Belén Bajo

Liderazgo feminista

Las ministras de Igualdad, Irene Montero (i) y de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra
Las ministras de Igualdad, Irene Montero (i) y de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione BelarraMariscalEFE

Si algo nos va a quedar de esta triste crisis humanitaria que se está viviendo en Afganistán es el trabajo incansable y admirable de nuestras ministras de Derechos Sociales y de Igualdad. Dos mujeres feministas comprometidas al cien por cien con los refugiados y la igualdad de las mujeres.

Es verdad que, tampoco debería sorprendernos tanto, dado que si España se ha convertido en el centro de operaciones de los repatriados afganos, lo normal es que estas dos ministras hayan suspendido sus vacaciones y estén liderando reuniones y encuentros con el Lobby Europeo de Mujeres, Naciones Unidas, AWID, Womankind Worlwide, Women for Women International, Acnur e incluso Afammer con el fin de que se respeten los derechos y la situación en Afganistán no suponga un retroceso de décadas para las mujeres.

Su popularidad y liderazgo ni siquiera es equiparable al de Angelina Jolie, embajadora de Acnur, que en dos días después de abrirse un perfil en Instagram cuenta con 9,6 millones de seguidores habiendo hecho una única publicación, la carta de una niña afgana que denuncia la restricción de derechos que están imponiendo los talibanes. Los testimonios de las mujeres afganas son desgarradores contando la persecución de los milicianos talibanes y el miedo a que su dignidad y sus sueños por los que han trabajado queden soterrados por estos dirigentes sanguinarios. Pero oye, Montero y Belarra siguen con su letra, con la sintonía fija como la de un transistor de los años 70 con la cuerda del dial rota.

Montero habla de violencia estructural de España a las ciudadanas afganas y Belarra nos recuerda la entrada en 1944, en París, de combatientes antifascistas para liberar la ciudad de nazismo. En las próximas horas revelarán que la culpa de lo que pasa a las mujeres afganas es de Franco, Aznar y Rajoy.