Opinión

¿Usted es tonto..?

El Gobierno vuelve a desangrarse por el mismo lado

El ministro de Consumo, Alberto Garzón
El ministro de Consumo, Alberto GarzónJ.J. GuillénAgencia EFE

Al ministro Garzón le han dado la comida de Reyes Magos por una nueva «metedura de pata». Mira que ya ha tenido oportunidades, más que «El Platanito», pues va el tío y se mete en camisa de once varas mezclando las macrogranjas con la calidad de la carne española en un periódico inglés. La ecuación perfecta para montar el quilombo, ni como chiste hubiera quedado mejor, pero a los ganaderos no le ha hecho ni pizca de gracia. Luego llega la matraca de las redes, comienza el festín, porque además nadie se ha parado a leer íntegra la interviú y ver que tampoco era para tanto el solomillo. Dice lo que dice pero no como dicen que lo dice. Al grano: la publicidad para el sector no puede ser peor y siempre pierden los mismos, porque el mensaje que se lanza en el Reino Unido es el siguiente: «La carne de España es una mierda», y eso alimenta a la cloaca. Con o sin macrogranjas.

Al descubierto, otra vez, las costuras de un Gobierno cogido con pinzas que vuelve a desangrarse por el mismo lado. Las ilusiones, lo acabamos de ver, tienen su tiempo igual que las naranjas, las peras y los melocotones, luego comienzan a pudrirse, a oler mal, como le pasa a Sánchez, «El tenguerengue», que ya no sabe de dónde achicar el agua que le inunda La Moncloa. Lo que le faltaba ahora era ponerse en contra a la gente del campo.

De paisano o de ministro, Garzón, debería pensárselo dos vecesantes de meterse en más charcos porque vendiendo filetes nos jugamos una pasta. Comunista y ministro de Consumo, oxímoron de pata negra, le da carnaza a la oposición como si estuvieran en el mismo bando cada quince días. En eso sí es un campeón, con lo fácil que hubiera sido explicarse sin cagarla ante los ingleses, Alberto, pues a seguir sin enmendarla. «¿Usted es tonto porque es comunista o es comunista porque es tonto?», le decía «Saza» a un Juanito Navarro que se quedaba trabado y con cara de lelo. Pues eso.