Aguirre se prepara para el «supermartes»

Las réplicas del terremoto «Lezo» siguen azotando Madrid. Aunque el foco mediático continúa centrado en la investigación abierta por el juez Eloy Velasco en el Canal de Isabel II y sus protagonistas, la presión, lejos de disiparse, crece en los hombros de Esperanza Aguirre. La líder de la oposición a la alcaldesa Manuela Carmena retoma hoy su actividad política después de un fin de semana de reflexión, refugiada en su familia, y con el run run de su dimisión en todos los mentideros. Aguirre llega a l lunes desafiando quinielas sobre su posible marcha y con un reto, el de superar su «supermartes».

Si ya el viernes, tras comunicarse la prisión sin fianza para Ignacio González, muchos perdieron su apuesta sobre la posible renuncia de la ex presidenta del PP de Madrid, hoy son otros tantos los que tendrán sus ojos puestos en todos sus. Y es que hay quien cree que no pasará de mañana. No es el caso de sus colaboradores más cercanos. «Si seguirá o no sólo lo sabe ella. Y es cierto que está destrozada, pero el juez no la ha señalado y mientras no sea así, no creo que eche por tierra 35 años de carrera política», dice un colaborador muy cercano a ella.

Aguirre se enfrenta mañana a una oposición dispuesta a convertir el Pleno municipal en un tribunal con un sólo punto del día: su pasado, ligado a González. «De cómo salga del Pleno del martes, dependerá mucho su continuidad», afirman. La portavoz del PP en el Ayuntamiento va a comprobar cuánto va a lastrar Lezo en la labor de oposición de su grupo. También hay quién liga su continuidad al avance la investigación judicial: «Si se complica más y la presunta corrupción se extiende a la Comunidad, quizás sí tenga que planteárselo», punta otra voz del PP. Génova y Cifuentes son las otras voces a tener en cuenta, pero en sus más cercanos afirman que las llamadas que ha recibido «son de apoyo. De alcaldes y diputados de Madrid y alguna de dirigentes del partido».

El viernes tuvo la reunión habitual con el grupo para preparar el Pleno del martes y a mediodía se marchó sin dar muestra alguna de tener en mente su dimisión. Al menos de forma oficial. Mantuvo una reunión con sus concejales en la que no dijo nada sobre la «operación Lezo». Un silencio con el que Aguirre quiso dar profesionalidad y normalidad a su labor en la oposición y evitar dar de qué hablar a quienes que le piden que asuma responsabilidades por el encarcelamiento del que fue su número dos en la Comunidad de 2003 a 2012. En su equipo hay quien dice que «hubo alguno que echó de menos un discurso tranquilizador» el viernes. E incluso, según explica otro colaborador, «alguno tuvo ganas de hablar en aquella reunión sobre lo que está pasando con Nacho. Pero finalmente no lo hizo, prefirió esperar a ver qué pasa esta semana». Antes de marcharse, Aguirre sí confesó a sus más cercanos la situación «complicada» en la que le deja «Lezo». «Se fue con la dimisión en la cabeza: “Me están arrinconando”», comentaba», revelan a LA RAZÓN algunos de sus compañeros, «pero si hoy dimite o mañana o pasado nadie lo sabe. Sólo ella y si me apuras su familia». Su círculo más estrecho recuerda que Aguirre ya dimitió –como presidenta de la Comunidad– en septiembre de 2012 después de pasar un verano con los suyos y de «darse cuenta de las cosas importantes en la vida». Por eso nadie en el fondo se aventura a asegurar al 100% que no se irá. «Me sorprendería porque es una luchadora», afirman. «Ella no está imputada y está acostumbrada a soportar mucha presión. Puede con el Pleno del martes y con mucho más», afirma otro miembro de su equipo. «Siempre ha querido ser alcaldesa de Madrid. Renunciar este sueño no debería depender de las corrupciones de otros», señalan en defensa de su condición de no imputada.