El tabú de "derogar"

Sánchez arropa a Calviño y reivindica su espacio en la negociación de la reforma laboral

Ferraz traslada su “apoyo absoluto” a Batet, tras la retirada del escaño a Alberto Rodríguez: “Ha cumplido con su papel de manera magnífica”

A escasas horas de que se reúna el gabinete de crisis de la coalición para abordar las discrepancias que existen en el seno del Gobierno sobre la negociación de la reforma laboral, las posturas no pueden estar más alejadas. El tono es duro y el clima tampoco es el más propicio para el consenso. De hecho, desde el ala socialista se rebajan las expectativas sobre la posibilidad de que tras la reunión haya “un acuerdo”, más allá de clarificar las posturas de cada pata del Ejecutivo. “Se pondrán en común las cuestiones que generen dudas o diferencias y requieran aclaración”, explican.

Después de que durante todo el fin de semana se haya trabajado para rebajar la tensión, ha sentado muy mal a los socialistas que Podemos mantuviera el pulso esta mañana, pidiendo la dimisión de la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, por retirar el escaño al diputado morado Alberto Rodríguez. Una posición que fuentes socialistas dicen “no comprender” y reconocen “su sorpresa” por esta actitud. “Resulta curioso que Podemos pida la dimisión de una presidenta del Congreso que ha cumplido con la ley”, aseguran. En público, el portavoz del PSOE, Felipe Sicilia, ha trasladado su “apoyo absoluto” a Batet, como ya hicieran en las últimas horas en privado.

Desde Ferraz se ha defendido que la presidenta del Congreso ha cumplido la ley, ha sido respetuosa con una sentencia judicial y con la separación de poderes, defendiendo la institución y evitando así un choque con el Judicial. “Ha cumplido su función de una manera magnífica”, ha resuelto Sicilia. La ofensiva contra Batet ha enrarecido el ambiente y el verdadero pulso que existe en el seno de la coalición por la negociación de la reforma laboral. Que es lo que ha motivado que se reúna el comité de seguimiento de la coalición esta tarde en el Congreso.

Hasta el momento, ha sido Yolanda Díaz quien ha pilotado la conversaciones y quien ha dirigido los trabajos, pero ahora el PSOE reivindica su espacio y quiere que Nadia Calviño lleve las riendas. En Podemos lo ven como una injerencia, mientras que los socialistas aseguran que “tienen que estar presentes” en la reforma laboral. En Ferraz han desterrado de su vocabulario la palabra “derogación” y se refieren a que “el objetivo que tiene el Gobierno es una nueva reforma laboral, un nuevo marco de relaciones laborales”, sin entrar en la modificación concreta, que hasta ahora se definía en términos de “derogar los aspectos más lesivos”, nunca de manera completa. Llama la atención este cambio discursivo, si tenemos en cuenta que el propio Sánchez, hace apenas una semana en el Congreso Federal del PSOE se comprometió precisamente a derogar la reforma laboral, con esta terminología concreta.

“El PSOE quiere participar de los acuerdos y del diálogo que puedan ir llegando”, señalan fuentes socialistas, como si hasta ahora el presidente o el Gobierno no hubieran estado al corriente de estos avances. No es tanto conocer, sino influir y lograr que la reforma laboral cumpla los estándares pactados con Bruselas y que cuente con el acuerdo de la Patronal, algo que para Yolanda Díaz -como ya ocurriera con la subida del SMI- no es una prioridad. En Ferraz descartan que este movimiento se deba a que vean “riesgos” en el liderazgo de la ministra de Trabajo y defienden que la nueva reforma laboral lo será de todo el Gobierno.

A este argumento se aferran para dar entrada a Nadia Calviño en la negociación. Recuerdan que Podemos ha estado en las mesas de diálogo que han tratado cuestiones que trascienden sus ministerios como los Presupuestos o la Ley de Vivienda, que sin ser ámbitos de las carteras moradas, han contado con presencia de representantes del socio minoritario.

Sánchez, con Calviño

En plena polémica, la jornada ha dejado una imagen muy significativa. El presidente del Gobierno y Nadia Calviño han compartido un acto en el Ministerio de Economía y ambos han protagonizado un paseíllo a modo de cierre de filas. Aunque fuentes gubernamentales confirmaban que el evento estaba cerrado con antelación, se ha escenificado en un claro gesto de arrope a la vicepresidenta primera. Además, durante la intervención, Sánchez ha defendido que “todo el Gobierno” está “comprometido” en abordar una reforma laboral con “vocación de perdurar” y que se haga desde el “dialogo y con vocación de consenso”. “El Gobierno abordará la modernización de la legislación laboral para acabar con la precariedad, impulsar la competitividad y reestablecer el equilibrio en la negociación entre empresarios y trabajadores a través del diálogo social”.

Sánchez afirmó que “estas transformaciones deben hacerse con el mayor de los consensos, porque durante esta década hemos sufrido en España muchísimas contrarreformas, quiero pensar en la laboral y de las pensiones de 2012 y 2013 que rompieron, quebraron, el diálogo social”.

Sánchez ha asegurado que el cambio de la normativa laboral persigue el triple objetivo de “extirpar” la precariedad laboral, impulsar la competitividad de la economía y “restablecer el equilibrio” en la negociación entre empresarios y trabajadores.