago Abascal lo tiene que librar Casado sin injerencias de nadie, ni siquiera del «aznarismo».

Casado presentó ayer en Madrid la Convención, con «Creemos» como lema. Explicó que en ella habrá hasta 25 mesas temáticas, cinco por cada pilar estratégico definido por el partido. Los cinco debates se celebrarán en ciudades distintas, pero el acto principal, la Convención en sí, tendrá lugar en Valencia los días 2 y 3 de octubre. Es un gesto para intentar revitalizar al PP valenciano, donde Génova ha impuesto un cambio en la dirección regional para reflotarlo ante unas encuestas internas que les auguran malos resultados en las próximas elecciones. La Convención es un acto de apoyo a Carlos Mazón, el nuevo líder regional, que está a la espera del congreso del partido para ser ratificado oficialmente.

Antes de las urnas valencianas serán las elecciones de Andalucía, pero el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, va bien encaminado en los sondeos y sólo le falta encontrar el momento, y la excusa, para convocar unas elecciones en las que esperan ampliar su mayoría.

Los sondeos dan bien al Partido Popular en los territorios en los que gobiernan, pero son mucho más negros en aquellas comunidades en las que están fuera del poder, incluso aunque hayan sido feudos suyos en el pasado, como ocurre con Valencia o con Baleares.

Si en Valencia los datos demoscópicos son regulares, en Cantabria, Asturias o Castilla-La Mancha son más pesimistas.

Y son sondeos que están hechos antes de que los fondos europeos marquen el devenir político.