Toni Bolaño

Comandos especiales

El cambio de voto de UPN estuvo a punto de dar al traste con la reforma laboral

El presidente de UPN, Javier Esparza
El presidente de UPN, Javier EsparzaEduardo SanzEuropa Press

Javier Esparza, presidente de la Unión del Pueblo Navarro, lo confirmaba en el programa de Onda Cero, Más de Uno con Carlos Alsina. El acuerdo de la ejecutiva de UPN se fraguó en conversaciones con el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y el secretario de organización del PSOE, a la sazón navarro, Santos Cerdán. El acuerdo pasaba por el sí de UPN a la reforma laboral y el apoyo del PSN al alcalde de Pamplona, vicepresidente de UPN, en el pleno municipal que le iba a reprobar por unas declaraciones en las que acusaba de la inseguridad a «personas que no habían nacido aquí».

La operación se fraguó de forma discreta y saltó por los aires porque los diputados de UPN no siguieron las directrices de su partido, en primer lugar, y en segundo porque mintieron de forma descarada para asegurarse un golpe de efecto tumbando la medida estrella del Gobierno. El cambio de voto de UPN estuvo a punto de dar al traste con la reforma laboral, pero su mismo cambio dejó unas caras para la posteridad de los diputados de ERC y sus enemigos tradicionales, EH-Bildu, que no daban crédito a que con su postura negativa daban todo el protagonismo a la derecha más nacionalista española que hacía de su lucha contra los nacionalismos periféricos su razón de ser.

La conclusión final, sin entrar en más detalles, es que UPN ha saltado por los aires y sus diputados han hecho el salto a su dirección y al comando especial del PSOE, con Bolaños y Cerdán al frente. El caso Navarra tiene muchos paralelismos con el caso Murcia. Los comandos especiales del PSOE tenían la misma composición, Bolaños y Cerdán, aunque en aquella ocasión acompañados por Adriana Lastra. La conclusión final, sin entrar en más detalles, fue que Ciudadanos saltó por los aires en la Región de Murcia, con efecto dominó a toda la organización, y el fantástico pacto, que se denominó jugada maestra, se fue al garete porque la mayoría de diputados de Ciudadanos se pasaron por el arco del triunfo la recomendación del hombre fuerte de la Ejecutiva, Carlos Cuadrado, interlocutor privilegiado del entonces Secretario General de la Presidencia, Félix Bolaños.

En Murcia fracasó todo y como consecuencia Madrid convocó elecciones y Ayuso cambió el terreno de juego y surgieron diputados díscolos y tránsfugas en Murcia. En Navarra, fracasó todo porque el PSOE se queda sin la mayoría de la investidura y se ha percatado de que no hay mayoría alternativa, y la reforma laboral se ha aprobado por la bisoñez de un diputado popular, con dos diputados díscolos y mentirosos que ha puesto negro sobre blanco que Casado no es un tipo con estrella, sino más bien estrellado. Sánchez encumbró al poder del Gobierno y del PSOE a los comandos especiales que fracasaron en Murcia y ahora han repetido el fiasco. La incógnita es saber si hay alguien más –Iván Redondo ya no está– porque a la tercera puedan dar en el suelo con los huesos de Sánchez. Casi lo consiguen dos veces y a la tercera, elecciones anticipadas.