Campaña del 19-J

El PP selecciona a sus barones más fuertes para la campaña en Andalucía

Moreno y Feijóo se quedan con las capitales. Los presidentes autonómicos visitarán solo la provincia en la que tienen «tirón»

El PP andaluz ha hecho un estudio cualitativo de cómo caen sus dirigentes nacionales en las distintas provincias de la comunidad, y éste es el criterio con el que van a ordenar la limitada presencia de líderes autonómicos en la campaña del 19-J. Visitarán Andalucía, como mucho, una vez, y sólo tienen autorización para estar en aquella provincia donde los números digan que pueden rascar votos a favor de las siglas.

«Estar por estar, o para alimentar egos», queda fuera de una estrategia de campaña diseñada al milímetro para rentabilizar la capacidad de sumar apoyos con el fin de alcanzar una mayoría tan holgada como para liberarse del «yugo» de Vox en el Gobierno.

En el reparto, a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, le cae una visita a Cádiz, donde los populares creen que el perfil de Ayuso puede ser más útil para arrebañar votos en caladeros cercanos a Vox. El presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, estará otro día en Jaén, lo que se justifica en que es la provincia «más castellana» de Andalucía. Y al presidente de Murcia, Fernando López Miras, por proximidad, lo más cercano es Almería.

Pero las plazas en las que de veras se mueve mucho voto, que son las capitales de provincia, se reservan en exclusiva para el presidente de la Junta y candidato, Juan Manuel Moreno, y para el presidente nacional, Alberto Núñez Feijóo.

El protagonismo también se repartirá, en un segundo nivel, entre dirigentes del PP andaluz, bajo el sello de una campaña autonomista, que quiere poner en evidencia «las contradicciones del discurso y el programa de Vox, antiautonómico, y su ambición por ocupar cargos en los Gobiernos».

En el PP reconocen que Castilla y León está siendo ya la prueba de que el «yugo» de la coalición con Vox es «tóxico» para la eficacia en la gestión y para los intereses nacionales de las siglas. El presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ha optado por no entrar en las «provocaciones» del partido de Santiago Abascal y mantiene, de momento, la posición «más prudente y discreta posible» para no interferir en la campaña andaluza, pero, en cuanto ésta pase, lo que esperan en el partido es que empiece a «salir a poner en su sitio» al vicepresidente, Juan García-Gallardo (Vox).

En Génova observan los primeros movimientos de Vox en esta coalición, con García-Gallardo protagonizando titulares a costa de la mujer, la supuesta educación sexual de los niños en las escuelas o sobre las autonomías, y se llevan las manos a la cabeza ante lo que significaría tener que aceptar el mismo modelo en Andalucía. La repercusión de esta comunidad autónoma a nivel nacional no se puede comparar, por peso e influencia, con Castilla y León.

Por eso, en la campaña del 19-J el PP andaluz quiere tener el control «total» de los mensajes y de las imágenes, justo al contrario de lo que ocurrió en febrero en Castilla y León. Con respecto a Feijóo, la libertad es «absoluta» porque los populares andaluces también tienen testado que el líder gallego cae bien en la tierra y que su perfil gestor y más centrista suma al candidato a la Junta.

Feijóo tomó ayer posesión de su escaño de senador, junto al vicesecretario de Organización, Miguel Tellado, después de que el Parlamento gallego eligiera a los dos como senadores por designación autonómica. El viernes Feijóo ha convocado a sus diputados y senadores en la Cámara Alta para fijar las prioridades de esta nueva etapa.

En la campaña andaluza interfiere el protagonismo que el PP cree que el PSOE está dando intencionadamente a la candidata de Vox, Macarena Olona, con sus recursos contra su candidatura, pese a que la Junta Electoral la haya ratificado.

La agitación por parte socialista de los casos de corrupción del PP de otras etapas es «indiferente» en Génova, o así lo trasladan oficialmente. La dirección popular cree que estos escándalos están amortizados, que la gente los da ya por viejos, y que «sólo reflejan la debilidad de un Gobierno que no tiene más argumento que sacar a pasear las cintas de Villarejo o los errores del pasado».

Ahora bien, aunque su estrategia sea mantener el perfil de gestión de Juanma Moreno, y un discurso moderado que anule la estrategia del miedo del PSOE, en el diseño de la campaña también tienen en cuenta que los municipios andaluces donde Vox tiene más representación son las poblaciones con fuerte presencia migratoria y un mayor nivel de renta.

En las autonómicas de 2018 Vox entró con fuerza en Almería, donde en algunos municipios se colocó como la segunda o tercera fuerza política, y en El Ejido consiguieron arrebatar el liderazgo al PP. Los sondeos señalan, según el PP, que en ese voto está haciendo mella «el desarraigo y la falta de conocimiento de este partido de la realidad andaluza». El campo y la caza serán otros dos espacios de fuerte disputa del voto en estas elecciones.