Hasta la década de 1840, los sistemas de comunicación en España eran bastante ineficientes. Nuestro país, con un orografía compleja, no disponía ni de buenos caminos para transitar ni de vías fluviales interiores que recorrer, como si disponían otros países de nuestro entorno para el transporte de mercancías. Si bien, a partir de esa década se introduce el ferrocarril en España (tras varios intentos frustrados durante los años 30), aunque hasta 1854, con la llegada del Bienio Progresista, no se le daría un fuerte impulso.

De hecho, los datos son bastante elocuentes: hasta 1854, se habían construido apenas 440 kilómetros de red ferroviaria, mientras que en 1866 se llegó a más de 5.100 kilómetros. Una diferencia abismal ocasionada por las medidas económicas introducidas (exenciones arancelarias, apoyo financiero estatal o iniciativas que canalizaran el capital exterior).

En este marco, la primera línea ferroviaria de España unió a Barcelona con Mataró en 1848 y, cuatro años más tarde (1852), se construiría la que es actualmente la estación de tren más antigua de España, situada frente al Puerto de Valencia: la estación del Grao. Diseñada por los ingenieros James Beatty y Domingo Cardenal, se construyó para unir el barrio valenciano con Xàtiva, dentro de la línea que circulaba entre Almansa y Tarragona.

Cerrada en 2004, es propiedad de Adif, aunque durante los últimos años ha sido noticia por el estado de abandono en el que se encuentra. Finalmente, hace poco más de un año se le hizo un lavado de cara a la fachada, que estaba con un aspecto muy deteriorado, lleno de pintadas. Los vecinos han llegado a reclamar convertir el edificio en un centro social, pero la última palabra está en manos del Ministerio de Transportes.

Y eso que cabe también tener en cuenta que en octubre de 2020, Adif ofreció la cesión gratuita de la estación al Ayuntamiento de Valencia, pero no se concretó porque, un año después, el consistorio rechazó asumir el edificio porque la propuesta del Estado no cumplía con lo estipulado en la legislación.

En cualquier caso, lo cierto es que este 2022 se cumplen 170 años de su construcción y, por lo menos, luce un aspecto mejorado tras años sumido en el abandono. El edificio, repintado, también está tapiado para evitar ser ocupado.

En este sentido, también cabe recordar que, recientemente, hace poco más de un mes, cerró la estación más antigua de España en uso: la estación de Sant Andreu Comtal, que entró en funcionamiento en 1854, cuando se inauguró la línea ferroviaria que enlaza Barcelona y Granollers.