España
El congreso de Casado será en julio y se centrará en la ideología
Génova trabaja con la idea de celebrarlo «cuando toca», salvo que se convoquen elecciones en Andalucía. El último fue el de la sucesión de Rajoy en 2018
Génova ha salido a jugar con toda su artillería para que las elecciones de Castilla y León sean la primera meta volante que impulse a Pablo Casado hacia La Moncloa. Ayer los barones se unieron alrededor del candidato, Alfonso Fernández Mañueco, en su reelección como presidente regional del partido. También con Isabel Díaz Ayuso en la foto, aunque ella siga esperando a que se fije la fecha de su cónclave, en el que, como ayer anunció en una entrevista en este periódico, se presentará con su proyecto y su equipo y buscará todos los apoyos posibles.
A Mañueco, la dirección nacional del PP sí le ha puesto alfombra roja en su cónclave. Las encuestas hablan y han hecho que en el equipo de Casado asuman que tienen que valorar el coste de la tensión y opten por salir de la crisis de Madrid por la vía intermedia de mantener la autoridad en el calendario, es decir, que el congreso regional del PP de Madrid se celebre a finales de este semestre, y ceder en la demanda de Ayuso de hacerse con el control del partido. «Es lo coherente», sostiene la presidenta autonómica. Oficialmente, no hay ninguna confirmación al respecto.
En lo que parece que no hay dudas, ni habrá sorpresas, es en el calendario del Congreso Nacional. Según fuentes de la dirección, trabajan con la idea de que Casado pueda presentarse ante su partido con el gesto de ser estrictamente respetuoso con los plazos, y esto implica no resguardarse en las elecciones de este año para modular los tiempos que marcan los estatutos.
El último Congreso Nacional fue el de la sucesión de Mariano Rajoy y se celebró a finales de julio de 2018. Los estatutos dicen que deben convocarse cada cuatro años, y, a día de hoy, en la cúpula trabajan con la idea de que el cónclave sea «cuando toca». En el calendario de este año todavía está en el aire al fecha de las elecciones andaluzas. Pueden convocarse antes del verano, o ya en octubre, lo que, en todo caso, es un adelanto insignificante ya que el mandato de Juan Manuel Moreno cumple en diciembre.
Génova pretende que el Congreso Nacional sea una plataforma «de coronación» de Casado como candidato y líder del partido ante las próximas elecciones generales. Este propósito tiene sobre todo un sentido estético, de puesta en escena, porque no hay ninguna posibilidad de que alguien dentro del PP, en este contexto, se cruce en la candidatura de Casado a las próximas elecciones generales. Otra cosa es lo que pueda suceder después de esos comicios si el PP no consigue llegar al poder.
En todo caso, a presente, no habrá otro Congreso Nacional antes de las elecciones, y esto explica la obsesión de Génova por medir cada milímetro de la escenografía de esta cita de partido para que todo redunde en beneficio de la proyección del presidente nacional.
Esto también explica que los ajustes en el equipo orgánico, que siempre los hay, se pretendan someter al fin de que la atención esté puesta en el debate ideológico. El foco lo quieren colocar en las ponencias, sometidas a los mismos ejes que fijaron en la última Convención Nacional, entre ellos, la recuperación económica, la fortaleza institucional y la política social. La presión de las urnas ayudará a silenciar cualquier diferencia interna, incluso en el pulso entre Génova y Sol. Aquel que se salga de la línea oficial tendrá que asumir un coste interno, y también el equipo de Casado es consciente de que debe medir hasta dónde tira de la cuerda si no quiere que la soga acabe por ahogarles a ellos.
Las elecciones del 13-F serán el primer ensayo de una estrategia al servicio de consolidar el liderazgo de Casado. El Congreso del PP de Castilla y León de este fin de semana ha sido una prueba de ello al vestirse de plataforma desde la que lanzar las figuras de Mañueco y Casado. El objetivo que se marcan los populares no es sólo ganar, sino conseguir una mayoría con la amplitud necesaria como para no depender de Vox en el gobierno. El referente de Ayuso es clave, y prueba de ello es hasta qué punto demandan su presencia en campaña todas las sedes provinciales. Pero ahí Génova ha echado el freno para que en esta ocasión, a diferencia de lo que sucedió en las últimas elecciones autonómicas de Madrid, Casado no se quede fuera del protagonismo del éxito. Ayuso estará en campaña, pero será una presencia limitada, un acto, en principio, para que no pueda decirse que ella ha sido corresponsable del buen resultado que esperan que obtenga Mañueco en las urnas. Y a partir de ahí, el PP lo fía todo a un contexto económico en el que sus análisis les dicen que ni habrá recuperación ni los fondos se ejecutarán a tiempo.
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