Terrorismo

Esto es lo que hace el Estado Islámico para captar a sus “lobos solitarios” en España

En principìo se les encargan misiones relativamente sencillas, como las de desinformación, para comprobar sus capacidades, y después les piden que cometan atentados

Afganos caminan junto a varios cadáveres tras el atentado del Estado Islámico junto al aeropuerto de Kabul
Afganos caminan junto a varios cadáveres tras el atentado del Estado Islámico junto al aeropuerto de KabulAAMAJ NEWS AGENCYAAMAJ NEWS AGENCY via REUTERS

El Estado Islámico (Isis, Daesh) ha lanzado, a través de sus redes sociales, una nueva campaña de captación de actores (“lobos”) solitarios para que operen desde distintos países, entre ellos España.

Se trata de un sistema “progresivo” con el fin de medir el nivel de concienciación y aceptación de las ideas yihadistas que pueden alcanzar los interesados. No pedirles que se impliquen en atentados desde el primer momento, sino encargarles labores “sencillas” de acometer.

Según ha podido constatar LA RAZÓN, los cabecillas, que suelen actuar desde Siria, aunque pueden estar en otros países (Turquía, Irak, Marruecos, etcétera), proponen al candidato que se implique en labores de desinformación contra medios que les atacan, que son contrarios a la yihad, y que están radicados, por ejemplo, en Egipto o en Arabia Saudita. Algo relativamente tan sencillo como publicar noticias o comentarios para contrarrestar a los que se insertan en contra del Estado Islámico y sus actividades criminales.

El candidato ha contactado, casi siempre, con Daesh a través de un link en el que, supuestamente, sólo se ofrecen noticias ampliadas de la banda yihadista. En el caso, de que manifieste su voluntad de colaborar en tan “inocente” misión, su “administrador” (controlador) le exige que preste juramento de fidelidad al “califa” de Isis, Ibrahim Hashimi. Es la prueba de fuego para saber si está realmente dispuesto a integrarse. En caso afirmativo, se le envían unos enlaces a través de los cuales tiene que empezar a realizar su labor de desinformación.

El “administrador” controla en todo el momento las actividades de su “pupilo”, que opera con un alias que se le ha dado, para valorar su grado de implicación, habilidades, fidelidad, etcétera.

De paso, se intenta verificar, mediante distintas “trampas” si se trata realmente de un “yihadista mediático” o un agente infiltrado de los servicios de Seguridad e Información que trata de localizar a los “lobos” y sus dinamizadores.

El siguiente paso, es conferirle otro tipo de “misiones”, como pueden ser las de captación, en su entorno inmediato y con todas las reservas, de nuevos candidatos a afiliarse a Daesh. Es otra fase, aunque hay otras vías.

Durante todo este periodo, se le envían al “pupilo” una serie de manuales para que opere dentro de las redes con la mayor seguridad posible, casi siempre a través de Telegram. Las instrucciones son constantemente revisadas y se remiten, incluso, enlaces que se deben descargar a través de la Dark Web (red oscura), que es un conjunto de sitios de Internet a los que sólo se puede acceder mediante un navegador web especializado. Daesh recomienda Thor. Se utiliza para mantener la actividad en el plano secreto y en el anonimato, con el fin de que no sea detectada por las autoridades.

El dinamizador puede optar, en un momento determinado,, dadas las características del individuo, por enfocarle a la comisión de atentados y, para ello, le facilita enlaces de lo que se puede descargar todo tipo de manuales sobre formas de actuación, fabricación de artefactos y venenos caseros, etcétera. El número de carpetas que se pueden consultar sorprende por su número y la cantidad de alternativas que se dan. No faltan los aspectos doctrinales.

Los responsables de Isis tratan de que el futuro terrorista utilice lo que tenga a mano con el fin de que no adquiera en el mercado libre productos sometidos a control policial o que levanten sospechas.

La idea-fuerza que se les transmite es que con su sola voluntad y ayudados por Alá, pueden ser capaces de cualquier cosa. Los coches, cuchillos y otro tipo de armas blancas son los elementos más accesibles, aunque nunca renuncian a que se fabriquen bombas caseras, cuya confección, según se explica en los manuales, algunos de ellos en español, es relativamente sencilla.

Llama la atención, según los enlaces a los que ha tenido acceso este periódico, la cantidad de opciones que se le ofrecen al “lobo” solitario, desde un simple cóctel molotov reforzado, bombas de codo con útiles de fontanería, ollas expres y, en lo que inciden, cinturones o mochilas explosivas.

Este tipo de atentados, por la “sofisticación” alcanzada por los técnicos de Daesh, mediante el uso de pequeñas bolas metálicas impulsadas por un explosivo casero, tienen unos efectos devastadores, como quedó demostrado en el atentado, el 22 de mayo de 2017, en el Manchester Arena, durante un concierto de Ariana Grande, con un balance de 22 muertos y 116 heridos,, acción criminal de la que se responsabilizó Daesh. Un individuo, con una mochila cargada con la bomba y la metralla, causó la matanza.

Desde entonces, los terroristas han perfeccionado estos artilugios como lo demuestra el atentado perpetrado en las proximidades del aeropuerto de Kabul, el 26 de agosto del año pasado, en plena evacuación de tropas aliadas y personas que había colaborado con las mismas, con un balance de 183 personas asesinadas, 13 de ellas militares estadounidenses. Se habló de dos suicidas, pero, al final, se determinó que había sido uno, perteneciente al ISPK, la franquicia de ISIS en Afganistán. El poder destructivo de la bomba que portaba habla por sí mismo.

Es cierto que hay yihadistas- lobos solitarios que se auto radicalizan y que se limitan a seguir las directrices generales que marca la banda en sus páginas web, pero, tarde o temprano, precisamente por esas consultas, caen en manos de los dinamizadores, que llegan a marcarles los objetivos, como ocurrió con uno detenido por la Guardia Civil en Barcelona en 2020; e, incluso, conducirles telefónicamente hasta el objetivo, en este caso un festival de música en Alemania en 2016, cuando un solicitante de asilo sirio hizo detonar la bomba que portaba en la localidad de Ansbach. Antes, había grabado en un vídeo su intención de atacar en el país de acogida en nombre de Alá.