Debate

«No queremos que nos tengan que ayudar para ser guardias civiles»

Mujeres del Instituto Armado creen que el cupo de acceso puede «minusvalorarlas» o cuestionar el principio de “igualdad, mérito y capacidad”

Imagen de un control de la Guardia Civil donde una mujer presta servicio.
Imagen de un control de la Guardia Civil donde una mujer presta servicio.Jesús G. FeriaLa Razón

Este año se cumplen 35 años de la entrada de las mujeres en la Guardia Civil. Las que accedieron recuerdan que se presentaron a una oposición en «igualdad de condiciones» con el resto de aspirantes, hombres, aunque entonces solo podían acceder unas 200. «Igualdad, mérito y capacidad» fueron las tres premisas que, recuerdan con orgullo, las hizo vestir el uniforme sin distinción. Pero siguen haciendo falta más.

Para ello, el Instituto Armado y el Ministerio del Interior han optado por implementar una medida para atraer su incorporación: rebajar la nota de entrada a las candidatas en futuras ofertas públicas de empleo. La actual redacción de la norma prevé que nuevas oposiciones se convoquen con un porcentaje mínimo de mujeres para incorporarse al Cuerpo y para ello se rebajará un 15% la exigencia de notas a las mujeres aspirantes a la Benemérita siempre que hayan aprobado. Esto no será solo para acceder al Cuerpo, también para los ascensos.

En las convocatorias de 2019, 2020 y 2021, en total 56.321 aspirantes concurrieron a las pruebas de acceso a la Guardia Civil, de los que solo 19.187 eran mujeres, un 25,4 por ciento. Resueltas esas tres convocatorias, de los 5.097 aprobados, solo el 21 por ciento, 1.358, fueron mujeres.

Ante esto, las mujeres que ya forman parte del Cuerpo tienen diferentes opiniones, aunque en su mayoría hay un sentir: Paso a la mujer que se abre paso. «No queremos que nos tengan que ayudar para ser guardias civiles».

Sonia Valverde pertenece a la tercera promoción de mujeres que ingresaron en el Instituto Armado. Lleva treinta y dos años prestando servicio como guardia civil, una vocación que siempre tuvo y a la que le animó un profesor de inglés que era militar. Valverde advierte de que el cupo del 15% «es mucho margen», que «rompe con la igualdad» y «nos meterán a todas en la idea de que hemos accedido por enchufe» e incluso «parecerá que nos minusvaloran». Y es que con ese extra del 15% destaca que no se compite en igualdad con los hombres si estos demostraran un mayor mérito y capacidad. La alternativa es que a los hombres se les «guardaría» esas plazas opositoras al no haber podido acceder por el cupo, algo que ve como un «parche» que podría lastrar la excelencia dentro del Cuerpo. «Si entran 100 creo que tienen que hacerlo los que estén mejor preparados, sean hombres o mujeres», resalta.

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Otra veterana de la guardia civil que prefiere no dar su nombre indica que, dejando de lado el tema del porcentaje, «creo que puede ser asumible por la necesidad que tenemos de tener mujeres. Es una necesidad a nivel de seguridad muy importante». Considera que, tal vez, no se esté explicando «correctamente». «El cupo es bueno, es una acción positiva. No creo que haya que ponerlo para siempre y esa medida de acción positiva tiene que ser evaluada anualmente y ver si se obtiene el efecto que se pretendía y debería ser modificado según eso». Además, defiende que «a la mujer no nos minusvalora, se quiere a la mujer. Pensar que el que se ponga un cupo se nos hace de menos, no es real. Lo que quiere la Guardia Civil es atraer el talento de la mujer». Y recuerda que hacen falta mujeres en lugares operativos, no para las oficinas. Es decir: en los cacheos, las fronteras...

“Se nos debe un cupo que nos han quitado durante mucho tiempo”, subraya.

Patricia Ramírez lleva en el Instituto Armado desde hace 15 años. Le viene de familia y, aunque su ilusión inicial era estar en la Unidad Central Operativa (UCO) al final los derroteros le llevaron por otro camino, el de los atestados de tráfico. Ve la nueva medida de un cupo para incorporar a más mujeres con reticencia. «Siempre somos muy pocas, se nos mira con más lupa todo lo que hacemos y cualquier equivocación nuestra se ve más que la de un hombre, porque ellos son muchos. Tenemos que demostrar el doble de que somos profesionales, el doble de buenas...» Asegura que nunca ha encontrado ningún problema de machismo dentro de la Benemérita, pero se pregunta: «Si ahora me presento para ser Sargento, ¿tengo que demostrar el triple de que soy buen mando y no me la regalan?» Además, subraya que también supone un conflicto con respecto a otro compañero porque puede que le estés «quitando la plaza» solo por ser mujer. Y es que, “ese cupo está diciendo que “necesito ayuda” y yo no quiero ayuda, quiero mi vacante porque me la he ganado”.

Otra miembro del Cuerpo recuerda que «los cupos son los cupos» y al igual que hay para los militares o para los hijos de guardias civiles, éste es otro más. «Nadie que viene de las Fuerzas Armadas siente que se les minusvalora por tener puntos por haber sido militar antes». -La instauración de esa medida muchos la entienden como una forma de “amortizar” la instrucción recibida y dedicación en el Ejército siendo, además, la Guardia Civil militar-

Por su parte, Carolina López apunta que es como en la profesión de enfermería que tiene más mujeres que hombres. «¿Habría que poner un cupo para que hubiera más enfermeros hombres?». Y se pregunta si ahora «¿entrarán mujeres con menos méritos? No es justo».

Agentes de la Guardia Civil
Agentes de la Guardia CivilEduardo SanzEuropa Press

¿Qué habría que hacer para incentivar la incorporación de las mujeres en la Guardia Civil?

La mayoría que accede al Instituto Armado es bien por arraigo familiar o porque en su círculo más cercano hay alguien que pertenece al Cuerpo o les habló de ello. Sin embargo, según las estadísticas ellas siguen prefiriendo la Policía Nacional frente al Instituto Armado siendo éste más vocacional.

Valverde destaca que para atraer a más mujeres a la Guardia Civil se debería implementar el sistema de turnos del 6x6 que sí tienen en la Policía Nacional así como incentivar la conciliación.

López asegura que “le recomendaría a todo el mundo que se hiciera Guardia Civil. Hay muchos sitios para poder estar” aunque reconoce que hay muchas mujeres a las que “no les llama” esta profesión. Asimismo, subraya que, en ningún caso ha visto que exista un problema de igualdad como tal en el ejercicio de sus funciones.

La Guardia Civil investiga la muerte de un hombre y una mujer en Alginet (Valencia)
La Guardia Civil investiga la muerte de un hombre y una mujer en Alginet (Valencia)GUARDIA CIVILGUARDIA CIVIL

Visibilizar a la mujer

Se está trabajando desde el Instituto Armado en acciones para dar visibilidad del trabajo de las mujeres en la Guardia Civil. Entre otras cosas habría un acuerdo con la fundación “inspiring girl” que pone en contacto a mujeres profesionales con colegios cuya actividad busca dar la imagen de la profesión que cada una de ellas tenga y así mostrar a las niñas que pueden ser lo que ellas quieran ser.

También se está usando la propia imagen corporativa para promover las acciones de las mujeres. Además, se ha formado a la ORIS en lo que es fomentar la igualdad y no solo a la hora de imágenes sino de tratamientos de medios y la forma de expresarse siempre de una manera correcta para poner en el centro de atención a la mujer y así darle un trato igualitario. De esta manera no se usa el término “atención al ciudadano” sino “atención a la ciudadanía”.

Asimismo, el plan de igualdad que se lanzó en 2019 por parte de la Guardia Civil donde se habla de fomentar el número de mujeres en el Cuerpo deja patente, en el de 2020, que “hay un déficit de mujeres, a nivel operativo, estando justo a la mitad de las mujeres que había entonces”.

Pero el mayor problema, según estadística, por el cual las mujeres no eligen la Guardia Civil como profesión es, sobre todo, por el desconocimiento de lo que es.