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Feijóo cambia la estrategia del PP en las elecciones de Andalucía
El presidente y Moreno pactan una campaña sin invasión de líderes nacionales y sin convertir a Pedro Sánchez en el tema principal del discurso electoral.
Andalucía podría ser el símbolo del hundimiento del proyecto de Pedro Sánchez si los resultados de las elecciones del 19 de junio no acompañan al PSOE. Y, a la inversa, también puede confirmar la solidez de la alternativa de Alberto Núñez Feijóo en las próximas generales.
Los sondeos dan pie a esta última hipótesis, y con ella trabajan los equipos electorales de los dos partidos. Las expectativas que manejan en el PP son buenas, aunque intentan contener la euforia, de la misma manera que los números que llegan a Moncloa llevan al pesimismo.
Para Feijóo son sus primeras elecciones como líder nacional, y el mejor resumen de la estrategia del PP en esta nueva etapa es que harán justo todo lo contrario de lo que hizo el PP de Pablo Casado en Castilla y León. Será el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, y candidato a la reelección, el que marque el contenido y la forma de la campaña.
Hay acuerdo con Feijóo en que sea una campaña muy autonomista, sin invasión de líderes nacionales, y sin convertir a Pedro Sánchez en el tema principal del discurso electoral. La figura de Juanma, como conocen en la tierra al presidente andaluz, ocupará mucho más espacio que las propias siglas del partido.
El presidente Moreno ha utilizado esta primera Legislatura al frente de la Junta de Andalucía para construirse una imagen de gestor, moderado, más preocupado por la economía y los problemas del día a día de su comunidad autónoma que de la ideología.
Modelo de campaña
El PP andaluz está convencido de que puede seguir ganando terreno por el centro, e incluso por el centro izquierda: ya no es un partido que dé miedo en uno de los feudos históricos referentes del socialismo, y la amenaza de Vox por la derecha no la valoran como un motivo para cambiar su guion de campaña ni enzarzarse en la confrontación con el partido de Santiago Abascal.
«El modelo de la campaña está en Galicia no en Madrid», avalan en Génova. Por lo que tampoco situarán el foco de atención en el cara a cara del presidente de Andalucía con el presidente del Gobierno, como sí hizo Isabel Díaz Ayuso, con muy buenos resultados en sus últimas elecciones autonómicas.
En Castilla y León, el PP de Casado optó por copiar el modelo de Ayuso y extrapolarlo a la campaña del 13 de febrero, con la diferencia de que el protagonismo de Ayuso en Madrid lo ocuparon Casado y los principales referentes de su equipo nacional.
Sumar más que liderar
Feijóo, sin embargo, dejará la batuta del mando en Moreno. El PP andaluz cree que el líder gallego suma en Andalucía, y se le espera en la campaña, pero no habrá caravana de dirigentes nacionales compitiendo con la de los cargos que juegan en casa. Para cubrir el expediente la salida puede ser convocar una reunión de todos los presidentes autonómicos, con lo que se aseguran la foto de grupo sin el riesgo de declaraciones que contradigan la estrategia autonómica del partido.
El tándem Moreno-Feijóo se visualizará en las imágenes y en el discurso. El PP andaluz no quiere salidas de tono y comparte con el presidente gallego la estrategia de eludir el cuerpo a cuerpo con Vox. Los datos demoscópicos apuntan a un mal resultado del PSOE, y la situación nacional no beneficia en absoluto a la campaña del candidato socialista, Juan Espadas.
La crisis de los espías, las nuevas cesiones al independentismo y la imagen de un presidente del Gobierno cada vez más acorralado en el Congreso de los Diputados no son incentivos para el electorado de izquierdas en Andalucía. Sánchez puede seguir en Moncloa, y, de hecho, ésta es la opción que más interesa a sus socios, pero también a costa de que sus aliados no dejen pasar el tiempo sin aprovechar cada ocasión para continuar desgastando a la misma marca con la que compiten, pero de la que dependen para mantener su influencia en Madrid.
Andalucía puede ser un agravante de la crisis de Sánchez si el PP consigue su objetivo de apuntalar una mayoría lo suficientemente amplia como para formar un gobierno en solitario, con apoyo externo de Vox. Estas elecciones autonómicas serán también decisivas sobre el marco de la relación que establece el PP de Feijóo con Abascal.
Gobierno en solitario
Hasta ahora han evitado darle forma, a la espera de que las urnas andaluzas se pronuncien y señalen la relación de fuerzas entre los dos partidos. El objetivo de Génova es imponer ese gobierno en solitario que permita ir al siguiente proceso electoral de mayo, municipales y autonómicas, en condiciones de tratar a Vox como un partido subalterno, y no en un nivel en el que puedan hablarse de tú a tú como alternativa al Gobierno de coalición.
Ante este combate electoral, que puede ser decisivo en la Legislatura, el PSOE sitúa su supervivencia en manos de Macarena Olona, porque sirva para movilizar a la izquierda y, más que nada, porque pueda debilitar al PP y forzarle a un gobierno en coalición que ayude a Sánchez a esconder un mal resultado de su partido.
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