Fin de etapa
Fernández de la Vega renuncia a la presidencia del Consejo de Estado
Impulsó la digitalización, transparencia y paridad en el órgano consultivo, además de lidiar con la pandemia
La presidenta del Consejo de Estado, María Teresa Fernández de la Vega,anunció ayer su renuncia al cargo en el máximo órgano consultivo del Gobierno. Será la próxima semana cuando el Consejo de Ministros anuncie su salida y, a partir de ahí, se designe su sustituto.
La renuncia se producetras cumplirse el compromiso adquirido por De la Vega conPedro Sánchez de estar cuatro años al frente del Consejo de Estado y de acometer una serie de grandes reformas como la digitalización y la transparencia de la institución, que ayudaron a la modernización de un órgano con más de cinco siglos de Historia.
Prueba de ello es que en 2020 se presentó a la prensa la Memoria Anual correspondiente a 2018 por primera vez en aras a la publicidad de este órgano además de su conocimiento entre los ciudadanos. Si algo ha marcado su presidencia ha sido la pandemia, que en palabras de Fernández de la Vega, ha permitido que «el Consejo de Estado salga rejuvenecido de esta crisis y se haya puesto al día sin perder toda su liturgia y tradición centenaria». Prueba de ello es que logró mantener su actividad pese a la crisis sanitaria. De hecho, el órgano celebró su primera reunión telemática apenas una semana semana después de que comenzara la cuarentena.
Además, bajo su presidencia se publicaron los dictámenes que examinaron los reales decretos con los que el Gobierno declaró hasta en seis ocasiones el estado de alarma y recomendó al Ejecutivo adaptar la ley para afrontar la pandemia cuando no hubiera estado de alarma.
Fernández de la Vega, siempre pegada a la realidad, también desde su posición en la presidencia del Consejo del Estado, fue crítica con la crispación política de los últimos años. Durante la presentación de la Memoria de 2019 aprovechó para trasladar su preocupación por una ausencia de «diálogo, contención y respeto», que según dijo vivía entonces la sociedad española y que alcanzaría al Parlamento, el Poder Judicial y a otras instituciones.
Sin embargo, el mayor de sus hitos al frente del Consejo es el de haber sido la primera mujer en ocupar el cargo desde la fundación de la Institución. El cargo que ahora deja tiene rango de ministerio del Gobierno y entre sus funciones principales, además de la representación institucional del Consejo, está la presidencia de los órganos de la institución y la jefatura de todas las dependencias del Consejo de Estado. No en vano, la defensa de la igualdad entre hombres y mujeres ha sido una constante en la vida profesional de De la Vega. Al igual que romper «techos de cristal» a través de los diversos cargos que ha ido ocupando a lo largo de su carrera.
El artículo 6.1 de la Ley Orgánica 3/1980, de 22 de abril, del Consejo de Estado regula el nombramiento de este cargo y dice explícitamente que la presidencia del Consejo de Estado la ejerce un/a jurista de reconocido prestigio y experiencia en asuntos de Estado. Es nombrado por Real Decreto acordado en Consejo de Ministros y refrendando por el presidente del Gobierno.
Vicepresidenta del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero entre 2004 y 2010, accedió a la presidencia del Consejo de Estado en julio de 2018, donde ya ejercía como consejera permanente. Gracias a su labor al frente de la Presidencia del Consejo de Estado este órgano ganó considerablemente conocimiento ente la ciudadanía, debido a que con su extensa carrera política se convirtió en un rostro reconocible, permitiendo trasladar su notoriedad a esta institución que se dedica principalmente a dictaminar sobre las consultas que formula el Gobierno, velando por la observancia de la Constitución y del resto de ordenamiento jurídico y por el correcto funcionamiento de la Administración Pública.
Licenciada en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y jurista especializada en Derecho Comunitario por la Facultad Internacional de Derecho Comparado de Estrasburgo (Francia), María Teresa Fernández de la Vega ha ejercido el servicio público en los tres estamentos del Estado: el jurídico, el legislativo y el ejecutivo. Profesora de Derecho del Trabajo en la UB (Universitat de Barcelona) y en la UCM (Universidad Complutense de Madrid) y profesora-tutora en la UNED (Universidad Nacional de Educación a Distancia), en 1982 fue nombrada jefa de Despacho del Gabinete del ministro de Justicia. En 1985 y hasta 1989, es directora general de Servicio del Ministerio de Justicia. Ese año ingresa en la carrera Judicial como Magistrada, con el número 1 de su promoción. Un año más tarde, ya era vocal del Consejo General del Poder Judicial, cargo que ostenta hasta 1994. Ejerció como diputada en el Congreso durante las Legislaturas VI, VII, VIII y IX.
Fernández de la Vega es Doctora Honoris Causa por la UIMP (Universidad Internacional Menéndez Pelayo) en 2011, por su contribución en la lucha contra la discriminación por razones de género y Premio Igualdad 2020 concedido por la Universidad de Alicante. Entre otras condecoraciones, ha recibido la Gran Cruz de la Orden de Carlos III y la Cruz de Honor de San Raimundo de Peñafort.
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