2023, cita con las urnas
Sánchez obvia a Podemos de cara a las próximas generales y los morados se ven “garantía” en Moncloa
Se plantea reeditar la coalición «con lo que representa Yolanda Díaz» y fija las elecciones para finales de 2023
El Gobierno ya calienta el escenario electoral, de cara a diciembre de 2023, que será la fecha en la que se celebren las próximas elecciones generales, según confirmó ayer el propio presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez. Y en ese futuro tablero, solo habrá dos opciones según el análisis que se hace en Moncloa. El de un gobierno «de centro izquierda» entre el PSOE y el «espacio que representa» la vicepresidenta Yolanda Díaz o «un gobierno de coalición de la derecha con la ultraderecha», según las palabras de Pedro Sánchez este lunes en una entrevista en «Espejo Público» con Susanna Griso. Una reflexión con la que el presidente del Gobierno da por amortizado a su socio minoritario en Moncloa; Unidas Podemos. Espacio con el que el PSOE llegó al acuerdo de Gobierno para formar el primer gobierno de coalición desde la segunda República y que hoy se encuentra a la espera de que Yolanda Díaz arranque su proyecto político tras que ellos mismos hayan analizado que su marca electoral no logra, por si sola, el consenso suficiente de la izquierda.
Pedro Sánchez tiene claro que, de cara al futuro ciclo electoral, España se encamina a gobiernos de coalición dejando atrás la era del bipartidismo, y en este camino trata de orillar a sus socios con los que en los últimos meses ha chocado frontalmente, a causa del modo de gestionar la guerra de Ucrania o por el cambio de posición respecto al Sáhara Occidental. Es por ello que en Moncloa cuentan con Yolanda Díaz como referente e incluso la propia vicepresidenta tiene la palabra del presidente de que no se adelantarán elecciones con el fin de que la dirigente gallega pueda arrancar su proyecto de escucha.
Unidas Podemos fue perfectamente consciente ayer de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, trató de arrinconarles, una vez más, públicamente. Es un análisis que, en privado, varios dirigentes llevan haciendo desde hace meses, pero que ayer volvió a hacerse evidente de manera notoria. Lo hizo al no referirse a ellos de cara a una futura alianza de cara a las próximas elecciones generales. Un mensaje que llega después de las fuertes discrepancias en el seno del Gobierno de coalición. Pero ante esto, prefieren no replicar directamente al líder del Ejecutivo, en un intento de no volver a confrontar, pero sí de recalcar su acción en Moncloa, como vienen insistiendo en los últimos meses ante las contradicciones en las que se ven en Moncloa –envío de armas a Ucrania o Sáhara, entre otras– es «imprescindible».
Los morados contestaron ayer en rueda de prensa al órdago del presidente en el que especificaba que, de cara a los próximos comicios solo hay dos opciones «o un gobierno de coalición de la derecha con la ultraderecha o un gobierno de centroizquierda del PSOE con lo que representa el espacio de Yolanda Díaz». Sin rastro de la marca de Unidas Podemos. Ante esto, según la portavoz morada, Isa Serra, la vicepresidenta gallega «es nuestra candidata y es normal esta referencia», dijo, intentando rebajar las tensiones existentes y la propia obviedad de que el presidente del Gobierno da por amortizado el espacio confederal que hoy dirige Podemos. Un análisis que la propia vicepresidenta enarboló hace ya meses cuando decidió dar un paso adelante pero rebajando la influencia de los partidos políticos en su futura plataforma. Desde Unidas Podemos se encuentran expectantes a la espera de que Díaz de un paso adelantey comience con su proyecto de escucha pero piden que puedan contar con un hueco principal dentro de la misma, siendo la «nave nodriza» del mismo. Si bien están dispuestos a abandonar su marca electoral, no gusta la pretensión de la dirigente gallega a que los partidos no tomen un papel protagonista en su proyecto.
El vaticinio del presidente, desechando la importancia en el futuro de Unidas Podemos, coincide con el estancamiento de los morados en las encuestas. El último barómetro del CIS otorgaba a su socio minoritario en Moncloa 1,1 puntos menos que en marzo. Con el 10,7 por ciento de los votos y como cuarta fuerza política, los morados acusan el desgaste de estar dentro del Gobierno mientras que la figura de la vicepresidenta sigue en alza, siendo la líder política mejor valorada por la ciudadanía.
Ante estos malos pronósticos electorales, en Unidas Podemos optan por demostrar su fuerza de Gobierno en el Ejecutivo y avisan al propio Pedro Sánchez de que la formación morada es la «garantía» del Ejecutivo de coalición y que solo «reforzando» la alianza entre PSOE y Unidas Podemos podrán «frenar» el ascenso en las encuestas del Partido Popular y de Vox. Llaman, de hecho, a «reforzar» este gobierno y desplegar «políticas valientes» para evitar que el «eje indistinguible» del PP y Vox pueda obtener una mayoría. Por eso, recelan de la «mano tendida» del PSOE al Partido Popular de cara a futuros pactos.
La relación entre el PSOE y Unidas Podemos sigue estancada, a pesar de que ambas partes aseguren que no habrá un adelanto electoral. A ambas formaciones solo les une la conciencia de que si rompen su alianza electoral, las fuerzas del bloque de derecha ascenderán a Moncloa. Pero, de puertas para dentro y también para fuera, no evitan demostrar sus diferencias. Los morados están molestos por el hecho que desde ministerios socialistas se les acuse de «generar ruido» o incluso de que pidan un cierre de filas. Este mismo fin de semana, el portavoz del PSOE en el Congreso, Héctor Gómez, avisó que «no agradaba» ver a Podemos haciendo oposición a su propio Ejecutivo. Ante ello, en el partido contestan que algunas de estas diferencias no se mostrarían si su socio en Moncloa les informase previamente de sus pasos, en referencia al giro del PSOE en la política exterior con su apoyo al plan autonomista de Marruecos para el Sáhara, por ejemplo.
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