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La reaparición de Don Juan Carlos incomoda a Moncloa
El Gobierno desliza que tampoco gusta en Zarzuela y PP y Ciudadanos la ven «lógica» y de carácter «privado»
La reaparición de Don Juan Carlos para asistir en Londres al funeral de Isabel II vuelve a abrir un capítulo de difícil digestión para el Gobierno. Su regreso a España, el pasado mes de mayo, para participar en las regatas de Sanxenxo supuso un «test de estrés», que no se superó, para avanzar en la normalización de la presencia del padre de Felipe VI en nuestro país. El Ejecutivo evita asumir en primera persona el peso de las decisiones que atañen al Rey Juan Carlos, cuya responsabilidad se afanan en trasladar a Zarzuela, donde –deslizan– tampoco gustan sus movimientos. Entonces, se definió como un «espectáculo» la visita a Galicia, en la que, el que fuera monarca ignoró la rendición de cuentas que le pedían desde Moncloa. «¿Explicaciones de qué?», llegó a decir.
La confirmación ahora de que acudirá el próximo lunes a las exequias por la reina de Inglaterra ha reabierto el debate sobre la situación de Don Juan Carlos y en el Gobierno no pueden ocultar la incomodidad que les produce. Si la semana pasada el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, aseguraba que serían Moncloa y Zarzuela quienes decidirían la representación de España en el funeral, ahora que ya se ha oficializado su presencia se evita cualquier pronunciamiento. La portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, se escudó ayer en que se trata de «una invitación privada». «El Gobierno no hace ninguna consideración acerca de lo que ha sido la tramitación de una invitación privada», destacó, en referencia a las cursadas por el Reino Unido a jefes y ex jefes de Estado para asistir a este funeral. «Nuestro país va a estar representado por el Rey Felipe, como jefe del Estado, en este importante acto», señaló Rodríguez, que no quiso responder si Don Juan Carlos no representa ya a España.
Tampoco quiso aclarar la portavoz del Gobierno quién asumirá los gastos del desplazamiento a Londres, dado que el que fuera monarca sigue instalado en Abu Dabi, o si se integrará en la delegación oficial española. Rodríguez utilizó la misma expresión para despachar todas las preguntas en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros sobre este tema: «La delegación de nuestro país la encabeza el rey Felipe como jefe del Estado. El rey emérito ha tenido una invitación personal, y por tanto, nada tiene que decir el Gobierno de España». Fuentes gubernamentales apuntan que, en caso de que algún miembro del Ejecutivo acudiera al funeral, lo habitual sería que Felipe VI estuviera acompañado por el ministro de Asuntos Exteriores. No está prevista la asistencia de Pedro Sánchez que participa en la Asamblea General de la ONU en Nueva York.
Mientras que el Gobierno pasa de puntillas sobre la reaparición del padre del actual jefe de Estado en los funerales por Isabel II, desde el Partido Popular y Ciudadanos aplauden su presencia y la circunscriben al ámbito personal y privado de Don Juan Carlos I. En este sentido, el líder de los populares, Alberto Núñez Feijóo, calificó ayer de «oportuno, adecuado y lógico» que acuda a los actos de recuerdo y tributo de la monarca inglesa. En la misma línea, desde Ciudadanos, su portavoz en el Congreso, Edmundo Bal, insistió en su carácter «privado y familiar».
A día de hoy, la principal incógnita es si se producirá o no una foto del actual jefe del Estado con su padre. Fuentes de Zarzuela dejaron ayer claro que la Casa Real española se «adaptará lógicamente a los criterios protocolarios, a las decisiones organizativas y a las instrucciones logísticas» que adopten las autoridades británicas en su condición de responsables del desarrollo de los actos. No en vano, es probable que tanto Don Juan Carlos I como Doña Sofía ocupen el lugar reservado a familiares, mientras que el Rey Felipe VI y la Reina Letizia se ubiquen en el espacio reservado a los jefes de Estado.
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