Caso 'Titella'

«José Luis Moreno era perfecto conocedor de la forma ilegal de financiación»

Uno de los cabecillas de la organización criminal liderada por el productor de televisión confiesa la operativa irregular

José Luis Moreno saliendo de los juzgados acompañado de su abogada en Madrid
José Luis Moreno saliendo de los juzgados acompañado de su abogada en MadridEuropa PressEuropa Press

El empresario Antonio Luis Aguilera Sánchez, considerado por la Policía Judicial como uno de los principales cabecillas de la denominada trama «Titella» (títere, en catalán), confesó ante los agentes del caso que el productor de televisión José Luis Rodríguez Moreno «sabía que alguna de las empresas no tenía actividad, por lo que era perfecto conocedor de la forma ilegal de solicitud de financiación» a los bancos.

Así consta en su declaración policial, a la que ha tenido acceso LA RAZÓN, en la que este imputado defendió que Moreno «participaba activamente manteniendo reuniones con los empleados y directores de banca, aprovechando su imagen pública para que estos les proporcionasen la financiación».

Según la Policía Judicial, Aguilera actuó junto a otros investigados en una operativa fraudulenta que consistía en el abono creciente de remesas de pagarés al portador con cargo a cuentas de empresas de la trama en otras entidades. De forma inmediata disponían de esos fondos, antes de cumplirse el plazo de devolución interbancario, con el objeto de obtener una financiación irregular, dice la Policía.

De esta forma la presunta organización criminal financiaba los proyectos de su principal cabecilla, José Luis Rodríguez Moreno. En este sentido Aguilera, al ser preguntado por los agentes, aseguró que utilizaron este modelo de financiación «fraudulenta» para realizar una serie de televisión, de la que se deberían rodar 30 capítulos con un coste superior a los 7 millones.

Y según su testimonio, Moreno fue quien propuso financiar esta producción audiovisual mediante «la solicitud de productos bancarios a favor de sociedades, algunas de ellas con actividad y otras con actividad ficticia». De esta forma habrían conseguido casi 8 millones de euros.

Moreno, quién según las pesquisas que se siguen en la Audiencia Nacional encabezaba «una de las jefaturas de la organización, la que mayor actividad económica ha reflejado» fue el que «más beneficio económico ha obtenido» de esta operativa.

Este productor de televisión fue detenido en junio pasado como presunto líder de una organización criminal que obtuvo financiación «de forma fraudulenta» utilizando para ello varias sociedades pantalla encargadas de emitir facturación presuntamente falsa. También se lucró con el denominado «peloteo de cheques», que consiste en la emisión de pagarés entre distintas sociedades pantalla, defraudando con ello a las entidades bancarias.

Moreno habría modificado los costes y los conceptos de las facturas, al mismo tiempo que constituyó la sociedad Olive Ville Capital SL para traspasar activos de sus sociedades y así evitar un embargo de la Agencia Tributaria y los pagos a deudores.

Las grabaciones han permitido constatar que Aguilera se encargaba de comprar y gestionar sociedades pantalla que simulaban tener actividad para conseguir financiación de forma fraudulenta de las entidades bancarias. También se ocupaba de blanquear el dinero en efectivo procedente de organizaciones narcotraficantes como la liderada por Carlos José Brambilla, prosigue la Policía.

Para llevar a cabo estas operativas presuntamente delictivas Aguilera utilizaba varias sociedades controladas por testaferros. Con ellas simulaba facturaciones que permitían dar entrada en el circuito financiero al capital procedente del exterior de «sin levantar las sospechas de los organismos de control tributario, con la connivencia de varios empleados de banca que se prestan a colaborar en la integración del dinero», destaca un oficio de la Policía Judicial.

Las sociedades utilizadas por Aguilera tuvieron una actividad económica, según los cálculos de los agentes, cercana a los 20 millones de euros, «correspondientes a la adquisición de mercantiles, aumentos de capital, y transacciones financieras referentes a créditos, préstamos y otras actividades financieras».

Para llevar a cabo esta macrooperativa de facturación ilegal Moreno y sus colaboradores en la presunta organización criminal utilizaban testaferros de baja cualificación profesional –uno de ellos ni tan siquiera sabía español– e incluso «mulas» para distribuir el dinero al margen del sistema bancario.

La investigación detectó que al menos una de estas «mulas» se ocupó de dos envíos de dinero: uno de 800.000 y otro de un millón. Esta mula-testaferro también adquirió vehículos de lujo para la organización criminal, «blanqueando el dinero procedente de la actividad delictiva», según la Policía, que constata que compró a nombre de una de las empresas un Porsche Panamera.

Por otra parte, la Policía Judicial cree que Moreno se pudo haber apropiado de 16 de los 36 millones aportados por el empresario argentino Alejandro Roemmers «con el pretexto de la realización de una producción cinematográfica».